Capítulo 9

6 1 0
                                    

"Le felicidad está en la libertad y la libertad en el coraje" Pericles

Free p.o.v

Tanner no entendía lo que estaba pasando y luego de la indiferencia que Keith estaba mostrando, decidió guardar algo de información: Papeles, carpetas fotos. Todo aquello que cupiera en su maleta. Keith hacía lo mismo, solo que el guardaba la que estaba dentro de los monitores.

-¿Ahora qué?- preguntó cuando todo lo importante estaba dentro de su mochila.

-Hay que salir de aquí- Keith sacó de su bolsillo algo parecido a un encendedor- ¿Vamos, qué esperas?- el menor empujó al otro para que saliera de la habitación antes de que ardiera en llamas junto con él.

El reflejo del calor intenso que se podía ver a kilómetros de distancia, era la vida de alguien, su búsqueda interminable y todo para ellos dos. Tanner respiro el aire fresco que había, no era demasiado, y el calor los obligó a desalojar el corredor.

La vieja estructura se cayó en pedazos frente a ellos. Llamaradas bicolores crecían hacía el cielo, rozaban los demás objetos y exparcían el fuego a los laterales.

-Diremos que fue un accidente- corto Keith mientras empezaba a subir por las escaleras metálicas. A este punto Tanner era cegado por el calor abrazador que se estaba propagando por el parque y por la belleza mortal de la escena.

-¡¿Y ahora qué haces?!- gritó el mayor para que lo escuchára cuando se dió cuenta que su compañero iba a la mitad de la subida.

-¿No es obvio?- siguió escalando hasta poder alcanzar uno de los carritos viejos y desgastados que asemejaban ser un par de carretas.

Lo único que era obvio para Tanner, era que la cafeína ya le estaba afectando el cerebro. Con paso lento se alejó de las llamas dondé hace unos segundos había estado. Se acomodó en las bardas de la rueda de la fortuna y esperó a recordar en donde había dejado su automóvil.

Un ruido proveniente de las casetas de control llamó su atención, era como un maullido felino. Se alejó del lugar cuando los maullidos o cualquier cosa que fuera aquel sonido, comenzó a hacerse mas audible, como si avanzára en su dirección. <<Además de viejo y abandonado tiene mapaches>> se dijo a sí mismo cuando tuvo que traspasar la barda por la sombra café que se arrastraba por el suelo.

Aquello era demasiado largo y pequeño como para ser un animal así. Tanner se detuvo cuando el barrote principal no lo dejó avanzar. Eso no era un mapache, tampoco un perro ni un gato, aquello era ... una serpiente.

Sin pensarlo dos veces, el pelinegro empezó a escalar para alcanzar una de las caravanas para alejarse del suelo.

Un grito agudo lo ensordeció por algunos segundos, el fuego, ahora una enorme ola de muerte que avanzaba por un oceáno de vejestorios y un montón de peces uniformados huyendo de ellos.

¿Dondé estaba? ¿Porqué? y ¿Cómo? No lo sabía con claridad, no sabía por que había venido en primera, tal vez por que estaba aburrido de la monótona rutina diaria que consistía en ser una escoría. Se jaló su cabello, en que problema se había metido, a sus pies un mar de muerte se extendía y el suicidio no estaba ni a 10 metros del suelo.

Se maldijo internamente y con la disposición de saltar, sus pies sin siquiera tocar el suelo fueron suspendidos en el aire. La rueda giraba lentamente y la exposición de la mayoría de su cuerpo ante el movimiento circular del juego era más de lo que podía soportar, ya estaba a unos 70 metros cuando iba a rendirse.

Estaba asustado, él no quería morir, no aquí, no ahora y no de esa manera. Apenas pudo subir a la asiento y se aferró con su alma al tubo que estaba en medio.

Juraba que podía escuchar la típica música que se oía en las fiestas y carnavales que solían tener está clase de juegos, una melodía tan feliz que era uno hipocresía sonar cuando uno sentía su corazón salir por su pecho. Y aquello no era todo. Sucedió algo inexplicable. La odiosa música y los movimientos cesarón por unos segundos, sintió paz por algunos segundos, pero eso no le bastó para lo que sucedería a continuación. Todo se encendió, era como si todos los muertos se levantaran de un cementerio; Los juegos comenzarón a moverse y aumentar de velocidad paulatinamente, era algo un tanto aterrador, era como si estar apagados tanto tiempo les hubiera dadoás energía. Y el espectáculo solo era interrumpido por los gritos de ambos chicos encerrados en una pesadilla metálica.

Keith se intentaba salir, no importaba si para eso tuviera que dar un salto de 90 metros. El cinturón se agarró de su pierna cortandole la circulación y la protección se atascó de tal manera que lo había atrapado de una manera un tanto asfixiánte.

Lo más probable es que todo fuera una broma pesada, lo único que no cuadraba era ¿Cómo? Todo era como un gran sueño, una día normal transformado en un revoltijo de sensaciones y de momentáneos segundos de seguridad.

La rueda iba tan rápido, que quedó atorado, algo que Tanner agradeció mucho. Se encontraba a unos 5 metros de altura y, aunque demasiado asustado, dió un salto esperando que su cuerpo se estrellára contra el suelo.

Después de lidiar con sus músculos contraídos, se percató de lo insoportable que era la música, era horrible, y sonaba en cada rincón. Primero debía de rescatar la información que tenía Keith, y luego iría a apagar la condenada bocina.

Aún adolorido, Tanner se levantó del suelo y caminó por las llamas ya casí extintas, eran flamillas pequeñas y anaranjadas. Tanner se alejó de los bordes de madera y se dirijió a la montaña, birutas de madera, ruido y gritos provenientes de el chico atrapado.

Tanner era el mejor hacker de Nueva York, era el más solicitado, había negado millones de trabajos por su arrogancía y simplemente no podía creer lo que estaba sucediendo, era terrible horrible y sentía que todo era culpa suya, que ahora el chico iba a morir por la estúpida razón de que necesitaba aire hace menos de 12 horas. Pero si algo tenía por seguro es que alguien estaba detrás de esto. Alguien que era más fuerte e inteligente que el e inmediatamente lo supo. No hay juego más mortal que aquel en el que pones tu vida en el.

Se detuvo en seco, si avanzaba significaría que esto apenas comenzaba, en cambio podría correr afuera y dejar que esto pasára, pero no fue así, la vida no es así. En realidad no es vida si no hay una aventura que vivir ahora no era la información, era su vida la que estaba en juego.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 20, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Pretty DangerousDonde viven las historias. Descúbrelo ahora