Cruza fronteras y tiempos

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Un joven de cabellos azabaches observaba el reducido paisaje que aquel angosto balcón le ofrecía desde el piso 7. Un par de autos aparcados al pie del edificio y la estruendosa alarma de un tercero a un cuarteto de metros más que avisaba la molestia del mismo vehículo al pasar un camionero a velocidad no prudencial por la calle de servicio tocando la bocina de su camión; en la esquina de la cuadra, sentadas comiendo manjar y galletas al frente de la cafetería Mr. Cricket, un par de mujeres con edad suficiente para que cada hebra de cabello fuese tan blanca como el lienzo de un pintor antes de ser tatuado por el expresionismo, posiblemente hablando del capítulo final de una mala telenovela que pasan todos los días a las 8pm en el canal nacional de noticias y farándula.

Al otro extremo, justo en el cruce de la calle con la avenida principal, el mismo mendigo de siempre que insultaba al sistema capitalista que llevó el país a la perdición e ignorancia mientras rogaba por una rebanada de pan y "lógicamente" siendo evitando por la mayoría de los transeúntes quienes en sus caducadas, podridas y defectuosas mentes pensaban que el mero hecho de tener contacto con aquel hombre era la clara invitación a que lo andrajoso se les impregnara en la piel; por su parte tampoco había hecho mucho por el indigente, no es como si le hubiese ofrecido trabajo y tampoco podía permitirse el lujo de mantener a alguien cuando el mismo era un mantenido, pero siempre que podía se daba un paseo por la cafetería del viejo Cricket para comprarle un pan relleno y una taza de café humeante que le ayudara a sobrellevar el frío y el hambre de ese día, aparte de eso en contadas ocasiones mantuvo una básica charla, lo suficiente para enterarse que en alguna época de su vida fue abogado y cuando la antigua constitución cayó bajo el nuevo régimen del actual gobierno el hombre se mantuvo fiel a sus ideales y las viejas leyes provocando su despido, su mujer le dejó poco menos de un mes a ese hecho y finalmente al no conseguir trabajo decente las deudas lo consumieron dejándolo en la calle.

A diferencia de lo que muchos solían pensar, ese viejo no le daba lástima, sentía una profunda curiosidad y fascinación siendo esto lo que le permitía disfrutar de su cháchara hasta cierto punto; y no era una manera de pretender o justificarse el hecho de ser un buen ciudadano y tener los valores adecuados para una sociedad estable, progresista y del primer mundo, para nada eran sus intenciones, eso podía dejárselo a los farsantes políticos; pero al menos podía decir que era de los pocos que aún no olvidaba la parte rezagada de la ciudad. Bien decía aquel famoso artista del que ya no recordaba el nombre: "Las personas solo mueren cuando ya nadie las recuerda". Al menos a ese mendigo aún le quedaban unas cuantas décadas de vida si su memoria se lo permitía.

Jugueteó con el objeto que llevaba entre las manos y fijó la mirada en el edificio del frente. Cuando de cosas olvidadas se hablaba fácilmente podías hacer referencia al viejo conjunto de apartamentos –y con esto incluía el que ocupaba en esos momentos– del sector Rubeck, la pintura de las maltratadas y abandonadas paredes que fuertemente fueron golpeadas por el paso de los años ahora solo era una concha escarapelada y marchada de sustancias que quien sabrá su procedencia. Como toque final en algunas esquinas se podía ver a más de tres semáforos las grietas que jamás serían reparadas, y tal vez hacían de hogar o refugio a insectos, ratones o pájaros. Aspiró el viciado aire, podrían pensar que estaba demente pero le gustaba ese lugar.

Subió la cámara fotográfica que traía y apoyó los codos en las barandillas del balcón haciendo la función de trípode con sus propios brazos mientras enfocaba un pequeño capullo de flor que pretendía iniciar su vida como decoración de una ciudad envejecida. Modificó la apertura del diafragma a F2.8 eliminando parcialmente la profundidad de campo y llevó la distancia focal a 60mm con el ISO en mínimo, inclinó su cuerpo en busca de un mejor ángulo para finalmente tomar la fotografía; sonrió satisfecho con el resultado. El paisaje de aquel rincón en decadencia de una de las ciudades más desarrolladas era, por lo general, el escenario de la mayoría de sus fotografías, muchas tomadas desde ese balcón en deterioro.

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⏰ Última actualización: Nov 29, 2018 ⏰

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