〔 ♡ 〕SEI.

2.7K 282 44
                                    

VI

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

VI. ÂME SOEUR.

Todo era efímero, y más las sensaciones correctas. Sensaciones como cualquier tipo de amor, cualquier tipo de felicidad e incluso melancolía.

Efímero. Así se definirían Timothée Chalamet y Emile Capone. Amaban y odiaban encajar en una etiqueta, amaban la efimeridad pero odiaban lo que conllevaba.
Después de semanas juntos, de compartir horas, días, enteros. Compartir sus cortas vidas en relatos agridulces con carcajadas y a veces voz ahogada.













Emilia rió mientras empujaba levemente a Timothée y lo hacía sentar en la cama—. ¿Estás borracho?

—Un poco.

Ella asintió mientras se sentaba a su lado—. No deberías preguntarme acerca de él cuando te he demostrado que estoy enteramente entregada a ti. Es ilógico, ¿no crees?

—Es aún más ilógico que no conozca esa parte de ti y que todos hablen de él y aparezca dedicándote una canción de desamor totalmente depresiva con su banda sin nombre.

Emile bufó y se recostó en la cama, seguido lo hizo Timothée—. Antes de ti solo estuvo Dante Eckermann, era mi corazón entero, ¿sabes? Me veía con él en una casa bonita cerca de la costa con unos cuantos bambini llevando nuestros apellidos pero solo era yo imaginando cosas de más —dijo Emile viendo cómo se recostaba a su lado y tomaba su mano—. Él se fue a la universidad y decidió que tres años no eran validez de nada.

» Tres años de jodida entrega total a una persona que miraba una vez al año, a una persona que sabía que tan frágil era con cualquiera cosa que él hiciera... Sí, sé que está mal depender de alguien y hacerle responsable de lo que yo siento, pero él decía que era recíproco, supongo que en un momento lo fue,  pero todo pasó tan rápido y sin tacto la manera en que decidió terminar.

» Aún recuerdo sus palabras perfectamente y duele. Duele recordar que tanto
quise —corrigió—. Amé a Dante y ahora no puedo recordarlo con tranquilidad, aún no soy capaz de sanar esa herida... Esa ira y... No creo hacerlo pronto.

—¿O sea qué...?

—No te atrevas a pensar que eres remplazo para ese vacío, Timothée Chalamet —lo miró con dolor en sus ojos cristalizados—. Llegaste en un jodido momento perfecto, en los mejores años de mi vida, cari. Eres más de lo que yo he llegado a idealizar para el hombre perfecto, eres mil veces mejor que cualquier fantasía.

Él sonrió mientras la veía, en minutos el efecto del alcohol parecía haber desaparecido y en su lugar plantarse una sensación hermosa y revoloteante.

SUNSET SHIMMER ⋆ TIMOTHÉE CHALAMETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora