Oh Riverdale; Jughead Jones II

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Narra Liv:

¿Qué querías Olivia? ¿En serio creías que él te iba a esperar? Han pasado 2 años, la única que no suelta eres tú.

Negué al sentir tan dolorosos mis pensamientos, era la verdad, fuí una completa ridícula al creer que él seguiría pensando en mí.

Suspiré hundida en mis propios sentimientos, me abracé a mi misma y sonreí para mí, no me iba a malograr el día.

—¿Olivia?—

Giré ante el llamado, pero no fue lo suficientemente rápido pues ya tenía el cuerpo de alguien más rodando el mío.

—¿Scott?—pregunte aún insegura, puesto que seguía sin ver bien su rostro.

—¡Quién más!—Nos quedamos un largo tiempo abrazados, él susurraba palabras que yo no entendía, ambos sumergidos en la emoción hasta que pudo pronunciar algo con sentido—Explícame, ¿Qué haces acá?—

Realicé un ademán con la mano y comencé a contar toda mi historia, desde la nueva vida de mi mamá y lo que conllevaba la mudanza, le comenté algunos problemas en los que estuve involucrada estos últimos dos años; él fue sumamente lindo y atento, tal cual era, no recordaba cuán especial se sentía estar con él hasta que lo ví otra vez.
Luego de unos minutos explicando mi punto, pregunté cómo es que Riverdale se había puesto de cabeza, Scott a duras penas comenzó el relato más sorprendente de la historia.

Oh Riverdale, cuanto cambiaste.

Un asesino oculto que termino por ser uno de los Cooper que también son Blossoms. Mi cabeza no puedo con tanta información.

Algo que resalte de aquella conversación fue el hecho de que Jason haya muerto así, decidí no hacer más preguntas puesto que sé de la profunda amistad de Scott con el pelirrojo. El ambiente era un poco tenso después de tocar aquel duro tema y para quitar la incomodidad decidí exponer mi vergüenza, le dije todo lo que había visto esta mañana, incluyendo a mi ex novio de la mano de Betty Cooper.

—¿Aún no lo superas?—
Patada en la tetas.

Baje la mirada, muy avergonzada de mi situación.

—Allá en Londres, fue muy difícil para mí incluirme en la escuela, las cosas se pusieron tan mal que empecé a estudiar en casa para no tener que enfrentar el rechazo, supongo que en casa tuve mucho tiempo para alusinar y creer que mi ex podría seguir amándome—suspire al recordar todo y perdí mi vista en el suelo.

—Lo siento Liv, no quería sonar tan crudo—

—No te preocupes, yo fuí la del error—

Scott me regaló una sonrisa penosa, no hice más que sonreír también.

Se espero unos segundos para retomar el tema.

—No puedo decirte mucho de él, ya no somos amigos. Archie Andrews se volvió su único mejor amigo, y por como supones, sabrás que es cierto su relación con la perfecta Cooper—

—¿Y las serpientes? ¿FP fue el que lo incluyo?—

—Las malas lenguas hablan de que él solo se metió en el pozo, como ya te dije antes, no es el mismo chico—

Jugué con mis dedos ocultando las dudas que ahora surgían de mí.

—¡Oh! Y Te falta conocer a Veronica Lodge, te desmayaras—

—¿Veronica qué?—

—Es novia de Andrews ahora, llámala su dueña porque más que ser su novia, es quién lo controla—

Reí por la pequeña referencia, Archie Andrews un perro, quién lo diría.

Seguimos platicando de más cosas, como el mundo se había puesto de cabeza. Por un momento salió el tema de volver a la escuela pero no era nuestro deseo tener a 10 profesores presentándose.

Al final nos quedamos ahí todo el día, había tanto que teníamos que hablar que no nos dimos cuenta cuando fue que pasaron las horas.

—¿Deseas que te acompañe a casa, dulce princesa?—negué lentamente entre risas, no cambia.

—Claro que sí, gustosa acepto mi caballero—

Entrelazó nuestros brazos y dejando dinero en la mesa nos retiramos del lugar, reíamos a carcajadas sin notar quién pasaba y quién no. Agradecía al mundo por dejar a Scott conmigo, sin cambios ni secretos, era mi mismo niño.

—¿Sabés que no me has contado?—

—Uhm, no. ¿Qué no te he contado pequeña curiosa?—lo empuje en son de broma y proseguí.

—No me has hablado de ningún amante por ahí, ¡Y ni te creo la soltería!—

Él rodo los ojos aún sonriendo—Pues sí, hay un chico muy lindo que quiero que conozcas, pero todo a su tiem...—

Y dejé de escuchar, ¿La razón? Al frente mío, caminando hacía mí no estaba más que Jughead Jones, ¿Me sentía a morir? Claramente.

One shots de Cole SprouseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora