One shots de Cole Sprouse

Hold on; Cole Sprouse.

El gemelo feo:
"No me contesta"

                 "¿Quién?"

"Cole"

"Estoy yendo para la casa"

"Apúrate Liz, me estoy preocupando"

La morena guardó su celular en aquel bolso azul que combinaba con su pantalón, la inquietud comenzó a afectarla y el tráfico de NY no estaba ayudando.

–¿Cuánto tardará?–pregunto ansiosa viendo fijamente al espejo retrovisor.

El conductor que lucía unos 35 años de edad, suspiró y dándole una última mirada al frente respondió:

–30 minutos–

No, era demasiado.

–Bajo aquí–sin pensarlo más dejó el dinero necesario en el asiento y bajo dándose paso por las calles iluminadas, el señor dijo algunas cosas que sus oídos no llegaron a entender, su preocupación descansaba en Cole Sprouse; sin más comenzó a correr sin mira atrás, pasaba entre algunos autos y pedía perdón si bloqueaba su paso, debía de llegar y asegurarse que todo estaba bien.

Sus pasos aumentaron conformé avanzaban los minutos, no estaba lejos de casa si seguía a ese ritmo. 10 minutos después ya estaba en frente de su departamento, con el aliento agitado y el corazón en otra parte, quizás se cayó mientras corría. Ingreso al apartamento, paso que daba paso que desnudaba su desconfianza.

–¿Cole?–preguntó fuerte para que sonora en todo el lugar.

Pronto escucho un ruido, un quejido que venía del baño. Se acercó rápidamente y sin pensarlo mucho abrió la puerta.
La imagen era desastrosa, Cole apoyado en retrete vomitando lo que parecían pastillas.
Liz reprimió un grito y sin pensarlo corrió a él, lo ayudó a soltar lo último y con la otra mano marcaba al 911.

–Lo siento–el contrario susurró esas últimas palabras antes de caer desmayado, sus labios estaban de un tono más oscuro y su rostro, pálido como ninguno, solo asustaba más.

Al finalizar la llamada del 911, Lizzie llamó a Dylan para explicarle la situación, estaba preocupada y asustada de lo que esté pasando, había intentado despertar a Cole y nada funcionaba, ni sus gritos lo traían de vuelta.
Las sirenas sonaron, apoyó a Cole en la bañera y salió disparada a abrirles la puerta e indicar al hombre donde estaba su novio.

Ya en la ambulancia, con la mano de Cole entre la suyas Lizzie susurro:

–Aún te necesito Cole, por favor, vuelve–

Era incierto lo que pasaría con ellos después de esto.

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¡HOLA GUAPXS! ¿ME EXTRAÑARON? Tengo una propuesta para ustedes;)

Y es que, usaré este pequeño espacio para que me puedan pedir la segunda parte de cualquier one-shot de este libro, el más mencionado tendrá su siguiente capítulo a más tardar el viernes, ¡Comenten y háganme saber! ¡Buen día!