004

158 13 0
                                    

No fue tan desagradable. De hecho, entre la admiración de Jungkook, los gritos ensordecedores de la gente a su alrededor y visitar todos los puestos de historietas a los que eran aficionados, Jimin descubrió que no le costaba sentir agrado por ese chico. Él menor le recordaba a sí mismo en su fase inicial de nerditud. Decir en voz alta que idolatraba a Stan Lee y darse cuenta de que nadie lo miraba como bicho raro representaba todo un regocijo hasta entonces desconocido.

Cuando él menor participaba en encuestas y/o sorteos era algo que emocionaba por su novedad y no sólo por la diversión que otorgaba. Jungkook, para su sorpresa, había respondido todas las preguntas de "¿Cuánto conoces a Hulk?" y cuando salieron del edificio, más tarde de lo que Jimin hubiera imaginado, lucía una camiseta negra donde el hombre verde alzaba el pulgar con aprobación y una sonrisa en su rostro cuadrado.

Igual que muchos jóvenes en plena pubertad la voz de Jungkook estaba infestada por incongruencias altas o bajas, como si no se decidiera a sonar grave o aguda y cambiara de opinión rápidamente, pero de eso no se percató Jimin si no hasta que se vio alejado del gentío y caminaban hacia la parada de autobuses más cercana. Resultaba gracioso escucharle y un poco tierno, en parte porque sabía que esa etapa había acabado para él y también porque parecía la constatación del destino ineludible para cada adolescente.

La nariz ganchuda se perfilaba en las sombras de los edificios como la silueta de una gárgola y sus risas no encontraban final. Sin embargo las gárgolas no serían capaces de reír con una alegría tan sincera como la del chico que se encontraba a su lado, el pecho del mayor se regocijaba por estar con él por alguna razón, haciendo que se sintiera confundido.

ㅡ Oh, Dios, ha estado increíble –dijo con su voz de flauta desafinada cuando le preguntó si la había pasado bien, sentados ya en el autobús. Parecía haberse olvidado completamente de cualquier rencor que hubiera tenido contra él, y la verdad, hacía mucho tiempo que Jimin no pensaba en eso –no tenía idea de que hubiera tantas versiones de Batman.

ㅡ Más de nueve, sin contar las series –asintió Jimin riendo de buena gana –no creo que haya un hombre con calzoncillos que afuera más explotado.

La voz desafinada resopló en una nueva carcajada. Todo su pecho escuálido se agitaba bajo la amplia camiseta, sobre los huesos alargados de golpe que le daban ese aire de desgarbado. Las clavículas del contrario se veían irresistible de donde él mayor le miraba

ㅡ Tenemos que hacerlo otra vez –dijo Jungkook cuando se calmó un poco, asintiendo alegre como si ya fuera un hecho. No se percató de la velocidad con que la sonrisa abandonaba el rostro de Jimin, como si no esperaba que eso fuese dicho.

¿Quería hacerlo otra vez? ¿Con él?

ㅡ Claro –hace tiempo que nadie deseaba estar con él. Y de la nada, el menor de a quien daba tutoría quería pasar tiempo con él. Estaba más que feliz.

Como la ventiscas de un invierno, que se llevaba lo malos rencores, a si paso con esas dos personas. No hubo otras convenciones, pero sí ventas de libros, encuentros en la tienda de historietas y, pasado un tiempo, retos mutuos en los video juegos. Jungkook era curioso y le interesaban esas cosas, y Jimin se dio cuenta pronto de que él había llegado a ser quien le informara sobre todo. Él era su maestro de nerditud y, aparte de alumno, egoísta, narigón, Jungkook podía llegar a ser un amigo, además de un inoportuno gustar.

ㅡ No puedo ir –Jimin tiró de sus cordones apoyando el teléfono contra su hombro. Acababa de volver a la casa de su padre, en la cual aún vivía, después de dar clases de matemáticas a otro chico, a cuya casa tuvo que llegar a pie porque no había encontrado ni un centavo para el colectivo.

Al mayor le pagarían sus servicios educativos sólo a fin de mes y lo último del mes pasado se lo había gastado hace tres días en el alquiler de un DVD. Ahora trataba de hacerle entender a Jungkook que tampoco tenía un centavo para ver la película que le mencionaba.

ㅡ ¿Motivos?

A Jimin le asombraba, el cómo Jungkook nunca decía "¿por qué?" a nada. Siempre decía "¿y tus razones son...?" o "a ver, justifícame eso", como si la formulación de la sencilla pregunta fuera un signo de debilidad mental. No, Jungkook prefería ordenar respuestas. Generalmente cuando le frustraban las respuestas anteriores. Jimin no podía determinar cuándo se dio cuenta de esto.

ㅡ Porque no hay dinero, te lo dije –explicó sacándose las zapatillas, sintiendo un tremendo alivio en los pies –además, estoy cansado.

ㅡ No me vengas con esas –le dijo el menor desde el otro lado de la línea. – Te lo pagaré todo, si quieres.

ㅡ No –insistió Jimin de inmediato, sorprendido de que siquiera lo propusiera.

ㅡ Tengo dinero de la mesada que me dieron la semana pasada, y hay de sobra para dos entradas y lo que queramos en golosinas.

Lo estaba diciendo en serio. Jimin reconocía que estaba hablando en serio pero la impresión le dejó mudo por unos instantes. Abrió la boca y descubrió que no le salía ni un balbuceo. Jungkook estaba haciendo lo que fuera para que estén juntos para ver esa película a la que le estaba invitando.

ㅡ Si no hablas tomaré tu silencio como una afirmación y te buscaré en taxi. –Encima piensa pagar el traslado, pensó impresionado, algo desorientado –Uno, dos...

ㅡ Basta –le espetó antes de que acabara – ¿Por qué no vas con otro amigo que viva más cerca?

Jimin sabía que los tenía. El vecino de al lado, por ejemplo. Buen muchacho, algo fornido, aunque poco conversador, aunque no recuerda cual es su nombre, solo el aspecto. Una vez jugaron un partido doble de tenis en la PlayStation y sólo hablaba para destacar los puntos que ganaba o maldecir los que ganaba Jungkook. Jimin los había oído desde la sala, mientras el hermano del menor luchaba contra unas ecuaciones de segundo grado.

ㅡ Porque ya te he llamado a ti. Vamos, te va a gustar –insistió al otro de la línea, deseaba ir con su hyung. Quería que él fuera. No quería ir con otro que con él.

Como un capricho al que no iba a renunciar buscaba convencerlo. ¿Alguna vez alguien lo había hecho? El chico punk, Namjoon, lo hizo algunas veces pero pensar en él siempre conllevaba rememorar la sexualidad que deseaba compartir y eso era algo por lo que Jimin prefería no pasar. De modo que no, nadie más lo había querido. Siempre era el último en ser escogido en la escuela y el primero que se llama para hacer las tareas.

Y lo cierto era que le tentaba la propuesta del menor. Aquella película la había visto mencionarse por la Internet y muchos le dedicaban buenas críticas. ¿Pero ir con Jungkook? Era como encender esa mecha de las emociones hacía él menor que permanecían dormidas.

Jungkook no permitiría otro rechazo a la salida, necesita pasar con su hyung. Jimin es el único que puede calmar sus injurias y su creciente e injustificable emociones.



◇◇★◇◇

La historia es corta, y he demorado en subirla por asuntos de la universidad, Lo siento unu

La historia es corta, y he demorado en subirla por asuntos de la universidad, Lo siento unu

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ⓒJUNGB00K

The night of the dance ❀ 국민; KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora