Capítulo 8: Luna Llena

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DISCLAIMER: Los personajes de CCS pertenecen a CLAMP, y son utilizados sólo como fuente de inspiración y entretenimiento. La historia es de mi autoría.

EN LO PROFUNDO DEL BOSQUE

Capítulo 8: Luna Llena

-¡Ayy! ¡Este vestido blanco con flores azules debe quedarte divino! Aunque es posible que este tono de amarillo resalte con el color de tu cabello y de piel. ¡Por supuesto no podré llevarme de nuevo el verde porque estoy segura de que es uno de los que mejor te quedará! Dime querida ¿ya estás lista?

El alboroto en la habitación de Sakura era causado por la aprendiz del sastre de confianza de Shaoran. La joven señorita Daidoji era una entusiasta costurera que se perfeccionaba en arte de la moda en el atelier del señor Dumont. Tenía el cabello aún más largo que Sakura, color azabache, que hacía un perfecto contraste con su tez blanquecina. Lo que más llamaba la atención de Sakura era el color de sus ojos, que oscilaba entre el azul y el gris, dando la impresión de que eran violáceos. La chica era apenas dos años mayor que Sakura, por eso desde que la primera vez que se la citó a la residencia una semana atrás, se había empecinado en que la castaña la llamara...

-Tomoyo, le aseguro que cuando le decía que no tengo ningún evento, ni planeo salir de la mansión, hablaba en serio.

-¡Ya te he dicho que no me trates de usted! ¡Me haces sentir una momia! Y no me interesa que no te vea ni el sol. Eso no quiere decir que debas andar con harapos.- Tomoyo estaba perdida entre tules y perlas dentro de un gran baúl que había traído- ¡Sólo mira la belleza de este modelo rosa viejo! Es DIVINO.

Otra característica de la azabache era que hablaba hasta por los codos cuando se trataba de vestidos. Y hasta la coronilla si era un vestido que de alguna manera le quedara bien a Sakura, a quien había catalogado como una diosa.

-Por supuesto que sí, es digno de llevar a las mejores galas. Pero prefiero seleccionar un pequeño guardarropa que no incluyan un guardainfantes, ni joyería, ni tocados enormes.- Respondió cansinamente Sakura, que asomaba la cabeza detrás de un biombo vistiendo únicamente un elegante corsé satinado, atado algo flojo por ella misma. - Porque además de ser preciosos, deben valer una fortuna. Y aunque fueran accesibles, no son mi estilo.

-Tu por el precio no debes preocuparte- contestó la modista, ocultando una risa juguetona con su mano- El Señor Li dió la orden expresa de que no se escatimara en gastos con su prima.

Si... además de la bochornosa situación, se enteraba de manera casual que ahora era la prima del Señor Li. El sonrojo que invadió las mejillas de Sakura se debía no sólo a las molestias que se estaba tomando Shaoran con ella, si no también a la convivencia extraña que estaban llevando.

En la última semana prácticamente no coincidía con él dentro de la mansión... una desgracia si se consideraba que no había podido comprobar sus teorías, y a la vez una fortuna, si resultaba no estar equivocada. Tenía sentimientos encontrados al respecto.

Sacudió la cabeza intentando despejar su mente de ese embrollo que sólo hacía que le doliera la cabeza y procedió a tomar rápidamente algunos de los vestidos que le habían llamado la atención para que Tomoyo se retirara pronto, se enfundó en un vestido color celeste liso con puntilla blanca en el corpiño y se apartó del biombo aún con el bullicio de Tomoyo de fondo. Aunque apreciara su buena compañia, hoy se sentía particularmente indispuesta.

-Lady Sakura... ¿se encuentra bien?- al parecer no había podido disimular su malestar, el cual aumentó ante la utilización de un título que le fastidiaba.- puedo traerle un vaso de agua.

En lo profundo del bosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora