CAPÍTULO 5

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Las horas pasaron y me encontraba tan impaciente que apenas podía concentrarme en mis tareas. No tenía cabeza para pensar en nada más.

Al llegar de dejar a Shawn en su casa, Nana me avisó que mis padres regresaban hoy de viaje y estarían aproximadamente aquí por dos días.

El solo pensar en su presencia me hacía sentir insegura. Ellos eran los mejores en ofenderme y hacerme sentir mal. No sé por qué pero sé que me detestan, y sé también que me consideran una carga por lo que toda mi vida le han pagado a alguien para que lidie conmigo.

Yo no los amaba, o sentía el mínimo interés por alguno de los dos. A veces me pongo a pensar ¿Por qué decidieron tenerme? O al menos ¿Dejarme nacer? ¿No dejarme en adopción?
La abrumación hizo que repose mi frente en mi escritorio de madera.

Dos toques se escucharon y Nana estaba parada en la puerta mirándome con cautela.-Será mejor que te alistes para cuando lleguen, no tardarán. Ten.- Nana se acercó entregándome un vestido rojo que tal vez me llegaba un poco más abajo de las rodillas. -Póntelo y planchate el cabello. El señor Úlises dijo que saldrían a cenar hoy por la noche, te envíaron ese vestido. Irán a cenar con tus tíos.-dijo y sentí una chispa encenderse en mi interior.

Si ibamos con mis tíos eso significaba que mis primos estarían allí. Austin, Scott y Ellie.
Tomé el vestido y lo admiré. Era hermoso. -Apúrate, llegan en una hora. Dicho esto Nana sonrió y se fue cerrando mi puerta.

Haré mi mejor esfuerzo arreglándome, pero yo no hago milagros.

Luego de pasar otro fina capa de maquillaje en mi rostro decidí por fin salir del baño. No quería verme en el espejo, símplemente me encontraba demasiado emocionada ahora por ver a mis primos y no quería que nada arruine ese sentimiento. Mi autoestima es como un switch, puede bajar tarde o temprano.

Me coloqué unos zapatos altos color negro y practique un rato con ellos. Nunca uso tacones, hacen que mis pies duelan demasiado y en realidad no estoy dispuesta a sufrir tanto solo para verme más alta.

Bajé las escaleras y vi a Nana leer una revista sentada en el sillón principal. Cerró aquella y me miró sorprendida.-Que linda quedaste, cariño.-sonrió complacida.-Todo te ha quedado de maravilla.-juntó sus manos y dió saltitos.

Sonreí o más bien hice una mueca. ¿Cómo se reacciona ante los cumplidos? . Sacudí mi cabeza y respondí.-Gracias Nana, lo aprecio mucho.

Una bocina se escuchó fuera y supe que mis padres habían llegado. Nana corrió a abrir la puerta y yo corrí tras ella para luego despedirme y dirijirme a la limusina blanca que esperaba por mí. Subí y enseguida me encontré con la mirada desaprobante de mis progenitores.-Buenas Noches.-saludé y ellos asintieron.

No esperaba nada más que eso, realmente.

Al auto avanzar unos cuantos metros más divisé el callejón de Shawn y lo localicé sentado en el pasto de su jardín. Fruncí mi ceño y por inercia me aferré al vidrio colocando mis palmas en la ventana. ¿Que hacía tan tarde allí afuera?

Quería hacer que el auto se detuviera pero me negué mentalmente al pensar lo disgustados que se pondrían mis padres si nos retrasaba. Me traté de auto-convencer a mi misma con la idea de que estaba meditando o algo por el estilo.

Suspiré tratando de no especular nada descabellado y miré a mis padres. Estaban vestidos de gala, mi padre con saco y pantalón de tela y mi madre con un extravagante vestido púrpura. Hice mala cara al ver sus manos entrelazadas. Eran tan hipócritas, los dos.

El año pasado oí una conversación de mi padre donde hablaba sobre su otra mujer. Engaña a mi madre y ella no lo sabe. Pero, ella sin quedarse atrás, lo engañó con su abogado y él tampoco lo sabe. Su relación es basada en mentiras y engaños, a este punto no me extraña que ambos estén con el otro solo por dinero.

You Saved Me/Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora