35

1.3K 157 45
                                    

Luka veía como el menor llevaba de un lado a otro aquel dulce en su boca, haciendo ruidos húmedos o sorbiendo saliva que escapaba por el pequeño espacio que había entre los labios y el palito. De vez en cuando lo sacaba provocando un 'Pop'. Y cuando volvía a llevárselo a la boca sacaba la lengua para lamer el dulce que ahora había dejado de un color rojo la lengua de este.
Era ahí cuando el mayor se preguntaba: ¿Cómo podía verse tan erótico comiendo un puto chupetín?
Pero con la forma que lo comia..  ¡Ni siquiera lo mordía! Y eso solo dejaba que su imaginación fluyera a la parte más oscura y pervertida.

— ¿Y si me la chupas así como haces con el chupetín? — preguntó de repente, sin sentirse apenado o con intensiones de corregirse. Al contrario, sonrió coqueto entrecerrando los ojos.

Nathaniel fijó rápidamente su vista a él al mismo tiempo que volvía a sacar el chupetín de su boca haciendo el mismo ruido húmedo que las veces anteriores que lo sacó. Su expresión de sorpresa o vergüenza le causó gracia al mayor, quien no pudo evitar reír, que adorable era su novio.

— Idiota..  — sin dejar de mirar al de ojos azules llevó el chupetín a sus labios, sin meterlo en su boca, solo lo apoyó allí. Le daría una lección.

Bajó su vista hacia sus dedos que sostenían el palito del dulce sabor cereza, y apretó el agarré para abrir la boca al mismo tiempo que llevaba el mechón de pelo que molestaba su ojo por detrás de la oreja, así seria más cómodo. Metió el chupetín y comenzó a moverlo de arriba abajo, como si tuviese otra cosa en vez de el dulce.

Aquello hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal del teñido, quien apretó los dientes y frunció el ceño. Eso era jugar sucio, muy sucio.
Su corazón bombeó rápidamente llevando sangre hasta su pene que comenzaba a ponerse rígido. Se estremeció por el pequeño escalofrío que volvió a darle al ver como Nathaniel metió hasta el palito en su boca, demostrando que podía llegar profundo. Como agradecía estar en su casa y no en la calle, de otro modo todos verían como en su pantalón deportivo había una erección.

— Si sigues haciendo eso no lo pensaré dos veces y te tiraré a la cama.

El pelirrojo sacó el chupetín y lo sostuvo en sus dedos, meciéndolo de un lado a otro, mostrando un puchero en sus labios.

— ¿Ya no puedo comer mi chupetín? — hizo voz aguda y burlona, mirando ahora al mayor quien estiraba su remera en un vano intento de tapar su erección — ¿O querés que me coma otra cosa?

¿Me Ama Sólo A Mi? [Luka x Nathaniel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora