Capítulo 1

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Mire a Ryan frunciendo el ceño, estaba riéndose como loco y no sabía que demonios pasaba por su cabeza, pero al parecer se había acordado de un buen chiste.

–no puedo creer que Rose haya golpeado a Lizzie –dijo aún riéndose y fruncí el ceño. Después de haber esperado a Camila para hablar con ella, regrese con Ryan y le dije lo que paso, pero él pareció no darle mucha atención a mis palabras, estaba riéndose de Rose y Lizzie.

–Ryan...

–dejame reírme –dijo mirándome fijamente. –porque debo decirte, Lizzie se merece esa cachetada y más –fruncí el ceño, ¿a caso él no estaba enamorado de ella?.

–pensé que la querías –dije encogiéndome de hombros y él suspiro, asintiendo tranquilamente.

–que la quiera no significa que no pueda ver lo terrible que es como persona.

–al principio cuando molestaba a Camila le dije que yo no creía que ella hubiese cambiado... –dije mirándolo y él asintió. No sabía si deberíamos seguir hablando de Lizzie, no quería decir algo que a él lo enojará, sabía perfectamente bien y como él lo había dicho que tenía en claro que Lizzie no era una buena persona.

–y no la ha hecho –dijo volviendo a partirse de la risa. Así que comencé a reír con él. –oye... –dijo de repente poniéndose serio. –no hicimos nada para tu cumpleaños, propongo que hagamos algo –sonrió ampliamente y negué con la cabeza. No quería hacer una fiesta, viendo como estaban las cosas ni siquiera quería estar en la universidad, a pesar de que Camila dijera que no le importaba mi ocultamiento de información sé que por algo me dio una cachetada y fue que eso la puso furiosa.

–no tengo ánimos para una fiesta –dije en el momento en que Chaz entraba al baño y nos miraba levantando las cejas.

–¿fiesta? –preguntó Ryan. –no proponía una fiesta, sino una cena con tus amigos –dijo aún sonriendo y también sonreí.

–oigan, es increíble que todos hayamos olvidado el cumpleaños de Justin –dijo Chaz. –de hecho estaba hablando de eso y los chicos estaban de acuerdo, pero bueno, los problemas de Justin no nos dejaron acordarnos –dijo riéndose y lo mire mal. –solo bromeo. –aviso. –en fin, hablaba de eso con los chicos y Lorraine llego con Lizzie dijeron que te habían preparado algo, pero ni siquiera estabas de humor para hablar con nadie así que no te dijeron nada...

–no haré una fiesta por mi cumpleaños cuando la mujer que amo sigue distante conmigo –pensé en voz alta. –sé que es mi culpa –ellos asintieron. –pero paso de la cena y de la fiesta. –dije encogiéndome de hombros y Ryan puso los ojos en blanco.
Sin decir nada más y sin esperar a que ellos pudiesen seguir insistiendo en el asunto salí de baño, ese lugar era muy encerrado, mi claustrofobia salía a flote. Iba caminando tranquilamente hasta que sentí a alguien agarrarme del brazo, volví a ver al dueño de dicha mano... Dueña.

–¿pasa algo? –pregunté y ella sonrió.

–estaba revisando mi teléfono y me di cuenta de que no viste mi mensaje –dijo y fruncí el ceño, era la excusa más tonta que alguien había usado para hablarme. Aún más tonta que la que pensaba darle al profesor sobre su perro, ni siquiera tenía un perro, comencé a reírme y ella fruncio el ceño.

–bueno, últimamente no uso mucho mi teléfono –dije reprimiendo la risa.

–bueno, te mande un mensaje por facebook, felicitándote por tu cumpleaños –dijo y sonreí. Asentí con la cabeza y ella me abrazo, fruncí el ceño ante tal gesto, pero la rodee con mis brazos, deseando poder quedarme así con ella eternamente. Al separarnos me dio un beso en la mejilla y mi corazón se acelero... Yo lo quería en la boca.

–Lo quería en la boca –dije sin pensarlo y ella comenzó a reírse. –perdón... Pensaba en voz alta. –ella asintió aún riéndose. Me sentía como un imbécil.

–bueno, espero que célebres tu cumpleaños, aún hay tiempo –dijo mirándome fijamente y asentí. Su rostro volvió a adoptar ese semblante inexpresivo que tanto la caracterizaba.

–Ryan quiere que haga una cena –dije mirándola. Esta sería mi oportunidad, había ido a su casa en la noche para solucionar las cosas, pero sólo hablamos de los estúpidos tres "pasos" para sentirte "mejor". –quiero que vengas –ella asintió con la cabeza y se dio media vuelta, marchándose. No sabía si iría o no, ni siquiera había sonreído, me molestaba que se mostrará fría y distante nuevamente.
También me marche de ahí y busque a Ryan, hasta que lo encontré en una banca con los chicos en el jardín, como no, al llegar todos se quedaron callados y fruncí el ceño.

–¿pasa algo? –pregunté. Le había preguntado lo mismo a Camila. Sonreí.
Lizzie se levantó de la banca y me miro.

–nada, sientate –dijo y asentí.

–Ryan, hagamos la cena, aceptó –él volvió a verme sonriendo y se encogió de hombros.

–¿qué te hizo cambiar de opinión? –preguntó mirándome fijamente. Me encogí de hombros.

–la pregunta correcta sería ¿quien? –dijo Lizzie. –y la respuesta a dicha pregunta viene caminando tan altaneramente que me da náuseas verla, maldita estúpida –casi no había nadie en el jardín, todos estaban en clases y Camila caminaba tranquilamente, volvió a vernos, pero bajo la mirada y siguió su camino como si nada. Todos nos quedamos viéndola mientras se iba... Bueno, yo me quede viéndola.

–es demasiado arrogante –dijo Margot y Lizzie le dio la razón.

–no es arrogante, no hables mal de ella –le advirtió Alejandro.
Me senté en la banca, junto a Lorraine y ella me abrazo, diciéndome "feliz pasado cumpleaños" al oído, dándome un beso en la mejilla, igual que Cami, sonreí. Haríamos esa cena y todo con ella se arreglaría.

Destroy MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora