Capítulo 2

4 2 0
                                    

Camila

Alejandro estaba sentado junto a mi, contándome que esta tarde se le había declarado oficialmente a Margot. Eran novios ahora. Me sentía muy feliz por él, sabía de ante mano que él estaba muy enamorado de ella. Uno de sus regalos hacía ella hicieron que Justin tuviera un malentendido con nosotros.

–Ale –al escuchar su voz detrás de mi, se me aceleró el corazón. Ni siquiera voltee a verlo. –¿me permites? –mire a Alejandro y asentí, entonces él también lo hizo, levantándose.

–buscaré a Margot, nos vemos luego –sólo pude sonreírle. Estaba demasiado nerviosa y no sabía ni porque. Justin se sentó donde hace un momento estaba Alejandro contándome sobre su éxito amoroso.

–quería hablar contigo, pero hasta ahora me animé –dijo, parecía tan nervioso como yo y eso de alguna forma me hizo sentir más segura. –quería ofrecerte una disculpa, sé que no reaccione de la mejor forma y también sé qué fue una pequeña mentira quizás por el miedo a que tu padre desaprobará nuestra relación. –término de hablar y me quedé mirándolo fijamente, no sabía que decir. No esperaba que quisiera reconciliarse conmigo tan rápido. –no tienes que decir nada ahora –agarró mi mano y mi corazón se aceleró de nuevo. –sólo quería pedirte perdón, te adoro y no quería lastimarte, me comporte como un imbécil, lo siento muchísimo linda. –sus labios depositaron un dulce beso en mi mejilla y se levanto, soltándome la mano para irse. Quería detenerlo, pero no pude, algo me lo impidió, quizás el miedo o la ansiedad, simplemente no fui capaz de decirle que lo perdonaba porque lo amaba muchísimo y que lo extrañaba. Quería decirle que era lo único bueno que había en mi vida desde que llegue a Seattle, pero no pude.

Después de varios minutos sentada en esa banca, viendo a todos hablando animosamente, divirtiéndose con alguno de los chistes de Ryan o por las tonterías que hacía Lorraine, decidí que ya era hora de irme. Así que me levante, no dejaba de pensar en las palabras de Justin, pero sabía que teniéndolo cerca, donde podía escuchar su voz, su aroma inundando mi nariz y su sonrisa iluminando mi rostro, no podría pensar con claridad. Le había inventado a mi padre que una compañera había hecho una supuesta "fiesta" de regreso a la universidad, Alejandro le confirmó mis palabras y él me dejó venir, siempre y cuando me viniera y regresara con Alejandro. Ayer le había dado un beso y un abrazo a Justin por su cumpleaños, después de haberle dado una cachetada, estaba muy confundida y necesitaba tiempo para pensar en todo lo que ha pasado estas últimas horas.
Mire a Justin, se veía guapísimo esta noche, quería comérmelo a besos, pero tenía que controlarme. Camine hacia él, para despedirme.

–Justin –dije casi en un susurro, por un momento desee que no me hubiese escuchado, pero volvió a verme de inmediato y su sonrisa derritió mi corazón.

–cariño... –se aclaró la garganta. –Cami, ¿pasa algo? –negué con la cabeza e hice una mueca.

–solo quería decirte que ya me iba –dije rápidamente. –esperó que hayas disfrutado la cena.

–dame un minuto, Ryan –dijo él y Ryan asintió, sonriendo, alejándose de nosotros. –¿Ale te lleva? –preguntó. Negué con la cabeza, no había pensado como diablos iba a irme, pero quería hacerlo, no por él, sino por mi. No me estaba divirtiendo, la pequeña reunión con su circulo íntimo era divertida, claro que sí, todos estaban hablando muy animados y se reían constantemente, las risas de Lizzie eran las más escandalosas. Pero yo estaba aburrida, había venido sólo para verlo a él y porque me sentía mal por la cachetada que le había dado. Lizzie me había hecho enfurecer con lo de mi madre y yo me desquite con él.

–llamaré a un taxi, no me siento muy bien. –él negó con la cabeza rápidamente.

–de ninguna manera, yo te llevo. –dijo y comenzó a buscar, supongo que las llaves de su coche en sus bolsillos.

–no, tranquilo, puedo llamar un taxi...

–Camila, por favor. –lo mire y asentí con la cabeza, mientras él agitaba las llaves. Me agarró de la mano, tomándome por sorpresa, pero no tuve tiempo de decir nada, ni siquiera de quitar la mano, porque me guió hacía una mesa donde estaban todos, esa mesa la habían sacado para que cenáramos frente a la piscina, y por un lado podíamos ver hacia abajo, donde se encontraba el muelle. La iluminación del jardín hacía que todo se viera tan hermoso y Lorraine al igual que Margot andaba en traje de baño, se habían metido a la piscina, según ellas para mostrar que eran unas nadadoras expertas, pero yo sabía perfectamente que Margot quería atraer la mirada de Alejandro y Lizzie la de Justin, debo decir que ambas lograron su objetivo y es por eso que me fui a sentar a la banca, del otro lado de la piscina, para que Lizzie pudiera exhibir frente a Justin su figura sin preocuparse porque yo la estuviese opacando, ella me opaco esta vez.
–chicos, regreso en un rato, llevaré a Camila a su casa. –dijo él sonriendo. Trate de apartar mi mano de la suya y al notarlo él me soltó.

–yo la llevó, Justin, no debes irte de tu "fiesta" –dijo Alejandro haciendo comillas con los dedos.

–no, él puede llevarla, amor –le dijo Margot sonriendo y Lizzie la miro mal.

–de ninguna manera –dijo. –estamos aquí por ti, ¿y te vas a ir? –Justin la miro y comenzó a reír.

–vendré lo más rápido que pueda.

–Alejandro puede llevarla –dijo Lizzie. –¿verdad que no te molesta Margot? –ambas se miraron fijamente, quedándose calladas durante un minuto que pareció eterno, hasta que Margot suspiro y negó con la cabeza. –perfecto, ahora Justin ven a hablar con nosotros, estábamos diciendo que...

–he dicho que regreso enseguida, yo la llevaré, Lizzie –dijo él y ella levanto una ceja.

–nos vemos mañana –dije, empezando a despedirme de todos, especialmente de Lorraine, quien esta noche estuvo hablando mucho de todo conmigo... De todo menos de Justin y Lizzie.

–vayan con cuidado, chicos –dijeron Ryan y Alejandro al unísono, Justin y yo asentimos. Camine delante de él y al llegar a su coche me abrió la puerta.

El camino fue muy largo. Había demasiado tráfico, quería llegar rápidamente a mi casa y sentía mariposas en el estómago, como si nunca hubiese estado a solas con él.

–veo que te gusto el reloj –dije mirándole la mano. Él asintió con la cabeza, sin quitar la mirada de la carretera. No quería que nuestro viaje fuera en silencio, porque se me hacia muy incómodo. Le había regalado un reloj, mamá me acompañó a comprarlo esta tarde después de la universidad y también el vestido que llevaba puesto. Me quería ver linda para su cena, pero una parte de mi sentía que Lizzie me había opacado completamente al estar mostrando su figura. Tenía un bonito cuerpo, parecía una modelo, además Justin la miro enseguida. Ella atraía las miradas de los hombres, pero él era muchísimo más importante que cualquier otro.

–es especial –dijo después de varios segundos en silencio. Suspire profundamente. Detuvo el coche en un semáforo y volvió a verme. –tu llevas puesto el anillo que te regale.

–es especial. –dije sonriendo ampliamente. Él agarró mi mano y se la llevo a la boca, depositando un beso en ella.

–te amo –mi corazón se acelero y no sabía como, pero mi sonrisa se volvió aún más grande. Él también me sonrió, hasta que una bocina nos sacó de nuestra pequeña burbuja, devolviéndonos a la realidad. Acelero y nuevamente poso su mirada en la carretera.
Después de eso el camino fue en silencio, pero ya no era incómodo, al menos yo me sentía muy bien... Demasiado feliz, esta noche al final había sido perfecta, él podría mirar a Lizzie por el hermoso cuerpo que poseía, pero me ama a mi, a pesar de mi actitud de mierda, me ama.

Destroy MeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora