XXXIX

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Todos estaban tensos, Jimin podía notarlo. Este era un momento crítico donde Hyuna trataría de "curar" a Jin. En los archivos del templo, se describía un ritual para "espantar a los intrusos espirituales" o "rescatar recuerdos" como no sabían con exactitud que le sucedía al Tigre, en verdad solo estaban probando. Llevar a cabo aquel procedimiento no era solo reunir los ingredientes y proferir rezos, implicaba un arduo entrenamiento, que la Leonas estaba comprimiendo en menos de una semana, porque una visión acertada sería bien recibida en el preludio de un gran enfrentamiento.

Para llevar a cabo una inversión en la parte más profunda de los pensamientos, se debe de manera limpia, manejar la red neuronal, forzar los caminos entre las conexiones cerebrales, para llegar a los recuerdos "dañados" o donde se puede esconder un "espíritu maligno"

La parte más difícil la maneja el conector, que buscaba entre los recuerdos un "camino" esto solo era logrado por un cambia-forma, que tuviera un predisposición en este campo. Hyuna lo era, una muy joven, inexperta e impulsiva, que por primera vez desde que Jimin tiene memoria, ha visto nerviosa, insegura de sus propios movimientos. Se necesitaba de otra persona para hacer el papel de explorador, quien se movía por los caminos que se abrían. Namjoon se había postulado, y diligentemente practicado, tanto que la Leona hablaba enserio en que podían ser un dúo eficiente si fueran a efectuar algo así de nuevo.

Al Leoncito le gustaba pensar que su Clan y la Manada de Yoongi, se llevaban bien no solo porque ellos dos eran pareja, sino porque entre sus integrantes se respaldaban y sentían simpatía los unos con los otros, sin que uno de los dos estuviera involucrado.

— ¿Estás listo para esto? No quiero poner presiones, pero podría ser nuestra última oportunidad— Hyuna no era de dramatizar, solo parecía que aquello de verdad significaba un momento importante.

—No puedo estar más preparado ¡Puedo hacerlo! — ambos profirieron rugidos de batalla, para luego sentarse y comenzar a meditar. El circulo ceremonial, trazado con una piedra lunar y sellada con la pintura de Gallyflore, la flor que crecía en la oscuridad, usado en la antigüedad como un farol, pues sus pistilos eran luminiscentes.

—In nomine dei nostri Hipnos Morfeo excelsi— Hyuna comenzó a recitar, murmurando debajo de cualquier ruido, como el susurro silbante del viento. El circulo que los rodeaba se ilumino, envolviéndolos en lo que se podía describir, como una esfera traslucida, formada por las runas antes dibujadas, que brillaban en un débil rojo, como un ocaso, oscureciéndose hasta un oscuro azul.

SeokJin, quien se encontraba durmiendo en el mueble, sintió las vibraciones cálidas que lo recorrían, mientras a la vista de los demás, un brillo enceguecedor, escalo desde el pecho hasta la cabeza del Tigre, fundiéndose en su sitio, dejando la estela de una runa justo en la frente.

La próxima vez que Namjoon abrió los ojos, se encontró es una clase de cueva, levemente rocosa, pero mayormente formada por tierra clara, seca y de un color semejante al aserrín, era en definitiva el suelo de la sabana. Más allá habían pieles de Demons, pintorescas y suaves, totalmente trabajadas para formar patrones. Los pasillos de la mente de Jin le parecían sencillos, pero claustrofóbicos, llenos de una gran desolación que trataba de ser ocultada con adornos. El ambiente era pesado, alteraba sus emociones, lo hacía sentir aprensivo, como si cada camino pudiera lastimarlo.

—Namjoon, lo logramos— la voz femenina trataba de sonar relajada, cosa que no ocultaba la nota de euforia.

—Es diferente a lo que describían en los libros, se siente muy real, las texturas de las cosas, los colores, el calor— el Alfa observo que la tenue iluminación, provenía de faroles de aceite, débiles y escasos, apenas lo dejaban ver más allá del próximo.

¡No soy un corderito![1] /Yoonmin (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora