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Yoongi agitó sus manos, nervioso y con la idea que de esa forma dejarían de temblar. Él era un chico bastante tímido, y la situación en la que se encontraba, le ponía las manos temblorosas.

Su madre le había pedido un favor, ese era tocar el piano en medio de una de las tantas sesiones de grupo que se tienen en esa institución de ayuda en la que su madre es la directora, aunque ha escuchado por los otros trabajadores que le dicen jefa, quien sabe, Yoongi sólo sabía que le estaba cumpliendo un favor a su madre, y que debía hacerlo a la perfección si quiere que le felicite más tarde.

El joven de cabello oscuro no sabía muy bien sobre la institución que su madre manejaba, lo único que podía decir era que ella aceptaba a ciertas personas con problema alimenticios y otros problemas personales, y les ayudaba... de alguna forma, a dejar esos problemas. Eso era todo lo que Yoongi sabía, también porque nunca le interesó mucho el tema, aunque sabía que era algo delicado, pues conocía que en la institución habían psicólogos y doctores generales.

Su madre le explicó que dividía a los pacientes en grupos, para así poder trabajar de una forma más ordenada con ellos; en los grupos deben de tener al menos los mismos problemas, para poder darles el tratamiento por igual a todos. Había un grupo en especial, que a la hora del desayuno, comida y cena, gustaban de escuchar música clásica, diciendo que esto les relajaba, todo desde que dos miembros ingresaron repentinamente hace unos meses y gustaban de escuchar música en esos momentos del día.

Entonces éste grupo dijo que serían más agradables las sesiones grupales si se les ponía música clásica de fondo; bien pudieron poner música en un teléfono como solían hacerlo, pero la madre de Yoongi quiso traerlo a él. Yoongi no conoció más detalles, su madra le dio las partituras de clair le lune, una canción que Yoongi ya había tenido la oportunidad de tocar en el pasado en una de las muchas competencias que había tenido, por lo que se sintió aliviado de estar familiarizado con la canción.

Yoongi miró de forma disimulada a las personas que llegaban a sentarse en aquella habitación, la cual parecía la sala de estar de la casa de su abuela. Eran siete personas las que entraron, todas caminaron mientras murmuraban cosas entre ellos hasta sentarse, Yoongi habiendo estando acomodando todo para tocar cuando escuchó la puerta abrirse detrás de él, no queriendo voltear pues sabía que así sólo lograría ponerse mas nervioso.

Sopresivamente, en la habitación ya había un piano, era uno vertical/de pared, perfecto para ahorrar espacio, y aunque a Yoongi ese tipo de piano no le disgustaba, le gustaban más los pianos de cola, se sentía más elegante y profesional, caprichos de un adolescentes. Se encontraba frente al piano, tocando levemente las teclas, sólo para escucha el sonido, incluso llegando a tocar una pequeña parte de twinkle twinkle little star, sonriendo por la linda melodía.

-¡A ti no te conozco! - Gritó una adorable voz a su lado, Yoongi saltando en su lugar por el susto.

Volteó a ver a la persona, quien tenia casi su mismo tamaño, pero que por alguna razón le pareció que era mayor que él. Yoongi no pudo evitar ver su físico, delgado, increíblemente delgado, con unas grandes ojeras bajo sus ojos, los cuales no brillaban como se debía, su cabello naranja tampoco se veía saludable, y aún así tenía una sonrisa enorme en su rostro.

-Uh, no suelo venir aquí mucho. - Respondió Yoongi, haciendo una mueca y fijándose como los otros pacientes, vestidos con pijamas o ropa holgada, se sentaban en los sofás que habían en la sala. Vio a la encargada del grupo, la Señora Yi, entrar después de todos, y supo que pronto empezarían.

-¿Cómo te llamas? - El chico volvió a llamar su atención, se fijó que la ropa que usaba también era bastante holgada, y se preguntó si tendrían frío todos los de la habitación. Él estaba perfectamente y aún usaba su uniforme escolar.

¿tienes hambre? » taegi || #TAEGIWEEK18 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora