02.

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Estoy afuera
14:16 ✔✔

Esperó a que Jungkook le abra la puerta mientras apretaba la bolsa en sus manos con nerviosismo. Compró seis bolas de frailé  rellenas de crema pastelera, las favoritas de su novio.
La puerta se abrió y una mueca de decepción se instaló en su rostro al ver que no era Jungkook. En cambio, los ojos marrones y calculadores de TaeHyung le devolvían la mirada. Jimin pudo ver el destello de duda en sus ojos y tragó saliva.

—Ya sé a quien viniste a buscar, acaba de dormirse.— pareció considerar algo por unos segundos.— ¿Quieres pasar? Podemos tomar algo hasta que mi hermano despierte. Le alegrará ver que al fin viniste a verlo.

Tae siempre se había mostrado amistoso con Jimin pero las últimas palabras le dolieron.
Asintió y entró más nervioso que antes,  fue hacia la mesada de la cocina y dejó la bolsa.

—Las traje para Jungkook pero, eh..., podes agarrar una si queres.

Tae fue a revisar la bolsa y Jimin fue hacia las escaleras para ir directo hacia la habitación de su novio.
Al llegar vio al castaño durmiendo en posición fetal, tenía la ventana abierta y el frío del invierno inundaba la habitación. Jimin se acercó y lo tapó con las sábanas para que no tuviese frío y luego se sentó a su lado jugando con sus manos. Estaba pensando en cómo disculparse por estar ignorandolo desde ese día, pero a Jimin le costaba pensar en eso.
Solo quería acurrucarse al lado de su novio y llorar mientras Jungkook lo abrazaba y le hacia mimos. Toda la situación lo hacia sentir muy pequeño, se sentía como en los años anteriores donde parecía estar nadando desesperado por llegar a la superficie pero, al contrario de eso, sólo lograba ahogarse más.
Sintió las mejillas húmedas y se percató de que había estado llorando.

—¿Jimin? ¿Cariño, eres tú?

Jungkook se dio vuelta para ver a la persona sentada en su cama, se pasó las manos por la cara para tratar de despertarse más y aclarar su vista. Pero no hacia falta, conocía perfectamente la figura de aquella persona.
Inmediatamente se sentó y rodeó con sus brazos a Jimin, abrazándolo por atrás. Este al sentir el calor de Jungkook comenzó a sollozar con más fuerza y luego de un rato Kook se dio cuenta de que le estaba hablando.
Lo tomó de las mejillas y se las acarició, sintiendo como su novio se relajaba ante su toque.

—Yo...Lo siento mucho— Jimin no podía mirarlo a los ojos.—Perdón por ignorarte todos estos días, no pretendía-
— Shh, no pasa nada. Eso no importa, ahora solo me importa que estés conmigo ¿Sí? Te extrañé mucho, rubio.

Besó la frente de Jimin y luego fue bajando, besando sus párpados, su nariz, sus cachetes y finalmente sus carnosos labios. Jimin se sintió derretirse ante la dulzura y amor del castaño, correspondió depositando todo su amor, todo lo que había querido expresarle, en ese beso.
Luego de un rato, y de varios besos, Jimin se sentía con las energías renovadas.

— Te traje bolas de frailé.
— ¿Con crema pastelera?— los ojos de su novio brillaban. Jimin sonrió.
—Con crema pastelera.

Y lo besó una, y otra y otra vez.

Meses más tarde, Jimin se encontraba en el hospital esperando que llegue la hora en la que Jungkook siempre iba a verlo. Odiaba estar solo porque eso permitía que comience a divagar en sus pensamientos y,  de una u otra forma, terminaba llorando. Ya hace varios días se hizo la idea de que no saldría de esta, que no podría mejorar y que todo era en vano. Hacerse la idea de tener que dejar al amor de su vida lo estaba destruyendo cada vez más.

—¡Cariño!— Jungkook apareció en el umbral de la puerta, para luego cerrarla e ir al lado de su novio.
—¿Cómo te sientes hoy, mi amor?— el menor le dedicó una sonrisa a su novio y como consecuencia, este también sonrió.

—Ahora que te veo me siento mucho mejor— Jimin sonrió y estiró su brazo para poder tomar la mano del castaño. Jungkook sonrió otra vez, pero esta vez fue una sonrisa llena de tristeza al ver el estado en el que se encontraba su amado. Se veía totalmente destruido.

Al pasar los días, Jimin no mostraba signos de mejorar sino que todo lo contrario. El doctor había decidido que él vuelva a su casa así pasaba sus últimos momentos con Jungkook, por lo cual ambos se encontraban en su apartamento.

—¡Por fin estoy en casa!— El mayor sonrió feliz, abrazando a su novio el cual permaneció a su lado en todo momento.

Durante el resto del día, ambos se la pasaron entre las sábanas. Jimin se encontraba entre los brazos de su novio mientras este dejaba besos en sus mejillas para seguidamente llenarlo de mimos. Algo que amaba muchísimo el rubio era ser mimado por su novio, estaban tan acostumbrados a la presencia del otro que dejar ir a la persona que más amas en el mundo no sería nada fácil.

—Jungkook...—el mayor miró al castaño, tratando de captar su atención.

—¿Qué sucede, cariño?— miró con una sonrisa a Jimin, mientras se encargaba de dejar caricias por todo su rostro.

—Qu-Quiero que me prometas algo...— el de hebras rubias bajó la mirada al sentir sus ojos cristalizarse por la situación en la que se encontraba, inmediatamente su novio se encargó de limpiar una lágrima traicionera que caía por la mejilla del mayor. Jungkook en ningún momento dejó de mirarlo, dándole toda la atención a su chico.

—Nunca me olvides, por favor.—La voz del mayor se cortó mientras comenzaba a derramar varias lágrimas, el castaño al instante lo atrajo hacia él para abrazarlo de forma protectora, de tal manera que Jimin se sintió querido y protegido. Siempre se sentía querido y protegido entre los brazos de Jungkook.

—Jamás olvidaría a la persona que me enseñó a amar, Jimin.— susurró en el oído del mayor.

Don't Forget Me  ➳ Kookmin [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora