Don't Forget Me ➳ Kookmin [TERMINADA]

03.

Era otro día y Jimin se levantó con náuseas, de nuevo, lo cuál es producto de las sesiones de quimioterapia.
Al no tener a Jungkook a su lado, se dirigió a la cocina suponiendo que este estaría haciendo el desayuno. Al llegar, el menor fue a recibir a su novio con un abrazo para luego dejar delicadamente un beso en esas mejillas que tanto amaba, pero que ya estaban dejando de ser regordetas gracias a la pérdida de peso del mayor.
El cuerpo del rubio estaba muy cambiado, demasiado. Se lo notaba más flaco, en su piel se podían ver varios puntos rojos seguidos de diversos hematomas. Jimin se veía más cansado que de costumbre, y Jungkook detestaba ver a su novio así.

¿Por qué él? Era lo que constantemente se cuestionaba. Su novio era la persona más esplendida que podría haber conocido, su personalidad era totalmente hermosa y era muy difícil encontrar a alguien como él. Jimin siempre mostraba preocupación por la gente que lo rodeaba. Hasta por las personas que le habían hecho daño, pues la mente del mayor era inocente hasta tal punto que tenía la esperanza de que la gente, que se encarga de hacer el mal, cambie transformándose en alguien completamente diferente. Jimin era un amor de persona y para Jungkook, no merecía en lo absoluto lo que estaba pasando, que no dejaba más que sufrimiento en ambos.

-Estoy muy cansado...- dijo el rubio rompiendo el silencio entre ellos al mismo tiempo que apoyaba su cabeza en el hombro de su novio.

El menor suspiró con tristeza mientras acariciaba el cabello de su hyung.

- ¿No tienes hambre, amor?- Jungkook se sentó en una silla para luego sentar a Jimin en su regazo, al mismo tiempo que abrazaba su cintura.

El rubio negó con la cabeza mientras apoyaba nuevamente su cabeza en el hombro del menor. Ahora, era muy difícil que Jimin logre tener apetito.

Al cerrar los ojos, el menor comenzó a divagar en sus pensamientos al mismo tiempo que se encargaba de mimar a su novio. Le quedaba poco tiempo, eso era obvio, y no lo iba a desperdiciar. Estaba dispuesto a aprovechar cada momento que tenga con su chico, pues su meta era hacerlo feliz hasta el último día. Aunque él no quería que ese momento llegue.