Capitulo 4

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Demi dejó escapar un suspiro.

—No deberíamos haber tomado esa copa… Pero yo quería saber…

Wilmer miró el calendario.

—Veo que no te has dado ninguna prisa en contármelo —murmuró, calculando el tiempo—. ¿De cuánto estás, de cuatro meses?

Ella asintió.

—¿Y se te nota? —preguntó él. Su voz sonaba extrañamente ronca, pero Demi lo achacó a la sorpresa.

—Ya casi no puedo abrocharme los pantalones.

Wilmer se pasó de nuevo una mano por la cara.

—¿Qué le voy a decir a mi familia?

—¿Eso es todo lo que te preocupa? ¿No te das cuenta de lo que esto significa para mí? Estoy embarazada, Wilmer. No quería estarlo, pero por algún truco del destino… o de la naturaleza, me encuentro en esta situación… ¿Qué tiene tu familia que ver con esto? ¿Y mi carrera?

—Tendrás que dejarla durante un tiempo.

—¿Qué?

—No puedes seguir trabajando mientras estás embarazada.

—¿Perdona? Yo no pienso dejar mi trabajo. Millones de mujeres siguen trabajando hasta que dan a luz.

—¿Y luego qué?

—Tendré al niño… contrataré una niñera y seguiré trabajando.

—¿Y si el niño se pone enfermo?

—Ése es un problema que tienen millones de madres en el mundo. No voy a ser la primera

—Una niñera cuesta mucho dinero.

—Muy bien, tú pagarás la niñera —replicó ella, cruzándose de brazos.

—No pienso hacerlo.

—¿Cómo que no? Es tu hijo.

—A mí me crió una niñera y jamás dejaré que un hijo mío pase por eso —contestó Wilmer.

Demi lo miró, boquiabierta. Eso era algo que no sabía, nunca se lo había contado. Siempre había imaginado que Wilmer tuvo una infancia de cine…

—No lo sabía.

—No suelo hablar del tema —murmuró él, apartando la mirada.

—Ya, bueno… Mira, yo no voy a dejar mi trabajo te pongas como te pongas. ¿Por qué no dejas tú el tuyo y te dedicas a cuidar del niño?

—Lo dirás de broma.

—No, en absoluto.

—Me lo temía.

—¿Qué pasa, Wilmer? ¿Esto te da miedo?

—No puedo dejar las grabaciones. Tú lo sabes.

—Y, sin embargo, esperas que yo deje mi trabajo.

Wilmer tragó saliva.

Demi iba a tener un hijo.
Un hijo suyo.

—Por favor, vamos a ponernos serios. Yo gano diez veces más dinero que tú. ¿Por qué iba a dejar el rodaje? Sería un suicidio profesional.

—Pues deja que te recuerde cuántas mujeres, esas mujeres de las que tú siempre hablas con desdén, se ven obligadas a trabajar y cuidar de sus hijos como pueden.

—Un embarazo es algo voluntario en nuestros días.

—Pero no lo ha sido en este caso, te lo aseguro.

En la cama de su ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora