Odiaba sus ojos. Si alguien le preguntara a esa chica hermosa de cabellos azules y mechones rosas la cual presumía de buen cuerpo y una sonrisa radiante, es lo que ella diría ya que nunca estuvo contenta con el color de ojos. Aún podía recordar el día que le dijeron que su felicidad dependería de su alma gemela. Aquella maldita alma gemela que le había robado el color de sus ojos y que le había robado la oportunidad de ser feliz. Aunque podía decir que era una maldición tal y como la leyenda narraba.
Sus padres habían llegado a la escuela después de una llamada del director. La pequeña niña de seis años había estado discutiendo con uno de sus compañeros hasta llegar a los golpes. Aunque todo se resolvió al descubrir que el otro niño había tenido la culpa al iniciar la pelea. Cuando llegaron a casa sus padres le preguntaron el porque de su pelea mientras le curaban aquellas heridas y ella con lágrimas contó lo que había pasado.
Sus padres se miraron preocupados. ¿Cómo explicarle a su pequeña niña que todo lo que dijo aquel mocoso tenía razón? No tuvieron de otra más que mentirle un poco, lo que menos querían era ilusionarla o decepcionarla más.
--Tus ojos son diferentes porque significa que en el mundo encontrarás a tu alma gemela, Yusaku --Narraba su madre de cabellos azules y ojos verdes. Le acariciaba su largo cabello con cariño.-- Y el día que lo encuentres, sin duda, la felicidad llegará a ti
--Pero mis ojos son horribles --Narró la pequeña con lágrimas y un adorable puchero.-- Todos se burlan de mi y dicen que soy una cosa horrible
--Quien se atreva a burlarse de ti se las verá conmigo --Hablo su padre de cabellos morados con mechones rosas y ojos morados.-- Nadie se burla de mi hija sin antes ser golpeado
--¿En serio papá? --Preguntó con timidez.
--Te lo prometo --Su padre sonrió.-- Los golpeare y les haré pagar por decirle eso a mi niña, incluso si son niños
--¡Yuri! --Le dio un golpe en el hombro de su esposo para llamarle la atención.
--Yo solo digo la verdad Serena
Y ante la pequeña discusión de sus padres, la pequeña Yusaku soltaba risas. Sabía que esa era la manera de que dejará de llorar y que no debía preocuparse de más.
Tal vez aquellas palabras de seguridad y protección, fueron las que la mantuvieron tranquila. Ese día se permitió sonreír y salir a comprar un helado en compañía de sus padres, la seguridad que le brindaban los mismos era única y especial. Hasta el momento en el que tuvo que crecer y aquellos sueños presentes como constantes pesadillas aparecían más, no tuvo de otra más que investigar el porque le sucedía a ella. Se dio cuenta de aquella pequeña mentira que le habían dicho pero sin duda, lo que venía más adelante era mucho peor.
Que sus ojos fueran de diferente color, significaba que una antigua maldición habitaba en ella. Que a pesar de sus vidas pasadas, nunca pudo ser feliz con su alma gemela, siempre se encontraba una tragedia de por medio. Para que está misma se fuera y rompiera aquel ciclo, era necesario encontrarlo al igual que su verdadera felicidad. ¿En serio tenía que depender de alguien? Eran puras tonterías, su felicidad no iba a depender de un completo desconocido que le había quitado lo único que le pertenece.
Ahora que tenía veinte años, seguía sin creer esas cursilerias que veía en la calle cuando caminaba a la Universidad o a su trabajo de medio tiempo. Muchos la veían como una linda señorita, muchos la seguían y otros insistían en salir pero cuando veían sus ojos, se alejaban, no querían meterse con aquella maldición. Resoplaba molesta. Ella le mostraría al mundo que no necesitaba a alguien para ser feliz.
Había decidido ocultar su ojo verde con su flequillo de color azul y mechones rosas. Aunque le gustará ese color y aunque su mamá le dijera que sus ojos eran hermosos, no tenía de otra más que ocultarlo. O eso era lo que hubiera querido hacer hasta ese día. Se había detenido en el parque al sentir una corriente de aire que había removido sus cabellos, el pasador que detenía su flequillo había caído y dejaba al descubierto el ojo que todo ese tiempo quería esconder. Cuando se calmó, abrió los ojos, fue en ese momento que todo se detuvo.
Incluso, contuvo la respiración. Frente a ella se encontraba un chico de blancos cabellos y mechones purpuras. Pero sin duda, lo que más le llamó la atención fueron sus ojos, ese verde esmeralda lo podría diferenciar. Ese ojo celeste, era idéntico al suyo. Tenía entendido que las almas gemelas eran difíciles de encontrar y en caso de tener aquella maldición, era lo doble de difícil. Muchas veces ni lo encontrabas pero justo, delante de ella, se encontraba esa persona.
Instintivamente, ambos cubrieron uno de sus ojos, cubrieron aquel que les pertenecía. Sin duda, no pudo existir algo más extraño que ese día.
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Almas gemelas
FanfictionSi tu felicidad dependiera de tu alma gemela.¿Que harías? Si un desconocido tuviera algo que te pertenece y que sólo haría que tu futuro fuera más próspero. ¿Confiarias en él o ella? Ese era el destino que tenían que enfrentar las almas gemelas cuan...