--Lo siento pero es mejor dejar las cosas así Ryoken
Y sin poder decir algo más vio como la chica se alejaba. Soltó un gruñido molesto. Golpeó la pared y volvió a ponerse los lentes oscuros, quería cubrir su desgracia. Desde que podía recordar, aquellos ojos le habían traído una enorme desgracia en cuando a su vida amorosa.
Era un chico tranquilo, tenía un buen trabajo en la empresa familiar, muy pronto obtendría el puesto de su padre, tenía muchos amigos, muy social pero sin ninguna chica que quisiera estar a su lado a causa de esa maldición que lo atormentaria. Desde niño, supo el porque sus ojos eran diferente color, su padre le había explicado, sus hermanos mayores le ayudaron a entender y al final, su mejor amigo fue aquel que le dio un golpe en la cabeza para que dejará de quejarse.
Sin embargo, el quería tener una vida completamente diferente. No quería que si felicidad dependiera de una completa desconocida que se había llevado lo que le pertenecía. Intento por muchos medios intentar ocultar aquel defecto en él. Por un tiempo intento utilizar pupilentes pero eran tan molestos y tener la simple sensación que tocar con tu dedo tu ojo cada vez que estos se movían, era realmente asqueroso.
Dejó los pupilentes a un lado para tener unos lentes oscuros, era buena idea y le agregaba algo bueno a su imagen pero el simple echo de tener que cargarlo y no olvidarlos; a parte de que cuando tomaba clases tenía que quitarselos, era realmente algo molesto. Así que de vez en cuando se acordaba de ellos y en la oficina era molestos usarlos todo ese tiempo.
--No tienes porque avergonzarte sobre tus ojos Ryoken --Había dicho su madre cuando era pequeño y la visitaba en el hospital.-- Son hermosos sin importar el color o la maldición que te persigue pero --Sonrió -- El día que encuentres a la chica indicada, te darás cuenta de muchas cosas
--¿De que me debo dar cuenta? --Pregunto confundido el pequeño Ryoken.-- Ella me robó lo que me pertenece
--Hay mi niño --Sonrió con cariño para acariciar sus blancos cabellos.-- Te darás cuenta que la verdadera felicidad existe, así como la de tu padre y la mía, nuestros ojos eran de diferente color hasta que nos conocimos --Soltó una risita.-- Perdimos nuestro orgullo para estar al lado del otro y nunca me he arrepentido ahora es tu turno de demostrar que puedes seguir con tu camino, con tu verdadera felicidad y podrás hacer feliz a esa chica especial
Fueron meses después cuando su madre murió y sintió como todo se derrumbaba. Había olvidado las palabras de su madre, así que intentaría ser feliz con cualquier chica que lo aceptará, aunque todo se derrumbaba con facilidad al ver que no iba a ser fácil. Tendría que encontrar a esa chica ladrona, enamorarla y quitarle lo que le pertenece.
O eso quería hacer cuando la vio. La ventisca de aire ensucio sus lentes oscuros. Tuvo que quitarselos y detenerse. Vio en el piso un pasado con un bonito adorno, curiosamente era idéntico al que su madre solía usar. Sonrió ante el recuerdo, cuando alzó la vista se encontró con ella.
Una chica de cabellos azules y mechas rosas le miraba con atención. Era hermosa sin duda pero lo que más llamaba la atención era el color de sus ojos, eran idénticos a los suyos, el mismo color, aquel azul celeste y esmeralda que combinaban a la perfección. Tenía entendido que las almas gemelas eran difíciles de encontrar pero no creyó que la tendría fácil. Instintivamente ambos cubriendo el ojos que les pertenecía. Iba caminar a ella hasta que vio como corría a su lado sin poder detenerla.
No olvidaría esa imagen, suspiro al momento de volver a mirar el pasador que estaba en su mano.
--¿Acaso está era una de tus señales mamá?
Ahora que la encontró. Tendría que quitarle lo que le pertenece, ella no sería su camino a la felicidad y mucho menos aceptaría perder su orgullo por una desconocida.
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Almas gemelas
FanficSi tu felicidad dependiera de tu alma gemela.¿Que harías? Si un desconocido tuviera algo que te pertenece y que sólo haría que tu futuro fuera más próspero. ¿Confiarias en él o ella? Ese era el destino que tenían que enfrentar las almas gemelas cuan...