Capitulo 1: Fred y George

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Estaba en el Expreso de Hogwarts dirección a mi primer curso en Hogwarts. Estaba sola en el compartimento hasta que dos chicos pelirrojos idénticos entraron.
-Hola- dijeron ambos desde la puerta- ¿Se puede?-.
-Hola, sí claro pasad- dije amable.
-Yo soy Fred, y este es George- dijo señalando a su hermano.
-Soy TN-
Estuvimos hablando de muchas cosas. Ellos iban a empezar 2º curso. Cuando llegábamos ellos se fueron para que yo pudiera cambiarme. Me habían caído bien, sobre todo Fred. Era muy majo y ligeramente más mono que su hermano. Pero era demasiado pequeña para saber que era el amor. Supuse que sería hambre esas cosquillas que había en mi estómago. Llegamos a Hogwarts y nos recibió un señor muy grande llamado Hagrid. Nos subió a unos botes y llegamos a un castillo enorme dónde nos recibió una señora mayor.
-Soy la profesora McGonagall, tras esas puertas se encuentra el GC dónde seréis seleccionados para una casa: Gryffindor, Slytherin, Hufflepuff o Ravenclaw. La casa que se os asigne será vuestra familia durante vuestra estancia aqui- tras esas palabras se fue y la seguimos. Se abrieron las puertas y vi cuatro mesas enormes repletas de niños. Al final del todo estaba lo que supuse que era la mesa de porfesores. Estaba muy nerviosa.
-Cuando diga vuestro nombre subireis aquí, os sentaremos y yo os pondré el sombrero que os seleccionará a vuestra casa- dijo McGonagall con el sombrero en la mano.
Clark, Bellamy... ¡GRYFFINDOR!
Black, Jacob... ¡SLYTHERIN!
TA, TN...
Fui nerviosa hasta el taburete dónde me tenía que sentar, cuando me senté y me di la vuelta vi dos cabezas pelirrojas sentadas en la mesa de Gryffindor. Rezaba para que me tocará con ellos.
-Hmm, interesante. Podrías estar en Hufflepuff por tu humildad, pero eres bastante inteligente. No lo suficiente para ser una Ravenclaw. No eres ambiciosa para nada... Hmmmm, ¿dónde te puedo poner? Ya se... ¡GRYFFINDOR!-.
Toda la mesa de Gryffindor aplaudió, yo estaba muy contenta y fui a sentarme a la mesa con mi nueva familia. Me senté entre los gemelos que al verme me dieron un gran abrazo y un beso en una mejilla cada uno. Sabía que ese iba a ser el comienzo de una gran amistad.

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