﹙᭥ 㒙 𖠗˳ 𝐖𝐞𝐫𝐞 𝐚𝐫𝐞 𝐲𝐨𝐮? ◟ ♡̶

011

𝐍𝐚𝐫𝐫𝐚𝐝𝐨𝐫 𝐨𝐦𝐧𝐢𝐬𝐜𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞

Mackenzie levaba aproximadamente once meses desde su llegada. Había experimentado nuevas emociones, había respirado un nuevo aire. Su vida dio un gran cambio. Salió con Jimin una semana anterior y aunque los dos no estaban aún listos decidieron intentarlo. Mackenzie no sabía si estaba cometiendo errores, solo obedecía lo que sus pensamientos le imploraban a gritos. Tal vez se estaba equivocando pero al final no iba a estar amarrada a algo que ni siquiera existía.

Días antes de que saliera con Park, Hoseok la confundía más y más. Llevándola al borde de dejar todo, a pesar de que el chico de los ojos lindos tenía novia, la cual no lo dejaba solo ni por unos segundos, se aferraba a ella.

𝐀𝐧𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨𝐫𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞

Estaba desesperada acomodando mis mechones que se resignaban a pegarse en mi frente por el sudor que me causaba correr por las calles de Gwangju. Llegaba demasiado tarde para ser mi primera cita con Park.

—Demonios —maldecía mientras daba zancadas grandes.

El sonido del claxon de algún coche sonó haciéndome brincar del susto. Miré a mi alrededor y un vehículo en especial estaba justo en frente mío. Se veía como la ventanilla eléctrica del coche bajaba.
Me impresione al verlo ahí. Con una sonrisa enorme, y como sus ojos grises brillaban.

—¿Vincent? —Me lleve las manos a mi boca de la sorpresa.

Camine con pasos lentos hacia él, abriendo la puerta de este. El chico alto de cuerpo robusto palmeó el asiento. Hice una risita y rápido me monté.

—Me has salvado —di un gran suspiro.

—¿A dónde vas con tanta prisa? —Volvió la vista al frente, conduciendo a una velocidad normal.

Estaba tan impresionada que Vincent estuviera aquí que ni siquiera lo escuché. Bufó, tomó mi mano y sonrió. No le di importancia, de inmediato comencé con las guerras de preguntas.

—¿Qué haces aquí? ¿Te quedarás? Oye, ¿y Hanako? ¿Por que estás aquí? ¿Eres de aquí? ¿Conoces Corea? —Respiré profundo al terminar con mi interrogatorio.

Sonrió y se limitó a responder mis preguntas. Insistía en preguntarme hacia donde me dirigía que al final le conté, me llevo hasta haya, desde lejos podía ver a Park.

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—¿Llevas tiempo esperándome? —Me desparramé en el asiento, tomando del vaso de agua proveniente de Park.

Tuvimos una larga charla. Le conté sobre mi, sobre Hoseok. Notaba como todo lo que le había confesado sin duda lo dejaban sin palabras. Él comenzó a contarme cómo fue que se enamoró de mi. Con timidez a la vez y sonrisas que daban mil años de vida.

—Entonces ¿estás dispuesto a hacer eso? —Lo miré aún confusa.

—Claro que si, Mack necesitas olvidarlo. Y yo te ayudaré en eso. Confía en mi, solo necesito eso —Tomo mis manos y las acaricio.

—Park, ¿y si sólo te lastimo? No puedo amar a alguien más, en verdad. Eres un gran chico, no te merezco y me siento mal y culpable sólo utilizarte o dañarte — Rápido llevo sus dedos a mis labios, haciéndome callar. Terminé aceptando, comimos y después me llevo a la casa.

𝐅𝐢𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐧𝐚𝐫𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.

—¡Mackenzie! Ven a mi habitación —De nuevo los gritos de Jiwoo me daban dolor de oído. Fui hasta su habitación y la encontré en la esquina de la cama mirando los lindos vestidos que estaban colados en frente de ella. Me miró y comenzó a decirme cual debería de usar para hoy en la noche. Señalé uno en especial, era color azul cielo, con unos adornos de flores pequeñísimas en la parte de las mangas.

—Deberías de usar ese —Lo tomé y se lo aventé en el rostro.

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Salí de su habitación, yendo a la cocina para tomar un poco de leche. Eran las 2:46 a.m. Debería ya de estar en la cama, mañana tenía prácticas de álgebra desde muy temprano, tomé el vaso y comencé a beber la leche, dejándome bigotes de esta. Rodé los ojos al mirar aquella escena.

—Ya basta, no me hagas más cosquillas Hoseokie —Decía con voz chillona Heejin. ¿Piensa dormir aquí o qué? Digo, ya es muy tarde para visitas.

Llegó la hora de irse para Jiwoo, con ella también la acompañaba Heejin ya a que la fiesta era de su prima. Me sorprendió saber que Hoseok no iría. Y mucho más saber que no las llevaría en su coche.

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—Qué haces aquí? —Hoseok se encontraba recargado en la puerta de mi habitación, con solo una toalla en la cintura dejando a la vista sus bien marcados músculos. Hizo un ademán con su rostro, entrando cada vez más con zancadas largas hacia mi.

—¿Por qué estás siendo una chica mala hoy? —Chasqueó su lengua, pasando sus dedos sobre su sedoso cabello.

Se balanceó sobre mi, dejando mezclarse nuestras respiraciones agitadas, haciendo un sonido espectacular para sus oídos. Se acercó hasta mis labios, sonriendo sobre ellos. Mantenía mi compostura, pero estando de esa manera con Jung Hoseok me volvía loca. Con la yema de sus dedos acaricio mis mejillas, conectando nuestras miradas para hacer una sola. Dos mundos encontrándose.
Volvió a repetir la misma acción, sonriendo en mis labios, mi corazón se aceleraba cada vez que su piel hacía contacto con la mía. Estaba temblando, parecía morir ahí con solo esas caricias.

¿Porqué no puedo detenerlo?

Unió nuestros labios hambrientos con un beso tierno, pero a la medida se volvía salvaje. Pasando su lengua, buscando los rincones de mi boca. Sus manos se limitaban a acariciar mi cuerpo por encima de la tela. Era increíble como este chico me llevaba al límite, de deshizo de mi blusa y mis shorts dejándome en solo lencería. Tirándolos en algún lugar de la habitación. Me observo, observó mi cuerpo semidesnudo y dejo salir una sonrisa. Lamiendo su labio inferior y volver a tomar mis labios con gran desesperación. Cada vez que se separaba de mi para tomar aire repitió: "voy a volverme loco". Una y otra vez.