Averiguaciones

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Hola :) antes de dejaros con el capítulo me gustaría animaros a leer LOOKING FOR PROBLEMS, es la novela que estoy escribiendo nueva y me encantaría que la leyerais y que podáis votar y comentar. Gracias. Os dejo con el capítulo, espero que os guste ;)

-Alejaos todos de la escena del crimen.-dijo Giuseppe a todos los curiosos que empezaban a acercarse.

Ese hombre rezumaba autoridad y respeto, y todo el mundo volvió a sus tareas.

-Necesito un poco de ayuda. Usted irá a casa del doctor para pedirle que venga.-me señaló con la cabeza a una de las mujeres que vendía pan a poca distancia de nosotros-Ella le podría mostrar el camino.

-De acuerdo.

-Usted preguntará a la gente de la zona lo que sabían acerca de esta mujer.-le ordenó a Gastón.

Nunca había visto a nadie dándole órdenes, excepto su padre tal vez. Él debió de llegar a la misma conclusión que yo, pues puso una extraña mueca en su rostro. Finalmente accedió.

La panadera resultó ser una mujer muy amable, me hablo de lo asustados que estaban todos por lo recientes asesinatos y que no sabían qué hacer para protegerles.

-Es una pena la muerte de Andy.

-Cada persona que muere es una tragedia para todos.-añadí recordando a mis padres.

-Sí, pero esta señora siempre nos había ayudado a todos. Aunque en realidad deberíamos haberle ayudado nosotros a ella.

-¿Qué quiere decir?

-Andy perdió la vista hace unos cuantos años, eso no permitió que siguiera con su vida normal.

Me quede un tiempo en silencio mientras añadía las palabras de la panadera a mi lista mental de datos sobre el asesinato.

-Ya hemos llegado. 

-Muchas gracias señora.

-No hay de qué. Espero que encuentren pronto al asesino.-me dijo antes de darse la vuelta y regresar a la plaza.

La casa del médico estaba algo alejada del pueblo, junto al bosque. Tenía un aspecto un poco sombrío no parecía que estuviera muy bien cuidada.

Me acerqué enseguida a la puerta y toqué con los nudillos un par de veces. Esperé, pero nadie me abrió. Puse la oreja en la puerta y no percibí ningún sonido.

-Qué raro-me dije a mi misma.

-¿Qué deseaba?- escuché de repente una voz a mis espaldas.

Me di de golpe la vuelta notando la adrenalina recorriendo cada parte de mi cuerpo.

Había junto a mí un hombre de unos 50 años con un rostro tranquilo con aspecto de cansancio. Vestía ropas caras, a pesar de que no aparentaba ser noble, y estaba manchado de tierra.

-Buscaba al médico. Me envía el detective.

El hombre se puso de pronto pálido.

-¿Le importaría decirme por qué razón, señorita?

-Han asesinado a una mujer llamada Andy, y el detective requiere su presencia. Supongo que querrá que examine el cadáver o algo parecido.

El rostro se le calmo y sacó unas llaves de la cesta que llevaba.

-Iré con usted enseguida, pero antes he de dejar en mi casa estas hierbas medicinales que acabo de recoger en el bosque.

-Por supuesto.

Abrió la puerta enseguida y cogió la cesta.

-¿Quiere usted pasar?-me sugirió el médico- Voy a tardar un tiempo en colocar las hierbas y, con los tiempos que corren, creo que sería más seguro para usted permanecer dentro.

Condena acordadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora