Boda

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Después de lo que le habían contado a Daiki sobre lo ocurrido, decidió partir a su casa y prepararse adecuadamente con las mejores armas que podía hacer con sus manos de herrero y no le importaba si tenía que cortar cabezas de los reyes. Aunque le preocupaba ese hechicero, realmente parecía muy poderoso y malvado.

― ¿Por qué me sigues Tetsu? ―Dijo dándose cuenta que el de cabellos como el cielo estaba detrás de él; pegándole un susto casi de muerte, porque era casi como un fantasma.

―Lo siento Aomine-kun, quiero saber a dónde iras ahora, saliste impulsivamente de la casa de Takao-kun en dirección al bosque de las hadas ¿Sabes siquiera como llegar a tu casa? ―Kuroko parecía sinceramente preocupado.

―No lo sé, pero no debe estar muy lejos ¿no?

Kuroko Tetsuya suspiró y le explico con calma.

―Digamos que los reyes te enviaron a los límites del país, Takao-kun ofreció su casa para que puedas vivir allí de momento mientras encuentras otro lugar para vivir. Si intentas de nuevo entrar siquiera a las tierras del reino que no se debe mencionar, es posible que te maten.

El moreno lo miro incrédulo por esa nueva información.

― ¿Por qué no lo dijiste antes?

―Porque no lo preguntaste...

Estaba en un lio ¿Cómo mierda iba a rescatar a Ryōta ahora de esa gente lunática que lo quería casar con otro? Él era suyo, de nadie más. No permitiría esto, impediría que se salieran con la suya como sea.

―No importa Tetsu, aunque me cueste la vida salvare a mi esposo. ― No se rendiría así de fácil, aunque tuviese que arriesgar su vida, su esposo volvería a él.

―Tengo una idea Aomine-kun. Conozco a amigos que podrían ayudarle.

― ¿Ah sí? ¿Quiénes?

Aomine iba a necesitar toda la ayuda posible, así que cualquier mano amiga era bienvenida en ese momento.

Aomine iba a necesitar toda la ayuda posible, así que cualquier mano amiga era bienvenida en ese momento

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En el día de la boda

Akashi se vistió después de tomar una ducha con Furihata Kōki, quien también buscaba su ropa para acompañarlo a la boda, sin embargo, el hechicero le eligió personalmente su atuendo para la ocasión.

Furihata sonrió animado tomando la ropa que le entregaba su "verdadero amor". En esos días estuvo muy pegado al hechicero y este, a pesar que dijera que no creía en el amor, se dejaba hacer y cuidaba a Kōki, le daba la atención que pedía este y por ello en las noches siempre terminaban haciendo el amor. Incluso hacía poco que acababan de hacerlo antes de ducharse.

―Vamos a un evento importante Kōki y ahora eres mío, así que debes llevar ropa digna de la pareja de un emperador. ―Se terminó de arreglar y empezó a ayudarle con la ropa siendo suave con su compañero. Furi estaba con las mejillas coloradas debido a esto. Su destinado no parecía ser esa persona mala que creyó en un principio y por ello cada vez estaba más convencido de que tenía razón.

Esto no es un cuento de hadas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora