☺ Capítulo 12 ☺

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—Sí, yo también. Solía desear tener hermanos, pero sé que tendrían que aguantar esto también y no podría hacerle eso a nadie.


Dejamos todo en la cinta transportadora. De repente siento los brazos de Louis a mí alrededor, tira de mí contra él.

—Sé que no me conoces, y entiendo eso, y no quiero espantarte, pero estoy aquí para ti. No tienes que pasar a través de esto sola.

Levanto la mirada y sonrío.

—Gracias.

Poniendo una sonrisa maliciosa en su rostro, Louis susurra—: Debería asustarte, sabes.

—Todavía estoy esperando a que me mates y me escondas como en alguna bizarra película tipo Thriller.

—Sí, y no he resuelto todavía que te voy a hacer, así que en este momento, puedes seguir viva —dice Louis, entrecerrando los ojos.

Con una exclamación, grito.

—¡Genial!

Louis se ríe y me empuja hacia la línea. La chica en la salida no puede apartar los ojos encima de él. Veo esto y trato de no sonreír. Louis se da cuenta. Camina hacia la cajera.

—Hola.

—Hola —responde, de forma femenina, en una especie de manera risueña. Pongo los ojos en blanco—. ¿Encontraste todo lo que necesitabas?

—Sabes, estuvimos un poco colgados en el pasillo de los anticonceptivos, pero lo resolveremos. —Le doy a Louis una patada en la espinilla. Se inclina y grita—: ¡Ay!

Cruzo los brazos y sonrío.

—No hay necesidad de un método anticonceptivo cuando no puedes ponerte de pie.

Volviendo su mirada en mí, dice—: Bueno cariño, ahora no vas a necesitarlos por un tiempo.

—Boohoo —me quejo, como un gesto de que estoy llorando.

—Así que, ¿lo encontró todo, entonces? —pregunta la cajera, mirándonos.

Asiento con la cabeza.

—Sí, lo siento por él. Solo lo dejo salir fuera de la casa una vez al mes, si puede ver por qué. —Doblándose de la risa, Louis da la vuelta. Me acerco y le palmeo la espalda—. Está soltero por si estás interesada.

—Oh, cariño —interviene Louis—. ¿Me estás dejando?

—Sí —le contesto de forma dramática—. Me voy a mudar a mayores y mejores cosas.

Dando a la cajera su seductora sonrisa, Louis le pregunta:

—¿Cómo te llamas?

La cajera lo mira como si estuviera loco y empieza a registrar los artículos. No le toma mucho tiempo terminar.

—Su total es de 85.68.

—Ahora, tienes que pagar por tus cosas. Ya no seré quien te mantenga —dice Louis, cruzando los brazos.

—Bien —suspiro—. No sé lo que haré ahora. Oh, espera, se llama una tarjeta de débito. —Tomo la tarjeta y la paso por la máquina. Me toma un segundo recordar el pin de mi madre, sin embargo. Rara vez gasto dinero en algo.

Mientras la cajera me entrega mi recibo, Louis se inclina.

—¿Estás segura de que no quieres darme tu nombre?

Empiezo a empujarlo. En cuanto a la cajera, le digo.

—Lo siento, aún no ha comido.

Louis carga las bolsas y salimos por la puerta. —¡Eres demasiado divertida! —grita.

тнє αят σf тнє ℓιfє TERMINADA |Louis&Tú|Where stories live. Discover now