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ᴍᴀʀᴀᴛóɴ 2/3

𖣘: Emily Maloley

Luego de haber jugado un rato con los chicos, Nash se cansó obligándonos a parar todo el juego.

- Pobre anciano - dije chasqueando la lengua mientras me burlaba de él.

- No estoy viejo, tengo apenas 20 años - dijo tomando mucha agua.

- Casi 21 - dijo Hayes respirando agitadamente.

- ¿Ambos están cansados? - pregunté rodando los ojos.

- Amor, jugamos una hora y media, es claro que estamos cansado, ¿tú no? - dijo Hayes tomando agua también.

¿Una hora y media? ¿Enserio? Yo juraba que teníamos unos 15 minutos de jugar

- ¿Que? - agarre una botella de agua.

- Si, cariño, jugamos mucho tiempo - repitió Nash.

- Bueno... creo que ya me iré - dije mirando la hora que me estaba mostrando Hayes en su móvil, que lindo, tenía una foto de ambos como fondo.

- ¿No almorzaras? - preguntó Nash.

- No, Kylie dijo que me esperaría con almuerzo, además desayuné hace poco - subí los pies en la mesa ganándome una mala mirada de parte de Nash, Kado se acercó a mi mientras empujaba una pequeña pelota, al igual que Zan a Hayes con su muñeco para que se lo tirara en la piscina para es saltar a traerlo.

- Bueno... estaré adentro, por lo visto jugarán un rato con ellos - dijo Nash agarrando las botellas vacías mientras entraba de nuevo a la casa.

- Vamos Kado, vamos precioso - dije llamándolo mientras me levantaba de la silla, comencé a correr un poco mientras el me seguía, luego de calcular un buen espacio para tirarle la pelota, la tire, el inmediatamente corrió a traerla mientras se tropezaba un poco con sus patas, vi a Hayes jugar con Zan, cuando Hayes tiraba el muñeco Zan saltaba, Zan enserio amaba jugar a eso.

Estuvimos un buen rato jugando con ambos perros, luego de que Kado se me tirara encima como Zan en la mañana, paramos de jugar.

- ¿Te irás sola? - preguntó Hayes abriendo la puerta que daba para entrar a la casa.

- Creo que primero caminaré un poco - dije fingiendo seriedad, jajaja ¿yo? ¿Caminar hasta la casa de Kylie? Ni que estuviera chiflada.

- Si como no - se río de mi, nos encontrábamos en la cocina, Hayes sirvió un poco de jugo de manzana para ambos, nos lo tomamos, cuando fui a dejar el vaso en los platos sucio, Hayes vino por atrás asustándome ya que el seguía en la mesa cuando yo me levante, me agarro de la cintura para darme la vuelta, puso su cara en mi cuello causándome un poco de cosquillas por el movimiento tan repentino, comenzó a hacerme un chupete, hijo de su...

Se lo que trataba de hacer.

- Hayes, te conozco tan bien - dije riendo cuando se separó de mi cuello.

- ¿Y ahora que hice? - dijo haciéndose el desentendido.

- Haste el loco, claro - lo agarre de sus mejillas para poder besarlo.

Secretly in love ⋮ Hayes Grier Donde viven las historias. Descúbrelo ahora