Observé las nubes por la ventana del avión. No era la primera vez que volaba pero seguía siendo igual de fascinante. Annie dormía profundamente en el asiento de al lado, era extraño verla tan tranquila.
-Mami, quiero un brownie...-Murmuró entre sueños.
Por supuesto, Annie seguía siendo Annie incluso dormida.
Una Azafata apareció por el pasillo del avión. Llevaba un carrito lleno de comida y bebida, miré a Annie divertida. La azafata me sonrió.
-¿Desean algo de comer?-Preguntó amablemente.
Annie abrió los ojos de golpe y miró a la azafata, que pegó un salto por el repentino acto de mi mejor amiga.
-Un brownie, por favor.-Sonrió.
La azafata asintió y salió huyendo. No pude reprimir una risita.
-¿Cuánto falta para llegar?-Preguntó Annie inclinándose sobre mí para poder mirar por la ventana- Malditos apoya brazos, ¿Por qué ponen estas cosas? Son un obstáculo.
-Tal vez una hora más o menos, no estoy muy segura. Y no te metas con los apoya brazos, son geniales- Empujé a Annie y acaricié el apoya brazos que minutos atrás se estaba clavando en el estómago de mi amiga- Buen chico.
-Se me está haciendo eterno- Suspiró pesadamente- Oh sí, claro, son muy útiles para que el chico te deje un espacio con tal de que tú apoyes el brazo y te coja la mano para meterte mano a mitad de la película. Geniales.
-Pero si has estado durmiendo todo el viaje. Oh vamos, no todos te meten mano, y lo de cogertela es muy romántico.
-Sí, pero me duele el cuello. Y no es romántico, es estúpido y un completo cliché.
-Me gustan los clichés.
-Chica, tienes un problema...-Rió.
La miré extrañada, abrí la boca para decir algo pero la azafata apareció con el brownie y Annie se puso a comer como si no hubiera mañana. Esta chica...
-Por cierto, ¿Qué pasó en el aeropuerto? Te quedaste embobada con ese chico -Me miró divertida- Te lo comías con la mirada.
-¿Qué? ¡No! Era un completo idiota arrogante.
-Pero estaba bueno -Sonrió pícaramente.
-Bueno, sí pero...
-Pero nada -Me cortó- Si lo volvemos
a ver, te lanzas.
-¿Volverlo a ver? Annie nos vamos a América. Dudo que lo volvamos a ver, y aunque fuera así jamás me lanzaría, ni siquiera lo conocemos y vuelvo a decir que es un idiota.
-Nunca se sabe, de todas formas si no te lanzas tú lo haré yo, estaba como este brownie -Se relamió los labios y mordió el brownie que tenía en su mano- Tienes que divertirte más, Bibi.
-Sí, Sí, sí -Contesté aburrida.
-Y bueno ¿Que vas a hacer con tus padres?
-Les dejé una nota -Me encogí de hombros- Tenemos una semana antes de que Marie se entere de que me he escapado.
-¿Vas a tirar tu móvil?
-¿Qué? No, ¿Por qué?
-Pueden localizarte con él -Dijo saboreando el brownie.
-Mierda.
-De todas formas no es como si lo fueras a utilizar.
Poco tiempo después llegamos a Los Ángeles. Annie hizo una extraña entrada cuando puso su pie en el suelo del aeropuerto de Los Ángeles.
-ESTAMOS EN LOS ÁNGELES, SIIII -Gritó.
Recogímos las maletas y nos sentamos a comer algo en uno de los restaurantes del aeropuerto.
Habíamos alquilado una habitación por un mes, era barato y teníamos pensado trabajar en un bar cerca de la playa, eso nos ayudaría a conseguir dinero. Poco. Pero suficiente.
-Bien, creo que primero tendremos que ir a la habitación a instalarnos y después ir a trabajar -Propuse.
-Bibi, te has ido de casa porque estabas atada a unas obligaciones y llegas aquí y te pones más obligaciones -Hizo un gesto de desaprobación- Relajate, deja que todo fluya.
-¿Has fumado algo? Entiendo lo que dices pero Annie, tenemos que conseguir dinero y...
-Bibi, hemos venido a disfrutar, olvídate de ser responsable por un momento y disfruta. Ya pensaremos en el dinero más tarde.
Suspiré rendida, me gustaría tener la despreocupación que tiene Annie, pero no puedo, me han criado así... Aunque se supone que estaba huyendo de todo eso, tal vez Annie tenga razón, tal vez tengo que dejarme llevar.
Cuando salimos del aeropuerto, cogimos un taxi que nos llevó a nuestra nueva casa, bueno, más bien nuestra nueva habitación. Me pregunto si los dueños serán simpáticos. Por el camino, me despedí de mi móvil.
-Tal vez... -Comencé.
-¿Si?
-Podría conservarlo...
-Bibi, olvídate de tu otra vida, ya no hay vuelta atrás, además yo ya he tirado el mío.
Lo miré por última vez, hice como si lágrimas cayeran por mi rostro, dramatizando un poco el momento, abrí la ventanilla del taxi y mirándolo por última vez, lo lancé con fuerza hacia el exterior. Un golpe sonó y a continuación un pitido de algún coche.
-Bajen del taxi.-Dijo el conductor.
Annie y yo nos miramos confundidas. ¿Bajar? El coche comenzó a disminuir la velocidad y paro justo en el comienzo de una serie de urbanizaciones.
-Bajen -Dijo lentamente.
-Pero...
-BAJEN
Annie y yo salimos disparadas del taxi, cogimos nuestras cosas, y este se marchó dejándonos allí tiradas, sin cobrarnos por el viaje. Genial. La pregunta era: ¿Dónde estamos?
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Lost In Your Eyes.
Novela JuvenilBibi Jones era la típica chica rica, inteligente y como no, la niña de papá. O eso es lo que le han enseñado ser. Cuando cumple la mayoría de edad, decide irse a América con su mejor amiga, dejando todo atrás, para aprender a vivir, a ser libre, a e...