Reacción Radioactiva

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*BasemilitarThorp*

Valery se encuentroba en la antigua oficina del ex comandante Miguel, ahora que sus superiores le revocaron el cargo, se lo cedieron a ella. A pesar de que disfrutó la reacción de Miguel, no le agradó para nada haberlo dejado en la calle, hubiese preferido encargarlo del entrenamiento de los nuevos reclutas, a eso, pero ya no se podía hacer nada más.

—Comandante Valery —dijo Eduardo, irrumpiendo en la tranquilidad de la sala, ya se le había vuelto costumbre.

— ¿Ya hiciste lo que te pedí? —preguntó ella sin dignarse a mirarlo.

—Si señora, pero...

— ¿Pero qué? —Lo interrumpió.

—Ha habido un accidente.

—¿Qué más accidente que el de ayer?

—Será mejor que lo vea usted misma comandante —ella se volteó y examinó a Eduardo con una mirada despectiva, sonrió al darse cuenta que lo incomodaba.

—Bien —dijo—, vamos.

Al decir eso, Eduardo la guió hasta el laboratorio.

—Debe ponerse un traje anti-radiación —le sugirió.

—Como digas —Valery se puso el traje algo grande para ella, pues, su pequeña estatura no le era de ayuda en estos casos.

Al entrar, observó como los guardias –que también tenían trajes anti-radiación– resguardaban una puerta, su curiosidad la llevó a asomarse por la ventana, descubriendo así algo completamente desagradable.

—...Miren al cielo, miren al cielo... —repetía constantemente el hombre de ojos blancos, cuya piel estaba tan pálida que se le veían las venas y su voz era grave con un extraño eco.

— ¡¿Qué diablos es eso?! —exclamó.

*Ciudad Visión*

Su respiración estaba agitada, intentó calmarse poco a poco, la ciudad estaba en llamas, el caos reinaba, los gritos, el miedo, todo era un desastre, escombros y más escombros, era lo único que veía, el recuerdo de su madre lo perseguía, recordaba claramente como su rostro fue cambiando poco a poco, su mirada, su voz, ¿por qué a el no le pasó lo mismo que a su madre cuando miró al cielo? ¿Por qué las defensas de la O.A fallaron? Núnca lo habían hecho, ¿por qué fallaron ahora y no en el accidente que describió Federico? Resguardó en su chaqueta el libro que consideraba tinía algo que ver con el desastre que ocurrió el día anterior, pero ahora tenía que escapar, ese lugar no era seguro, había dejado de serlo cuando el asteroide apareció en el cielo.

Salió del pequeño callejón que fue su escondite y refugio, buscando desesperadamente un medio de trasporte con el cual escapar. No tenía nada, no tenía a nadie, sólo eran él y su libro.

—Necesito un auto urgente —pensó en voz alta.

Deambuló solitario por las calles, las llamas lo rodeaban, ¿dónde estarían todos? Hacía pocos segundos había un caos, ahora, solo silencio, y lo que quedó de la ciudad, pero algo a lo lejos llamó su atención.

—¿Qué es eso?

Al acercarse descubrió un pequeño cráter, en el centro de este reposaba un fragmento de asteroide, era de un color azul cristalino, su brillo lo hipnotizó, y se acercó para tomarlo.

— ¡No te acerques a eso! —gritó un hombre, sacándolo del trance.

— ¿Por qué?

— ¡Aléjate y ven conmigo!

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