El Rescate: Parte 1

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—Lo siento señorita pero no puede pasar.

—Oficial, entienda que mi hermano y mi madre se encuentran en ese lugar, tengo que pasar.

—Lo siento, pero tenemos órdenes estrictas.

—Vámonos, te dije que no debíamos venir —le dijo Rodrigo poniéndole la mano en el hombro comprensivamente.

—No es justo —se queja Ariana dando reversa a su auto.

— ¿Has intentado comunicarte con ellos?

—Fue lo primero que hice, hay interferencia con los comunicadores. El auto se está quedando sin energía.

—Por aquí cerca hay un puesto de recargas —dijo Roberto.

Ariana llegó a la frontera pero no le cedieron el paso, como dijeron las noticias, no dejaban pasar a nadie.

—Debe haber algún modo de entrar —dijo mientras conectaba el auto al puesto de recarga, un pequeño cubículo parecido a las cabinas telefónicas, estos son gratis, también hacían parte del programa Borton.

—Ariana olvídalo, no puedes entrar.

—No me digas nada, debo hacerlo, es mi familia de quien estamos hablando, sus vidas podrían estar en riesgo, estoy muy preocupada —dijo con la vista fija en el retén, aún estaban muy cerca de la frontera.

—Sé que es frustrante no saber que pasa con tu familia, pero debemos confiar en las autoridades, ellos nos dirán que pasa... con el tiempo, tal vez.

—Eso es lo que me preocupa, las autoridades no se han pronunciado aún, ¿cómo quieres que me rela... —todo lo que iba a decir se borró de su mente en unos segundos, al fijar la vista en en un espacio libre de policías, éra una verja poco sólida que podría derribar con el auto—. Se me acaba de ocurrir algo —Rodrigo dirigió la mirada, hacia la verja e inmediatamente se negó.

—Ah no, no, no y no. No vas a atravesar esa verja, ¿y si la policía te atrapa?

—No lo harán, sólo hay que manejar a alta velocidad, derribar la verja, y no detenernos, no nos atraparán.

—Suena tentador, pero no lo haremos.

—Nadie te está invitando a acompañarme —dijo ella levantando un ceja.

—No vas a hacer esa locura... Sola.

—Entónces, acompáñame.

Ambos jóvenes entraron al auto y en segundos Ariana aceleró, avanzaron a toda velocidad rompiendo la verja y llamando la atención de los policías más próximos.

—Escucha las sirenas Ariana, nos vienen persiguiendo.

—No seas llorón —ella hizo un movimiento brusco y el moderno auto giró a la derecha en una acrobacia, levantando una gran cantidad de humo en la destapada calle.

—¡Estás loca! ¡Nos quieres matar! —Dijo Rodrigo con los ojos muy abiertos.

—No seas niña y callate —Ariana siguió con sus "acrobacias" y movimientos bruscos, hasta que perdió de vista a los policías. Una vez detuvo el auto, Rodrigo salió a toda prisa de el y vomitó.

—Rodrigo, yo pensaba que eras más valiente —él la fulminó con la mirada mientras ella soltaba una carcajada.

—No vuelvas a hacer eso en tu vida por el bien de la mía.

—Llorón.

—Loca sicópata.

Miren al cielo, miren al cielo...
¡¿Qué demo...

—Sube al auto tonto, debemos irnos.

*Base Militar Thorp*

Valery observaba impaciente al hombre junto a ella esperando una respuesta rápida y contundente.

—Verá comandante, las personas que actúan de ese modo tan extraño lo hacen porque al tener contacto directo con el meteoro, se exponen a unos niveles de radiación extremadamente peligrosos...

—Eso ya lo sé, lo que no sé y me inquieta, es ¿por qué rayos actúan así? Nunca antes había visto que la radiación hiciera que la gente perdiera su humanidad y hablara incoherencias.

—Eso, mi comandante, es lo intrigante. Mi equipo y yo estamos trabajando para averiguarlo.

—Todos ustedes son unos incompetentes, necesito respuestas ya, esto es urgente o ¿es que no han visto lo que pasa en Ciudad Visión? Todo es una catástrofe de gran magnitud. Mire eso —encendió una pantalla en la pared. Las imágenes mostraban lugares de Ciudad Visión, había gente caminando sin rumbo con las características de los afectados. ¿Ve a la gente que está afectada? ¿No cree que merecen ayuda urgente? —Estaba apunto de salirse de casillas, y el anciano hombre se pasó la mano por la sudorosa cabeza calva, estaba nervioso.

—Si, los veo, y sé que merecen ayuda pero entienda, estamos haciendo todo lo posible por...

—¡Pues entonces hagan lo imposible! ¡Retírese!

—Si mi comandante.

*Escondite*

—Señor, todo va de acuerdo al plan —dijo el hombre de traje al que se encontraba en una silla de espaldas a él.

—¡Perfecto! Así me gusta.

—Pero, hay un problema.

—¿Cuál? No deseo problemas, y lo sabes.

—Hay, hay... Personas inmunes.

—¡¿Qué?! No es posible —dijo recuperando la compostura—. Bueno, ya sabes que hacer.

—Lo que usted diga —dijo antes de salir de la pequeña sala.

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⏰ Última actualización: Dec 18, 2014 ⏰

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