CHAOS

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Comenzamos con un banquete, éramos tres, al fin reunidos

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Comenzamos con un banquete, éramos tres, al fin reunidos. Un ágape sin convocar sólo regido por una antigua conexión, hiperbórea, incorpórea. Uno veía, otro oía, otro tocaba.

El tiempo, eterno verdugo de ausentes sentidos atento clamaba por ser incluído a los ojos de Anubis, a los pies del dormido. Este recinto, a los tres consagrado brioso guardaba vedados poderes que un dios temeroso, vacío ocultaba. Así convenimos en magia proscrita alzar nuestras copas e invocar la sentencia de los sucedáneos del celo cautivos, la occisa sonata aún sin estreno aguarda en sosiego los tres movimientos en tres proporciones. Uno sentía, otro pensaba, otro moría.

El cuerpo, infausto presidio de ciencias sagradas sujetas al yugo de armas pesadas ungía el banquete de blancos placeres, no atreve su sangre a romper la armonía e incauta conduce el aire que ingresa y en rondas vulgares la carne alimenta, lo espeso aquí reina, no hay ángel que marque las cuadras del pulso ni esbirro inmanente que mate su impulso. Aquí nada crece, no hay voluntades el mundo perenne de él se alimenta e impávido toma su vasto descanso. Uno respira, otro vibra, otro arde.

El alma, ingenua consorte de causas infieles ligada al encanto de lo proyectado por áureos designios ahora ignorados, presenta el banquete y dispone los platos, la industria se alza con sacra pericia, y alzando su mano obsequia su gracia, eterna pupila de un sordo maestro quién verba instrucciones de tieso martirio. El libido grito su verbo corrompe y ahora consciente en su paso tardío, atenta lo escucha en su simple parodia. Uno bebe, otro come, otro observa.

El vino ya en gotas apaga las velas, la noche de Helios la calma le ofrenda, así este pacto, por tres fue sellado, signado y marcado, por tres fue creado. El cofre se abre, ansiosa testigo la tierra proclama en lenguas negadas remotos designios, por siempre cercados.

El pacto acatado en lenguas ajenas se hace presente, y su bruma despliega, aquí me han llamado, así me presento.

NIL INTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora