Capítulo 8

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Me niego a creer que esto está pasando, mi corazón latía a mil y una lágrima cayó por mis mejillas. No podía soportarlo, y no entendía nada, estaba muy confusa. No quería estar ahí, es que no podía, y me fui, no sabía qué hacer ahora mismo. Me dirigí al camarote, cerré la puerta y me senté en el borde de la cama.
Mierda, otra vez me vuelvo a fijar en un gilipollas, no sé en qué estaba pensando, sólo era un amor veraniego de los que nunca vuelven a pasar, y me he enamorado.
Me he ilusionado para nada, qué estupidez.
Un montón de cosas se me pasaron por la cabeza, y fui estúpida pensando que tal vez él también sentía lo mismo. ¿Qué he sido para él? ¿un juguete? ¿un premio? No lo sé, pero creí que lo nuestro era único y especial, tal vez me lo estoy tomando muy en serio esto, pero duele, es lo que siento ahora mismo.

Me tumbé en la cama dejando que esos pensamientos invadieran mi mente, torturándome lentamente, y de verdad que quería ser fuerte, pero no podía evitar las lágrimas.            Me quedé dormida.

Me despertó el sonido de la puerta abriéndose, era Ann. Me limpié un poco la cara y esperé a que ella no notase nada raro en mí.

- Llevo una hora esperándote y no has... - no acabó la frase.- estás horrible, ¿qué te ha pasado?

- Nada, sólo quiero descansar un rato.- ni de broma se lo creerá.-

- Oye, no sé con quién te crees que estás hablando, pero a mi no me la cuelas, ¿Es por jeffrey?- dijo y se acercó a mi preocupada.-

Suspiré y se lo conté. Estaba alucinando al igual que yo, y por supuesto no se lo esperaba para nada, Jeffrey era un buen hombre o eso creíamos. No entendíamos nada. Me dijo que lo mejor sería que hablara con él, las cosas se solucionan hablando, no dejandose de hablar. Pero no me atrevía, no soy capaz de mirarle a los ojos, al menos no ahora.

- ¿Sabes Skye?, te voy a decir una cosa, nada ni nadie nos va a arruinar estas vacaciones, así que será mejor que superes todo esto, sólo es un pequeño bache en tu vida, es un amor veraniego, en un futuro nos reíremos de esto, y si nos llegamos a acordar, hay muchísimos hombres ahí fuera que merecen la pena. Fíjate en mí, sé que no soy un buen ejemplo, pero no me complico la vida, polvo de una noche y ya está. Bueno... será mejor que no te fijes en mí.

Me sacó una sonrisa, es lo que necesitaba, y tenía razón, odio que siempre tenga razón.

- Creo que sé lo que te puede levantar el ánimo.- Me dijo Ann con una sonrisa.- Un granizado.

No me vendría nada mal un granizado, y sinceramente creí que iba a decir que unas copas era lo que necesitaba.

Me arreglé y me preparé mentalmente para cualquier cosa.

Nos fuimos al bar que estaba a unos 5 minutos de nuestro camarote y no había ni un rastro de Jeffrey, así que me relajé. Y pedimos un granizado. Vi a Ann diciéndole algo al camarero, pero no le di importancia, y por fín trajo los granizados.

- Por una vida sin gilipollas.- brindé, y tomé de mi granizado-
Ann... Creo que esto lleva alcohol.

- No que va, no creo.- dijo Ann dando un trago a su bebida y empujando mi bebida hacia mi boca para que tomase más.

Me dejé llevar por Ann y bebí, me vendrá bien para olvidar todo o al menos eso creo.

Estaba hablando con Ann y tomando más granizados de esos, cuando noto que alguien me toca el hombro, y me doy la vuelta.

- ¿Skye?- dijo una voz suave y ronca.

- Hola... Brock, ¿qué haces aquí?- dije demasiado entusiasmada.-

- No te lo vas a creer, pero estoy de vacaciones en un crucero.- me dijo con una sonrisa y muy irónicamente.

Creo que ya empiezo a notar los granizados. Me reí muy fuerte ante su comentario. Vi a Ann tapándose la cara con su mano mientras se reía. Y esa fue la última vez que la vi en toda la noche, porque no sé a donde se fue.

- Te debo una disculpa, el otro día en el spa, no sé en qué estaba pensando, de verdad, lo siento mucho, te prometo que no soy así.-  dijo Brock muy avergonzado, de verdad lo sentía.-

-Vale, está bien, te perdono, no es que lo hubiera disfrutado ni nada.- mierda, ¿en serio he dicho eso?-

-¿En serio? Creí que me pegarías o algo por el estilo.- dijo aliviado y mostrando sus dentadura perfecta.

- Nah, no soy de esas.

- ¿Ah no?, y ¿de qué eres? - su tono de voz cambió completamente, me gusta por donde va.

Sonreí y me acerqué a él.

- ¿Quieres averiguarlo? - le dije con una sonrisa perversa.

Brock me miraba fijamente mientras pasaba su lengua por el labio inferior.

- Pues.... muero por averiguarlo.- esa sonrisa ladeada me lo decía todo.

- Entonces vayámonos a mi camarote.- le dije, con un intento de mi voz seductora.

Me cogió de la mano y nos fuimos directos a mi camarote, deseando que no estuviera Ann. Estábamos a unos metros del camarote cuando a lo lejos puedo apreciar una figura ya en la puerta. Mierda. Jeffrey estaba en la puerta con un ramo de flores. Paré a Brock de golpe. Tenía la mente en blanco.

- ¿Pasa algo? - dijo Brock.

- No, es que acabo de recordar que tal vez esté mi compañera en el camarote... vámonos al tuyo.

- Vale, está bien.

De camino no podía dejar de pensar en Jeffrey, ¿de qué va?, dice todas esas cosas y luego me lleva flores... yo también sé jugar.

Entramos en el camarote y estaba frustrada, empujé a Brock contra la pared y le besé, me desahogué en sus labios, en él. Voy a darle a Jeffrey su merecido, que sufra.

Me acosté con Brock, pero no era Él, no era Jeffrey. De todos modos creo que ha valido la pena.
Brock está dormido a mi lado y yo solo puedo pensar en una persona... 

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⏰ Última actualización: Dec 07, 2018 ⏰

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