Bakugo es muy blandito, si no te mata antes por idiota

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Los días pasaban tranquilos, bueno todo lo tranquilo que puedes estar a la espera de la broma de Sero. Vigilando hasta tu sombra, comprobando que no halla trampas cada vez que pasas por una puerta, te sientas en una silla o usas algo.

Bakugo estaba diferente algo había cambiado pero no como antes, era diferente, más cálido a su modo. Pasábamos los días a la espera de encontrar eso que al fin les haga romper. Algo que le haga desconfiar y le separe de el para que vuelva con Bakugo. Un detalle especial que le dejé como el verdadero idiota que es. Pese a nuestros quebraderos de cabeza en su búsqueda ese no sé qué aún no lo encontrábamos.

Algún día averiguaremos como Mina consigue hacernos ceder en todos sus caprichos. Como el de ir a una pista de hielo siendo todos unos negado en este deporte excepto ella. Ya se veía venir el final, pues acabaríamos con dolor de trasero y empapados. Aunque nunca imaginamos un suceso tan catastrófica mente vergonzoso como ese. Cuantas posibilidades había que Kirishima acabara sin control deslizándose por el hielo derecho contra mí, llevándome por delante y precipitándonos en giros y piruetas para mantener el equilibrio derecho hacia Bakugo. Que cuando se dio cuenta ya estaba tirado en el suelo con mi cuerpo sobre el. Quedando yo apresado entre Kirishima y este, rojo como un tomate y al segundo había sido volado a kilómetros en una explosión junto al causante de todo, que se partía de la escena el muy desgraciado. Solo puedo decirte que lo poco que estuve sobre el pude comprobar el perfecto cuerpo de Bakugo aún bajo la gruesa ropa y sin querer comprobé más de lo debido de anatomía para nada discreta del rubio.

Nuestro Kamikaze se marchó haciendo crujir el hielo al ser apoderado por las cuchillas de sus patines junto a mil y un improperios hasta contra el aire que entra en sus pulmones. Incluso podría jurar ver que estaba sonrojado hasta la raíz de su cabello, pero nadie dijo nada no sea que acabe con todo el lugar a su paso y nos toque de nuevo pagar los desperfectos, ya que a este paso nos arruinaremos.

Yo estaba aún más rojo por lo que toque, para hacer bromas sobre el glamuroso baile con mi novio que desempeñamos segundos antes. Si no estuviera tan avergonzado me estaría partiendo junto a Mina y Sero por nuestra torpeza. Mi novio con sonrisa culpable intenta colocar mi húmedo cabello por el hielo suspirando embobado, alegando tener el novio más tierno y adorable. Solo le peque y cada uno por su lado salimos del lugar lejos de los demás evitando el temas lo más posible. En total silencio por mi parte y burlas por parte de esos dos, algunos muros desquebrajados cortesía de Bakugo y una risa nerviosa que muestra unos afilados dientes que me tienen loco son lo único se siente en el camino a los dormitorios.

-Fue muy vergonzoso idiota -le reprocho golpeando al pelirrojo, sin propósito de dañarlo, que solo me acerca más a él por mi cintura besando mi cabello.

-Y gracioso -añade con esa sonrisa idiota de siempre esa que me hace suspirar y derretirme.

-Algo sí, pero creí Bakugo nos mataba, más a mí que a ti -añado llegando a mi habitación y entrando con el chico a esta, ya que jugaríamos al nuevo juego que compre hace unos días y con las bromas aun no lo habían estrenado. Tras revisar que todo estuviera correcto y sin intervención ajena en mi desordenadamente ordenado cuarto, pasamos la tarde jugando y pasándola viendo lejos de los demás. A la noche tras la cena continuamos jugando de diferente manera y borrando de mi mente. Ya sabéis el dicho una mora quita la mancha de otra mora. La mora de Kirishima era tan...pero tan... Aunque la que sentí en la tarde no estaba nada mal.

Polvos Pica picaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora