Capitulo #8: Un día diferente, un día feliz

14 1 0
                                    

—Toma— le dijo Vanessa dandome el helado que había pedido.

—Gracias

Vanessa había tenido razón, los padres de ella si habían entendido el arranque de furia que había pasado y el porque se había metido en problemas así que no la castigaron del todo.

Cuando pudo y cuando la dejaron, me invito al helado que nunca comimos y para devolverle el favor, le di toda la materia que pude copiar de las dos semanas.

—Por dicha ya dejas de estar suspendida— le dije, extrañaba su compañía.

— Si, así podré molestarte cuando quiera.

Si no se hubiera reído y si no hubiera tenido un poco de confianza en ella, me hubiera asustado

—Por cierto, mi mamá quiere invitarte a cenar mañana. Es que quiere conocer a la persona por la que pelee . Y cuando la veas, aunque es muy seria y un poco controladora, es muy buena persona. ¿Quisieras ir?

—Si claro, no veo porque no. Solo tendría que preguntarles a mis tíos

Saque mi celular y les pregunte rápidamente. Casi nunca lo usaba. Ademas ¿con quien podía hablar?¿Con Cord?

—¿A que hora es?

—A las 7

—Dicen que si pero tengo que llegar antes de las 10

—Bueno y por cierto, van a ver muchos dulces por si quieres comer

—¡Dulces!

Tenía que admitirlo, los dulces me volvían loco, era mi cosa favorita en todo el mundo.

—¿Y tu estas bien?

—Si ¿porque lo preguntas?

—Por lo de Katherine, eramos muy buenos amigos.

—Bien, estoy bien— dije sin convicción y creo que Vanessa no se lo creyó

Seguimos hablando hasta que pasaron dos horas y cada quien nos fuimos para nuestra casa. Cuando entre a mi cuarto de una vez empeze a elegir lo que me iria a poner. Tarde bastante porque quería dar una buena impresión. No sabia que era lo que me hacía actuar así y no sabia ni porque me sentía así ¿será porque me   habia empezado a gustar? No, no lo creí.Me habían dicho que para amar a alguien primero había que amarse un mismo, así que ¿como iba a gustarme alguien si yo era mi pero enemigo?  O lo pensé más y seguí eligiendo lo que me iría a poner.

Al día siguiente me levante, no muy feliz de despertar temprano pero al recordar de que me habían invitado a algo, deje mi molestia de lado para pensar en lo que haría hoy esperando a la noche. Por dicha no tuve que pensar mucho.

—Hola Liam— dijo Ivan desayunando cuando llegue a la cocina

—Buenos días

Yo también fui a comer. Habían huevos, pan con mantequilla y mermelada, tocino, frutas y jugo de naranja.

—¿Quien preparo todo esto? Se ve delicioso

—Yo

—¿Y tus papás?

—Durmiendo

—¿Algún día me enseñarías a cocinar?

—Cuando quieras. Pero oye, que felicidad ¿es porque que hoy vas a conocer a los papás de tu amiga? ¿te gusta?

—No

Era lo que siempre me preguntaba. Siempre cuando estaba con ella me sentía raro pero de seguro era porque era mi única amiga.

El dolor de una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora