Capítulo 11

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La mirada del gato persa se movía de un lado a otro siguiendo al peliverde que caminaba abarcando la habitación de lado a lado frente a él murmurando cosas sin sentido, los nervios no lo dejaban que se mantuviese quieto en una sólo sitio, lo que comenzaba a fastidiar al joven ojeroso.

—Midoriya, quedate quieto. Estás comenzando a marearme —se quejó sujetando el puente de su nariz mientras cerraba los ojos y fruncía el ceño con molestia.

—Lo-lo siento —se detuvo un momento el mencionado pero el sobre que se encontraba encima de su escritorio llamó su atención, lo observó un momento  y nuevamente volvio a caminar de un lado a otro murmurando.

El pelimorado cansado de la repetitiva acción del pecoso, se levantó de la cama, donde desde hace rato se encontraba sentado, para ir hacia el híbrido de conejo, tomarlo por los hombros y forzarlo a detenerse llevándolo hacia la cama obligándolo a sentarse.
Luego volteo hacia el escritorio tomo el sobre y lo llevo hasta Midoriya y le obligó a tomarlo entre sus manos.

—Ábrelo de una buena vez —le exigió Shinsou.

—Pe-pero aun tú no me dijiste cuales eran tus resultados.

Shinsou apenas tuvo el sobre en sus manos que hacía unas tres horas atrás junto a Midoriya habían recibido, lo abrió en la comodidad de su habitación rechazando la oferta del peliverde de abrirlos juntos. Luego de haber inspeccionado minuciosamente  los resultados salió de su habitación para ir a la de su amigo, que inmediatamente le abrió la puerta.
Grande fue su sorpresa al ver que el pecoso aun no había abierto el sobre, bueno no, ya se lo veía venir.

Paso alredor de una hora que el conejo le rogó que le hablara acerca de sus resultados de la evaluación de actitud y las pruebas psicológicas; pero el gato se rehusó a hacerlo, aunque Midoriya siguió insistiendo.

—No lo haré hasta que veas los tuyos primero.

—Esta bien —aceptó por fin.

Cuidadosamente y con algo de temor abrio el sobre sellado, sacó de manera lenta los documentos incluso con los ojos cerrado tomándose su tiempo para decidir verlos. Abrió sus ojos lentamente y leyo cada palabra.

Sus ojos brillaron y salto hacia Shinsou para abrazarlo sorprendiendolo ante la repentina muestra de afecto.

—Al parecer son buenos los resultados —comentó el pelimorado dando palmaditas a la cabeza del pecoso para luego librarse del abrazo.

—Sí, aunque tengo un montón de observaciones por mi timidez y los sucesos en los que nos vimos envueltos cuando nos rescataron, me dieron su aprobación para postularme al entrenamiento para formar parte del grupo de Rescate Híbrido de All Might —explicó alegre.

—Ya veo...

—Entonces... ¿Cuáles fueron tus resultados? —volvió a insistir.

—Los mismos —se limitó a contestar el ojeroso —Creo que ya es momento de que regrese a mi habitación —avisó antes de empezar a dirijirse hacia  la puerta de salida.

—Ah... Nos vemos en el almuerzo —le dijo a lo que Shinsou antes de salir por la puerta asintió con la cabeza haciéndole saber que lo había escuchado.

Después de unos segundos de que su amigo se marchase, se recostó en su cama y observo alegre los documentos mientras los sostenía en alto para luego bajarlos y estrujarlos en un abrazo mientras en su cara una sonrisa boba se formaba.

Mientras tanto en la habitación del híbrido de gato, seguía parado en el mismo lugar desde que había entrado, miraba fijamente los papeles que tenían su resultado sobre la cama semi arrugados.
Le había mentido al conejo, sus resultados eran totalmente diferentes y él aún no sabía porque a pesar de las veces que los había revisado y leído.

CRH (Centro de Rescate Híbrido) BNHADonde viven las historias. Descúbrelo ahora