Como canta el corazón

MILAGRO

Cómo resumir esto que somos en unas cuantas palabras, si la complejidad que nos une es un misterio que ni Sherlock se atrevería a descifrar.

Y es que hoy me he propuesto ver al sol naciente a contemplar su brillo, solo para demostrar que su calor no se compara a la fuerza de este par.

Porque un día como hoy, hace ya diecisiete años, el cielo dio luz a la tierra y la llamó Milagro. Apostó fuerte a la vida y la llenó de pruebas, jugó a las muñecas con su inocencia y la hizo mujer, aprendió firme de sus errores y la volvió humana.

Asimismo, descubrí que ese dulce milagro no pudo ser más que la compañía placentera de la luna y sus estrellas; del jinete andante y su fiel corcel; de la firme espada y su honorable caballero; de la fuerza del destino y esta unión que está destinada a ser.

Recuerdo todo empezó por un casual y simple hola y ahora veo dónde me llevó, a no dejarte nunca sola. Te cuento no fue fácil pues la vida nos golpeó, marcó firme la distancia y a caminos distintos nos dejó. Pero nada aquí fue dicho y las reglas hemos roto, nuestras rutas se hicieron la una para el otro.

Imagino algún día soñar tan alto como tú, con esa chispa que te envuelve capaz de alumbrar las nubes y llevarse mil tristezas. Porque aquel día marcó el inicio de un alma, que más temprano que tarde marcaría sin problema un torpe corazón. Se volvería rutina, rutina placentera, una costumbre esencial como el simple respirar.

Así pues, fue creciendo aquel dulce Milagro, chispeante, humana, ingenua, mi hermana. El par se hizo uno, como las nubes abrazan extremo en las montañas. Maduraron con el tiempo como el crecer de sus pestañas y se acoplaron perfectos como las islas de la Gran Bretaña.

Milagro lleva por nombre, el característico de su Ángel y hoy por hoy se fortifica un año más de mi ancorel. No importa lo duro que la vida te golpee, estas fechas son siempre buenas solo si firme tú lo crees. Te aviso nunca es tarde y yo siempre aquí estaré, seré el yunque que te ate fuerte y firme yo lo haré.

No desistas de los sueños, la esperanza es tu boleto; mira al cielo como oscurece y llueve, pero al final su brillo vuelve. No puedo ya decir, todo lo que he de sentir, esto no es un triste lamento, pero si un sentimiento intenso. Eres y serás siempre un dulce Milagro.