Oh cuán sublime es el amor y poder de Dios!
Sobrepasa nuestra razón y cuando parece que no podemos sentirnos más amados, él resplandece y colma de amor a estas almas ingratas.
Cuán dulce es la victoria de Jesús ante mi orgullo!
Cuán perfectos son su poder y su gracia!
Mi Señor ha demostrado que nada es imposible para él, y ha traído gloria a mi pobre alma.
Sólo él podría habría haber reclamado tan sencilla, pero a la vez grande, victoria en mi corazón.
Ha tenido misericordia y escuchó mi pedido de ayuda; trajo reconciliación y poco a poco va moldeando mi ser.
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DEJARSE AMAR [ 让自己被爱 ]
No FicciónIba cargando mi alma destrozada y sangrante, que no se dejaba cargar, y yo no sabía dónde ponerla. 🍃San Agustín (Confesiones IV,7)