Preparen el funeral de la rubia.

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Lauren

-Buenas tardes Astrid ¿Dónde estabas?. -Saludó Hipo a la rubia que todavía no se había dado cuenta de mi presencia.

Ví la ropa de Astrid y ví la mía. Gracias ser desconocido, gracias en serio por darme ropa tan parecida a la de Astrid.

Bueno, al menos yo la luzco mejor.

-Hola -Saludó acariciando a Boom, supongo que pensó que era Chimuelo (Lo cuál me pareció extraño ya que los ojos de mi amiga son azules y los de Chimuelo verdes) y acercandose hacia donde estaba Hipo, yo estaba recostada en una roca unos pasos detrás de él.- Ay, ganando carreras, ¿Qué más? -Presumió- La verdadera pregunta es ¿Tú dónde estábas? -Se sentó al lado de Hipo, MUY cerca a mi parecer.

Hipo suspiró. Bueno, yo también lo haría si se me pegaran como chicle al cabello. Seguro ya estaba cansado de ella.

<<Ya deja tus celos, niña. Vas a volverte vieja.>>

Para tu información, conciencia, ¡SOMOS LA MISMA PERSONA!

<<¡EXACTO! ¡NO QUIERO VERME VIEJA.>>

-Evitando a mi papá.

Un gruñido involuntario se escapó de mi boca gracias a la hermosa conversación con mi conciencia, llamando la atención de Astrid.

Ella se levantó de golpe.

-¿¡Lauren!? ¿¡Qué haces aquí!? ¡Se supone que estás muerta! -Podría jurar que a Astrid casi se le salen los ojos al verme. Por favor, se que soy hermosa, pero si me miran demaciado van a gastarme.

-¿En serio? Pues yo me veo muy viva. -Dije fingiendo asombro viendo mis manos.- Hipo, ¿Podrías decirme en qué momento me morí? -Le pedí con una carita angelical para nada forzada, ya que obvio soy un angelito.

El castaño se puso nervioso y se rascó la nuca, detrás de él los Furia Nocturna hacían sonidos raros parecidos a risas.

-B-bueno, ya que tu partida fue tan repentina, el pueblo de Berk no me creyó cuando les conté sobre tu "Dimensión" y que probablemente no volveríamos a verte. Así que pensaron que simplemente habías regresado a tu tribu, pueblo o aldea. -Explicó.

-¿Y en serio pensaron que no me despediría o si quiera me llevaría a Boom conmigo? Vaya, que buenos amigos. -Dije sarcástica.

-Bueno, tienes que admitir que lo que me contaste sonaba algo chiflado. -Yo lo miré mal. Sé que suena, no algo, sino MUY chiflado, pero no iba a admitirlo ni aunque me torturaran. El orgullo ante todo.

-¿Y por qué Astrid cree que estoy muerta? -Pregunté señalando a la rubia que tenía cara de "Como me quites al sexy chico que tengo al lado mío te haré pagar"

Y yo como buena persona le devolví la mirada con un claro mensaje: "Cariño, éste bombón es mío. Mío mío mío. Y si te atreves a quitarmelo te haré llegar al Valhalla de la forma mala."

<<¿En serio?>>

Ay bueno, al menos yo lo interpreté así.

-Porque eso es lo que yo quería creer. -Dijo Astrid indiferente y sentandose en el piso, terminando de dibujar la isla que encontraron Hipo y Chimuelo en el mapa.

-Ehmm... -Murmuró Hipo incómodo.- Bueno, ¿Quieren que les cuente lo que pasó con mi padre? -Dijo en un desesperado intento de que Astrid y yo dejemos de matarnos con la mirada.

-¡Claro! Dime, ¿Qué pasó ahora? -Preguntó Astrid batiendo las pestañas, mirando a Hipo, e ignorandome. ¿¡Cómo se atreve a ignorarme!? Estoy indignada.

Una Dimensión Diferente 2 - Regreso a BerkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora