Capítulo 14: "Lo que te hace débil"

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Dumbledore les dijo a las hermanas Tonks y a Cécile Brodeur, que podían escoger cualquiera de las casas de Hogwarts en las cuales tener una habitación

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Dumbledore les dijo a las hermanas Tonks y a Cécile Brodeur, que podían escoger cualquiera de las casas de Hogwarts en las cuales tener una habitación. Ellas no eran profesoras de tiempo completo, les había dicho Dumbledore, sino que su trabajo consistía más en ayudar a los profesores de sus asignaturas correspondientes y tratar con los problemas personales de los chicos pertenecientes a las casas que eligieran. Ni Lara ni Cécile sabían mucho acerca de ello aun cuando Dora les contó cada detalle del castillo en el camino.

Albus las recibió con una sonrisa y luego de darles un par de indicaciones, les pidió que tomaran un listoncillo del color de la casa en la que desearían estar; de esa manera, él sabría qué haría cada una de ellas y en que horario podrían estar en clase. Dora fue la primera en avanzar, cogiendo el lazo amarillo con gran entusiasmo.

—Era predecible—Dumbledore asintió con la cabeza, feliz de que Nymphadora hubiese decidido volver a su antigua casa. Con todo, Cécile fue la segunda en avanzar, tomando con algo de duda el listón azul con un águila bordada en el centro—Muy buena elección

Cécile no confiaba en Dumbledore, Lara lo sabía e incluso imaginaba que el mismo Albus se había percatado de ello. Cécile podría no estar de acuerdo con las formas en que el director se manejaba, pero no pudo esconder por mucho tiempo la sonrisa que adornó su cara después de apreciar por varios minutos el listoncillo azul.

—Es tu turno, Lara

Frente a ella quedaban sólo dos lazos, uno verde con una serpiente bordada y otro rojo con un enorme león en el centro. La mano de Lara tembló, provocando que pequeñas esferas de luz salieran de las puntas de sus dedos; trató de calmarse, sin saber por qué el tomar una sencilla decisión le causaba tanta ansiedad.

Acercó su mano y acarició la cintilla roja, era preciosa dado que el león bordado parecía estar mirándola fijamente, con sus bordes dorados que resplandecían al moverse de un lado a otro. Pero entonces su mano actuó como un imán y sus dedos danzaron alrededor de los bordes plateados de la cintilla verde con la serpiente retorciéndose en el medio.

Lara recordó sus pesadillas, dónde una silueta deforme le seguía acompañado de una enorme serpiente que se arrastraba a sus pies; ellos la buscaban y cuando la encontraban intentaban quitarle los ojos, trepando sobre su cuerpo y dejando un rastro de desdicha que le estrujaba las entrañas. Era un dolor mordaz, que empezaba en las puntas de sus pies subiendo por sus piernas hasta llegar al estómago, seguir subiendo a sus brazos y luego a su pecho haciendo latir desenfrenadamente a su corazón. El dolor incrementaba en la garganta, finalizando en sus ojos queriendo ser extraídos por un par de manos alargadas y puntiagudas.

Lara no lo entendía, pero había algo que le decía que debía estar ahí, entre las serpientes buscando las respuestas que necesitaba. Entonces tomó la cintilla verde dejando la roja a un lado. Dumbledore sonrió.

—Tomaste una buena decisión, Lara

— ¿De verdad lo cree?

—Hay muchas personas como tú que deberían estar en Slytherin, Lara. No debería decir esto, pero el sombrero seleccionador muchas veces se equivoca. Ahora te digo que, si hubieses estado en Hogwarts desde un principio, tu casa habría cambiado

Light is coming¹[Bill Weasley] LUNAE LUMEN SAGADonde viven las historias. Descúbrelo ahora