Capítulo 3

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-El Quirk que tengo no es algo sencillo de explicar, tiene bastantes cosas enredadas y está relacionado con otras personas -no iba a decirle nada sobre All Might, ni siquiera admitiría que era un Quirk heredado, Shinsou debía mantenerse lejos del peligro de su secreto, con Bakugo era más que suficiente-, el asunto es que... siento que algo dentro de mí está encerrado y no puede salir porque está en lo profundo de mi inconsciente, en un punto donde no puedo alcanzarlo.

No entendía nada, era demasiado complejo como para decir que sí, sin meditar bien en lo que le pedían. Aunque estaba claro que lo que Deku quería estaba relacionado con indagar en su interior.

-Antes de que sigas, ¿qué quieres decir con que está relacionado con otras personas?

-Mis ancestros -atinó a decir, no era del todo mentira, así que no se sintió mal.

-Ah... ya veo, entonces dices que tus ancestros, ¿qué?

-No estoy seguro, pero tengo la idea de que ellos quieren que sepa algo con respecto a mi Quirk. Hay algo que ellos saben sobre mí que yo todavía no sé y que es la clave para que yo alcance el nivel que necesito.

Era desconcertante ver a ese chico sentado en la cama, con las manos entre las piernas apretándolas con sus rodillas, en una pose de sumisión, pero que albergaba un Quirk poderoso que intimidaba a cualquiera y, sin embargo hablaba con si lo que tuviese no fuese suficiente.

-Entiendo... y quieres que yo...

-Cuando nos enfrentamos aquella vez en el escenario, la primera vez que te vi -carraspeo con nervios, imágenes de su sueño volvían a aflorar y estaba evitando recordarlo-, en esa ocasión mientras me controlabas, tuve la oportunidad de contactar con ellos. Sentí como si estuviesen ahí conmigo, ayudándome a enfrentar esto. Es por eso que quiero pedirte esta ayuda, quiero que me ayudes a contactarlos de vuelta.

Se quedó en silencio. Era una petición muy difícil. Por una parte estaba hablando de ayudar al chico que tanto le gustaba, era buen momento para aprovechar para compartir un secreto y fomentar un poco de sentimientos amorosos; pero estaba el otro lado, aquello que temía de sí mismo. No era que fuese a sacar ventaja de la situación para continuar besándolo ni nada por el estilo, sino que usaría sus habilidades para llegar a puntos más sensibles en la mente de su amigo, y el hecho de no poder garantizar su seguridad le aterrorizaba.

«Pero es él», se lamentó. No quería rechazarlo, pero necesitaría una buena excusa si es que quería hacerlo.

-Me preocuparía mucho tu seguridad -confesó Shinsou, en un intento por encontrar una excusa que le ayudarse a inclinar la balanza.

-¡No hace falta! -se sonrió, no estaba diciendo que no-, pensaba que podríamos comenzar con cosas muy simples, cosas pequeñas e ir incrementando y, conforme vamos avanzando, si ves que hay algo con lo que no estás de acuerdo, puedes pedirme que paremos y yo no te forzaré. Al contrario, voy a entender que es por mi seguridad... para ser honesto, yo tampoco quiero poner en riesgo mi salud mental.

«Empezar con cosas simples», era un concepto abstracto, ¿cómo sabían que algo era simple y algo era complejo?, no quiso indagar más o terminaría negándose y, llevado por su necesidad de amor, terminó aceptando

-Mientras esto no te lastime... quiero decir, tampoco quiero que termines con heridas ni huesos rotos -lo miró amenazante-. Si esto compromete tu integridad física y mental, me veré en la necesidad de rechazarte. No quiero que terminemos expuestos frente a la escuela y hagamos quedar mal a nuestros maestros que confían en nuestra capacidad para cuidarnos.

El besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora