Capítulo 19

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Escuche la canción,  No Hay Nadie Más, de Sebastian Yatra

POv Alex

Estaba parqueada enfrente de la casa de Recher, estaba viendo el frente. Pensando en todo lo que Dianthe me advirtió. Me pase la mano, por el rostro, sintiendo el estrés, que se me venía arriba. Deje salir un suspiro, para salir del auto. Camine a la casa frete a mi, con algo de nervios. Toque la puerta, era raro, puedo ser la persona, mas confiada que puede haber en el mundo, pero frente a esta puerta, soy la mas débil, y desconfiad. Sus ojos siempre me veían de la misma forma, por mas molesta que estuviera. Su ceño fruncido, la hacía ver, como la pequeña adolescente que es delante de mí, sus labios, siempre serian una adicción, que me gustaba probar. Todo lo que conocí una vez, se podía terminar en los labios de esa chica, todo era nuevo a su lado, no por el mundo, si no, porque ella se estaba convirtiendo en mi mundo. Sabía que no debía hablar, seria un error, seguro me echaría a patadas de su casa, y no quería tener inconvenientes con su padre, en ese momento. Solo me deje llevar por mis impulsos, sintiendo esas suaves nubes, que ella llama labios, sus roces podían ser leves, pero me regalaban un pedacito, del cielo que nunca conoceré

Nunca fui de pensar mucho, pero al estar cerca de ella, y sentir sus labios, me hacía pensar menos, sus labios se apoderaron de los míos, volviendo el beso algo frenético. Comencé adentrar me a la casa, mientras la sujetaba de la cintura, cerrando la puerta detrás de mí. Podía sentir las manos calidad de Recher, pasar por mi nuca y comenzar a bajar, hasta el borde de la playera que tenía puesta. Nunca lo vi venir, pero de un momento a otro, ya no tenía mi playera, y podía sentir sus manos en mi espalda. Sostuve a Recher, por los muslos, haciendo que esta enredara sus piernas en mi cintura. La pegue contra la pared, sintiendo, como ella sostenía mi barbilla, con algo de fuerza, deseando que no me separara. Sin pedir mucho permiso, comencé a subir las escaleras de su casa, sintiendo que mi sangre ardía y no deseaba apagarse. Mis pasos eran con algo de dificultad. La tenía contra la pared, cuando sus labios se separaron de los míos, en busca de aire

Sus ojos buscaron los míos, sus ojos grises dilatando y sus mejillas sonrojadas, labios hinchado, y una pequeña sonrisa, que me llevaba directo al infierno. Roso mis labios, sin pedir permiso, se notaba el control, que tenía sobre mi

-vamos a mi habitacion

Como el perro obediente que soy, la lleve a su habitación. Todo estaba como la última vez, que entre a este lugar, todo a mi alrededor me gritaba Recher. Sentí mi cuerpo, caer en la cama de la joven, viendo como esta estaba sobre mí, devorando mi boca. Cada parte de mi cuerpo, parecía conocer su tacto, pero mi corazon, parecía salirse de control, parecía desear más, y morir en ese momento. Le saque la pequeña playera que llevaba, dejando ver su sostén de color azul, mis besos comenzaron a bajar, por su cuello, sintiendo como sus manos se enredaban en mi cabello. Era la primera vez, que hacía esto con Recher, y me sentía una idiota, que no sabía dónde poner sus manos, deseando navegar, cada rincón de su cuerpo. Busque sus ojos, como pidiendo permiso para algo, mi mano estaba en su espalda, buscando el pequeño broche del sostén. Le di un ultimo beso en los labios, sintiendo que mi vida, dependía de ella, y simplemente ella

-estas sola en casa- susurré en su oído, mientras sus manos, pasaba por mi abdomen

-hasta tarde- esa fue mi señal

Coloque a Recher debajo de mí, podía apreciar cada parte de su cuerpo, podía tenerla en cualquier momento, pero sabía que lo que ella causaba en mí, nadie lo podría replicar. Mis ojos se quedaron viendo, como el sostén caí de su lugar, y dejaba a la vista sus pechos, su sonrojo era más que evidente, pero mi miedo, era algo que no dejaba ver. Escuchaba su corazon acelerarse, escuchaba su sistema, tener miedo. Nunca me lo cuestione, nunca lo pregunte, y era la primera vez, que me fije a ver a Recher, como la adolescente que es, y no la mujer que mi mente me hace ver, siempre que está a mi lado o lejos. Trague en seco, teniendo miedo de la respuesta, que me podía dar a la pregunta, que me pasaba por la mente

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