Capítulo 32

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La vida suele ser una muerte, algo pasajero como la vida, algo que pasará en un abrir y cerrar de ojos. Eso sentía Alex en ese momento. La vida que conocía se estaba destruyendo en sus ojos. Octavia está en el hospital dando a luz. Recher tenía graves heridas, su cuerpo no aguantaría mucho. Alex sentía que su vida no tenía sentido sin Recher o esa criatura que lleva su sangre. Con algo de esfuerzo, Alex se paró del suelo, sintiendo como su cuerpo dolía, dolía como una tonelada sobre ella. Su brazo izquierdo estaba fuera de lugar, su pierna derecha estaba quemada, por un fuego infernal, su rostro estaba lleno de moretones, se notaba que una espada paso por el ojo izquierdo de Alex. La sangre que corría por su cuerpo, era todo lo que tenía. Noto la sangre, los cuerpos a su alrededor, el cómo venían más soldado hacia ella. Era su fin, tal vez

¿¿¿Pero cómo llego ella a ese momento???

7 horas atrás

Alex estaba en casa de Recher, escuchando como su novia le gritaba, la maldecía, la insultaba, hasta le pegó una bofetada. Pero lo estaba soportando todo, por esa pequeña mentira que tuvo que guardar con Joe. Cosa que le costó, todo lo sucedido, pero era ahora o nunca, qué le diría lo sucedido. Hacia poco, unos 30 minutos, que Alex menciono la existencia de Cameron, haciendo que su novia, pasará por una etapa de crisis interna de adolescente. Alex trataba de justificarse sobre porque guardo el secreto, pero nada estaba sirviendo en ese momento. Fue ahí donde entendió, que no era buena idea, guardarle secretos a Recher, ya que esta explota como una caja de pandora. Por suerte la electricidad, de la casa no ha colapsado, porque Recher está manteniendo el control, de sus acciones y su ira, pero la electricidad de la habitación de la chica, apenas y estaba estable, ya que Recher, casi hace que colapse toda la electricidad

-es que mierda, porque me guardan este tipo de secretos!!- exclamó la rubia, caminando de un lado a otro, con frustración, enojo, molestia, angustia, miedo, que no sentía Recher en ese momento 

-era por tu bien- Recher dirigió su mirada molesta hacia Alex, quien estaba sentada en la cama, con algo de firmeza

-me toman por débil o qué?- Alex no respondió, haciendo que la bombilla de la habitación explotará, haciendo que esa electricidad, corriera al cuerpo de Recher, que solo se ven las venas eléctricas, pasar por su tersa piel

-Recher, cálmate por favor- Alex se paró de la cama, para caminar hacia Recher, la cual estaba roja de los nervios. Una vez que Alex iba a tocar la piel de su novia, solo sintió como la electricidad rechazó el tato, lanzado la a la cama, con una fuerte embestida- mierda!- exclamó Alex, sintiendo esa jalada de electricidad, y como su cuerpo se encogía

Recher estaba realmente molesta por eso, pero lo que más le molestaba. Era que ella pensaba que quien mató a su padre fue Alex, hasta antes que ella le explicara que solo llego tarde al altercado, y que no vio a nadie en la casa al llegar. Como fue tan ingenua y se lo creyó, era como si todo el mundo, le estaba tomando el pelo. Como si la protegiera de sí misma, de los problemas que ella misma causa. Como le pudieron ocultar un hermano, una persona que le estaba haciendo daño

-como me ocultaron esto de un hermano!, dios sabes lo que es eso, un hermano- Recher caminaba despavorida por la habitación, sintiendo su vida una mentira- siento que mi vida, es una maldita mentira, toda mi vida, me protegen de quien soy, de donde vengo, quien era mi verdadero padre. Todo, como si fuera una maldita inútil, sabes lo que se siente ser eso Alex

Recher miro con molestia a Alex, pero se veía el peor temor de la joven, su inseguridad. Se veía el miedo, el dolor, se veía todo lo que guardaba en todos estos años, esa inseguridad que no la dejaba ser, que no la dejaba avanzar. Recher se quedo viendo a una Alex, que no sabía que decir, que solo estaba guardando silencio, era como si su silencio, fuera su castigo, su castigo por mentir a quien dice amar. Alex solo dejo salir un gran suspiro, para escuchar un teléfono sonar. Las dos chicas se vieron entre ellas, como retandose a tomar la llamada, pero tanto Recher como Alex, sabían de quién era ese teléfono, era el ritón inigualable de Lombardo. Alex sacó su teléfono del bolsillo, viendo la pantalla, con algo de extraño, ese número era nuevo en su teléfono

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