XVII. Café

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BUEN CHICO, TOM

XVII. CAFÉ

Habían pasado dos semanas desde el tema con el Fashion Week y Buchanan's estaba recibiendo más demandas laborales que nunca. Los pedidos y exigencias por sus productos habían crecido gracias a la publicidad gratis, que superaban en un 34% los pedidos del año pasado, acumulándose a tal punto que Chris pensaba que colapsaría.

Ahora mismo se hallaba en una junta con los demás jefes de departamento para solucionar un tema que no habían previsto: la expansión de la empresa.

Bajo otros términos estarían más tranquilos pero por la superación de exigencia comparado a la producción, Buchanan's se atrasaría con sus clientes. Chris no había rechazado contratos porque era un periodo crítico de negociaciones y ganancias que, siendo manejadas con sabiduría, triplicarían su capital económico. Por eso la expansión era importante. Todos estaban de acuerdo con eso.

—Las gráficas son magníficas. Nuestros números se están superando como nunca y en un tiempo récord —decía Chris, sentado desde la silla principal. Tom estaba a lado por supuesto. —Todos estamos de acuerdo que Buchanan's tendrá más ganancias a partir de ahora. No es necesario que explique los motivos, la prensa ya debió informar lo suficiente sobre el incidente

Si, el incidente de una loca que casi lo desbanca y arruina su vida por segunda ocasión.

Se levantó para observar con detalle la pantalla que reflejaba las cifras, señalando una barra que indicaba un disparo de 6% en las acciones de la compañía. —Como propietario y director he decidido que Buchanan's se expandirá. Alguno de ustedes podría tomar el cargo de este movimiento. Lo único que debo dejar en claro es que sea quien sea, no permitiré una negativa

Una expansión significaba compartir responsabilidades a un nivel directivo, con todos los beneficios que significa ser el segundo jefe de la compañía. No era lo mismo que un socio, porque en ese caso repartirían el capital; Chris no haría algo como eso. Él continuaría su legado por cuenta propia siendo legalmente el único propietario con un subordinado de su confianza que dirigiera la segunda casa Buchanan's.

Pero era suficiente para los coordinadores sentados en la sala de juntas. El dinero era algo sumamente jugoso.

La reunión finalizó con Chris prometiendo que anunciaría al siguiente directivo a más tardar en una semana. Era una decisión difícil de tomar y por eso necesitaba tiempo y unas vacaciones. Acariciaba la fantasía de irse a alguna playa con Tom.

—Adelántate a la cafetería de siempre —susurró en el oído del inglés. —Acomodaré unos papeles

Tom asintió, girándose para dirigirse a la puerta sintiendo súbitamente una sonora nalgada sobre su glúteo derecho, volteando atónito hacia Chris, que solo le guiñó el ojo.

—¿Qué pasa, Tom? —preguntó con suma serenidad.

El inglés se había sonrojado. No era la primera vez que lo nalgueaba en la oficina, pero seguía tomándolo por sorpresa. —N-Nada...

Chris asintió y antes de que Tom cruzara el umbral del marco de la puerta, susurró:

—Lo siento, no puedo contenerme

El castaño sonrió para sí mismo dirigiéndose hacia el establecimiento. Una vez en la cafetería ubicada cruzando la calle del edificio de Buchanan's, tomó la mesa que solían apartar para ellos, pidiendo la misma orden de cada jueves: café americano y cinco donas jumbo para Chris; un capuccino con un flan napolitano para él.

Buen chico, Tom [Finalizado: Hiddlesworth AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora