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Aristóteles entró al departamento, el cual estaba en completo silencio, se dirigió a la recámara.

Entró y pudo ver a Yolotl, sentada a lado de la cama, estaba con la mirada pérdida

—¿Qué onda? —saludó Aris provocando que la chica diera un salto del susto

—¿Cómo entras? —cuestionó, era muy normal que el Córcega entrará de forma sigilosa y sin siquiera avisar que llegaría

—Magia —contestó restandole importancia.

—Algún día descubrire como le haces, ¿por lo mientras, qué haces aquí?

—Pues nada, estaba paseando por acá cerca y decidí pasar a visitar a mi amiga Yolotl —se acercó a ella para darle un beso en la mejilla

—Es Yolo, Yo-lo, Y-O-LO —contestó molesta

—Sí, como sea ¿Oye, te puedo pedir un favor?

—Ya decía yo que esto no era de gratis, ¿qué quieres?

—Pues si me dejas dormir a —no pudo terminar

—No, definitivamente, no

—¡Andale, por favor!

—No, Aristóteles, vete a tu casa

—¡Ay, no! ¿Sabes lo agobiante que es estar escuchado a mi papá diciendo que debería de estar contigo y cuidandote? —hizo una mueca de fastidio

—¿Cómo por qué me tienes que cuidar? Tu padre es un machista, yo sigo sin saber como tu mamá no se ha divorciado.

—Yo también quiero saberlo, e igual me salí, porque están haciendo los planes de Navidad y que aburrido

—¿Navidad? ¡Estamos en Octubre!

—Y créeme que apenas 2 meses alcanza para tener una Navidad perfecta, palabras de mi abuela

—No me sorprendería que mi mamá esté igual o peor que tu familia —tomó su celular

—¿Sabes que es lo peor? ¡Aguantar a mi abuela, preguntando por la novia!

—Tu abuela es una metiche

—¡Oye!

—Sabes que digo la verdad, sonará muy feo, pero, creo que ella nos va a enterrar a todos, desde que la conozco ha estado en hospitales y sale, creo que con más vidas

—No seas grosera —rió— Pero, sí, tienes razón. En fin, ¿me dejas dormir aquí o te da frío?

—¡Que no, Aristóteles! —tomó una toalla— Espero que te vayas a tu casa mientras me voy a bañar

—¿Por qué eres así? —hizo un puchero

—Porque sí, adiós, te cuidas y nos vemos luego —le dio un beso en la mejilla para después salir de la habitación

—Te odio —gritó

—Yo sé que no.

Yolo se metió al baño, abrió a la regadera para que el agua comenzara a templarse, pudo escuchar como la puerta del departamento fue abierta y después cerrada, supuso que su amigo se había retirado.

Conocía a Aristóteles desde los 15 años, después de ser deportada con su papá y hermanos, llegaron al edificio Córcega, pues era un edificio algo económico, ella no estaba muy feliz, pero no le quedaba de otra.

Aristóteles iba bajando las escaleras muy rápido y Yolotl subía, terminaron cayendo 3 escalones y ambos se habían llenado de harina. A pesar de tener un humor nada agradable Ari le ofreció su amistad y sin darse cuenta se volvieron muy unidos, cosa que agradeció Yolo, pues gracias a él su vida comenzó a ser más liviana, desde aquel día que se conocieron su amistad nació y cada día se fortalecia.

Terminó de bañarse, enrededo la toalla en su cuerpo y salió, escuchó ruidos en la cocina, todo a excepción de ese cuarto estaba oscuro, con mucho temor caminó hasta ahí, pero aquel miedo se desvaneció al ver quien hacia esos ruidos

—¡Aristóteles!

—¡Ay! ¿Por qué gritas? —dejó la rebanada de pizza en la caja

—Te dije que te fueras —rodó los ojos

—Yo nunca te dije que lo haría —sonrió— sabes, estaba pensando en por qué no salimos a un antro o algo

—No, Ari

—Andale, vamos un ratito

—No y no me vas a convencer —dio media vuelta

n/a

¡Holi! Ya estaba emocionada por subir el primer capítulo

¿Alguien sabe o tiene alguna teoría de que irá está historia?

¡Nos leemos en el próximo capítulo, bye!

Planes de Navidad | AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora