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Era el cumpleaños de la abuela de Ari, organizaron una pequeña fiesta, así que habían invitado a todo el edificio, todos se encontraban en la casa de la abuela. Yolo se encontraba platicando con Linda, Aristóteles y Daniela, de cosas sin importancia, hasta que Rey salió corriendo hacia el baño diciendo que se comenzó a sentir mal, detrás de ella fueron sus papás.

Ari se quedó con sus primas, siguiendo la plática. Cuando la chica salió del baño fue atacada por preguntas de su familia, les dijo que estaba bien, sólo le dieron ganas de vomitar

—¿Ya estás bien?—le cuestionó su hermano Santiago

—Sí, creo que algo me cayo mal, equis

—¿O acaso me van a hacer bisabuela, Ari y Yolo? Ese es mi regalo de cumpleaños

—¿Qué? ¡No, claro que no! ¡No!— expresó el mencionado, muy rápido

—¿Aristóteles, me harán abuela?

—¡No, no, no, aquí no hay embarazo, mamá!—dijo Yolo

—¿Seguro? Mira que yo no les voy a decir nada de que aún no se casen

—Ay, son muy graciosos en esta familia, no estoy embarazada, Ari y yo no somo pareja, sólo me cayó mal algo que comí

—A lo mejor alguna concha o papaya que te hayas comido—dijo Ari riendo

—Ay que gracioso, ojala te pase lo mismo cuando comas algún pepino

Los demás se quedaron confundidos con lo que habían dicho los jóvenes quienes sólo se estaban riendo y después de más insinuaciones de que tal vez embarazada se despidieron, ya que Aris saldría con Temo y Yolo no quería quedarse ahí

—¿No quieres que pasemos a comprar algún medicamento?

—No, no te preocupes, tú ya vete a tu cita

—Aún es temprano, llegare a tiempo, ¿qué crees que te haya hecho daño?

—Pues no sé, desayune pan y leche, comí —se quedó callada— Comida italiana

—Ay no, tampoco exageres Yolo, no es como que él va a volver para hacerte sentir mal

—Recuerda lo que le hizo a Gabriel

—No nos malviajemos, ¿ya le preguntaste a Paloma, cómo está?

—No, estoy sin datos, pero igual le preguntas a Temo cómo está y me llamas

—Claro

—Y de paso que es lo que le gusta a ella, me gustaría ahora ser yo quien haga un plan y pasarla bien

—Así será, nos vemos más tarde u otro día, cuídate

—Tu también

Se dieron un beso en la mejilla, un abrazo y cada uno tomó otra dirección. Ari llegó al parque donde se quedó de ver con Temo, quien ya estaba ahí

—Hola—sonrió

—Hola, justo acabo de llegar 

—¿Oye, Paloma está bien?

—No, está enferma, ¿por?

—Es que igual Yolo, ya se estaba haciendo unas teorías, de que había vuelto y la quería enven—se quedó callado— Perdón, nada, sólo Yolo también está enferma

—¿Quién pudo volver?

—Nadie—el chico lo miró— Es que es algo complicado, tal vez en algún futuro te lo cuente, pero ahora no quiero acordarme de eso

—Ok, no hay problema, ¿a dónde iremos?

—Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo... O al parque es más barato—dijo provocando la risa del chico— Que bonita risa tienes

—Pero tú eres más bonito

—Yo creo que tú me ganas—se acercó un poco 

—No lo creo—también se acercó un poco más

Ambos miraban los labios del otro, estaban muy cerca de poder unir sus labios

—¿Gustan comprar dulces?—dijo un niño muy animado 

—No, gracias—contestó Temo riendo y poniéndose muy rojo

El niño se retiró, se miraron y dejaron salir unas risas nerviosas. 

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Claro que sí, como de que no, hasta aquí los van a interrumpir jajaja

¡Nos leemos en el próximo capítulo, bye!

Planes de Navidad | AristemoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora