Capítulo 46

163 9 0
                                    

Era un martes cualquiera del mes de septiembre, al menos eso creía yo en ese momento. Salí de una junta casi interminable, tenía el tiempo justo para ir a dejar mi auto al departamento, tomar mi maleta y dirigirme al aeropuerto. El tráfico estaba imposible, había habido un accidente de tres coches y bloqueaban dos carriles de la avenida, yo miraba desesperado el reloj, cuando finalmente llegamos, le pagué al taxista y le dije que guardara
el cambio. Corrí por los pasillos del aeropuerto y al llegar al mostrador me dijeron que el avión estaba por despegar y que ya no podía abordar. Suspiré frustrado, no me quedaba más que comprar un boleto para otro día, en eso estaba cuando mi blackberry sonó.
- Hola papá - respondí al reconocer su número.
- Hola hijo, ¿cómo estás?
- Bien, ¿y tú?
- También, hijo te llamo para pedirte un favor, ¿sigues en Nueva Jersey?
- Sí, perdí el avión y creo que no hay vuelos para mañana, ¿qué necesitas?
- ¿Recuerdas a Erika?, una de las chicas que ayudamos en la fundación, que tiene cáncer de
estómago en fase terminal.
- Sí, es una chica de veinte años, ¿no?, de origen italiano.
- La misma, ¿sabes?, nunca ha viajado y tiene la ilusión de estar hospedada en un hotel de lujo, en una habitación con jacuzzi y pensé que podríamos hacerle realidad ese sueño en su ciudad natal y ese es el favor que quiero pedirte, que le consigas una habitación en el Rose Imperial por unos días para ella, su mamá y su enfermera.
- Por supuesto papá, pásame su dirección y yo mismo paso por ellas para llevarlas.
- Gracias Mark, ahora te la envío por mensaje.
- No tienes nada que agradecer, sabes que me gusta apoyar en lo que se pueda, ahora mismo llamo para reservar una suite.
- Vale, y entonces, ¿cuándo vienes?
- Yo creo que hasta el fin de semana, quería tomarme unos días libres, pero ya que perdí el avión aprovecharé para visitar a Erika y hacer otras cosas.
- Bueno, cuídate mucho hijo y de nuevo gracias.
- Ni lo menciones, salúdame a mi mamá y dile que los veo el viernes.
- Hasta el viernes entonces.

****

- ¿Cómo fui tan idiota para no haberme dado cuenta? - exclamó Kimi aún llorando.
- Dicen que el amor es ciego, no en vano nunca me cayó bien, aunque jamás me imaginé que tuviera esas tendencias.
- Eso es lo que más me duele, si me hubiera engañado con una mujer creo que hasta lo hubiera perdonado, pero un hombre...
- Ya no llores, por favor, no vale la pena que estés así, no por él.
- Es que no sabes el shock tan grande, además ve los papeles, es un estafador profesional.
- Pero sus días de vividor han terminado.
- Eran todos mis ahorros Mark, tengo
muchísimas deudas.
- No te preocupes por eso, yo te ayudaré a cubrirlas.
- No, de ningún modo lo voy a permitir, te lo agradezco, pero no es justo que tú pagues por mis errores.
- Para eso somos los amigos y yo estoy en deuda contigo.
- Ni lo menciones, sabes que eres otro hermano para mí.
La seguí abrazando y cuando se quedó dormida la llevé a su habitación, yo también estaba en shock, nunca me hubiera pasado por la mente que David
tuviera esos gustos, lo había visto infinidad de veces con chicas en la universidad, jamás le noté nada extraño, ¿sería reciente su cambio?, ¿o
simplemente era bisexual? Hablaría con él, esto no se podía quedar así.
Estaba acostado al lado de Kimi viéndola dormir cuando de pronto una imagen vino a mi mente, el rostro de la chica de la noche anterior, me
pregunté que estaría haciendo, si también ya estaría dormida, ¿volvería a verla?, pero, ¿por qué pensaba en ella?, eso no estaba bien, ¿acaso rompería las reglas esta vez?, cerré los ojos
tratando de dormir.
Cuando desperté, Kimi ya se había ido a trabajar, me dejó una nota en la mesa de noche diciéndome que me sintiera en casa y desayunara lo que quisiera, me levanté y me dirigí a la cocina, abrí el refrigerador y saqué un bote de leche, me serví en un vaso y después tomé las galletas del anaquel de arriba, me senté frente a la mesa y al terminar le marqué a David y lo cité a las seis en
el restaurante del Rose Imperial.
Después fui a mi departamento, me bañé, me arreglé y luego fui a la oficina a ver qué pendientes tenía.
A las dos almorcé con Kimi, me dio gusto verla más tranquila, eso siempre se lo había admirado, no se clavaba mucho tiempo en las emociones, las
vivía al máximo y en poco tiempo las hacía a un lado.
Más tarde me dirigí al Rose Imperial, pasé a saludar a Erika y me quedé poco más de una hora platicando con ella y su mamá, estaban tan felices y agradecidas las dos, me alegraba poder contribuir con esos momentos.
Iba saliendo de su habitación cuando el movil sonó, era un poco temprano para esas llamadas, sin embargo, lo saqué y miré sorprendido el
número, una sonrisa se dibujó en mis labios al ver de quien se trataba.
- Hola.
- ¿Estás libre esta noche? - me sorprendió escuchar su tono sensual y me gustó.
- Sí, te veo en el mismo lugar a las ocho, ¿te parece?
- ¿No podría ser más temprano?, ¿a las 6:30? - ¿por qué querría verme más temprano?, ¿tendría algo que hacer más tarde?
- Lo siento, me es imposible a esa hora - otra razón más para querer golpear a David.
- Vale, entonces a las ocho - respondió un tanto desilusionada.
- A las ocho, en el lobby, cerca de los ascensores. Colgué porque se habían abierto las puertas del ascensor y entré, presioné el botón de planta baja
y sonreí ante la expectativa del encuentro nocturno, no estaba muy seguro si volvería a buscarme y no imaginé que llamara tan temprano,
de haberlo sabido hubiera citado a David a la hora del almuerzo, pero pensaba llamarla yo después de
terminar de arreglar ese asunto, quería volver a verla antes de ir a pasar el fin de semana a casa de mis padres.
Puntualmente llegó David, me saludó como siempre con su típica sonrisa y un abrazo, evite pegarme mucho a su cuerpo, ya no lo veía con los mismos
ojos que antes. Pedimos de cenar y un par de cervezas.
- Que sorpresa viejo, ¿cuánto tiempo sin verte cómo supiste que estaba en Nueva Jersey?
- Todo en esta vida se sabe David, tarde o temprano, no hay nada oculto bajo el sol, por más que uno trate de esconderse - respondí serio y
frío.
- ¿Y cómo van los negocios? - respondió mirándome extrañado.
- Muy bien, ¿y los tuyos?
- Bien, gracias.
Nos llevaron la cena y estuvimos platicando de cosas triviales, le coqueteó descaradamente a la
mesera que se sonrojó, yo moví la cabeza reprobatoriamente. Cuando terminamos de cenar abrí el sobre que traía y saqué las fotos, las fui poniendo una a una sobre la mesa.
La expresión de su rostro fue cambiando conforme las veía de sorpresa, a nervios, a vergüenza, a
coraje, simplemente no tenía precio verlo así.
- No sabía que habías cambiado a las mujeres, ¿te hartaste después de todas las que tuviste en la universidad?
- No, no las he cambiado - respondió nervioso juntando las fotos, pero lo detuve.
- A mí me importa muy poco con quien te revuelques, sea mujer u hombre, pero, este tipejo abusó y utilizó vilmente a alguien sumamente
preciado por mí y eso no se puede quedar así y tú vas a ayudarme, si no quieres que estas fotografías sean distribuidas entre las chicas de la sociedad a la que pertenecemos o peor aún, que lleguen a la editorial de una importante revista de sociales.
- Mark, no es lo que piensas, no he dejado a las mujeres, me encantan, tú lo sabes, pero, en una fiesta ya con muchos tragos encima un tipo se
me acercó y probé y...
- Ya te dije que eso a mí no me interesa, lo que quiero es que este individuo pague por la canallada
que hizo.
- Está bien, ¿qué debo hacer? - preguntó sintiéndose acorralado.
- Hundirlo, quiero verlo en la cárcel, aprovecha tus encantos y dale confianza, deja que te estafe, porque si no lo sabes, a eso se dedica en la vida,
hasta te estoy haciendo un favor - moví la cabeza - después refúndelo en prisión.
- ¿Y por qué no lo hace la persona que
mencionas?, yo buscaré las pruebas necesarias. - Porque no pienso permitir que pase por ese proceso, ya suficiente daño le hizo.
- ¿Se trata de Tammy?
- No y no es de tu incumbencia quien sea... tienes tres meses David, o esto saldrá a la luz pública - dije determinado en tanto recogía las fotos y las guardaba de nuevo en el sobre.
- De acuerdo, muy pronto estará en prisión.
- Eso espero, buenas noches David.
♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡

TENTACIÓN  [Mark & TÚ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora