Capítulo 24 (Final)

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Eddie Redmayne caminaba de un lado a otro de su sala esperando a que Gloria terminara de arreglarse, todavía estaban a tiempo pero a él no le gustaba llegar tarde a sus compromisos, y menos cuando se trataba de una boda, pues quería tener los mejores lugares de la iglesia. Volteó a ver su reloj, si Gloria seguía demorándose de aquella forma no llegarían.

— ¡Gloria, se hace tarde!— gritó impaciente esperando que la chica escuchara.

— Ya estoy lista— respondió bajando de las escaleras, la chica lucía un hermoso vestido azul cielo y el cabello lo llevaba recogido.

— Cada segundo de espera valió la pena— dijo Eddie acercándose a ella para darle un beso.

— No tardé tanto, creo— dijo ella y lo abrazó.

— Creo que debemos irnos, se nos va a hacer tarde— dijo Eddie y le ofreció su brazo. Apenas y dieron un par de pasos cuando ella se detuvo.

— Olvidé la bolsa en tu habitación— dijo y subió a aquel cuarto.

— Nuestra habitación, ¿hasta cuándo te vas a acostumbrar a que ésta también es tu casa?— preguntó cuando regresó.

— No lo sé, es extraño. Todo lo que ha pasado es raro— cruzó su brazo con el de Eddie.

— Llevas casi 7 meses viviendo conmigo y aun no te acostumbras— Eddie le dio otro beso.

— ¿Puedo decir que han sido los mejores 7 meses de mi vida?— Gloria se recargó en su brazo mientras caminaban.

— ¿Y los 3 meses que pasamos viajando?— preguntó Eddie, una vez que estuvieron cerca de su coche le abrió la puerta.

— Esos también fueron increíbles— respondió antes de entrar. Hicieron una parte del trayecto en silencio. Gloria veía a través de la ventana, había días como ese, en los que le costaba trabajo procesar que era novia de Eddie Redmayne, a pesar de todo el actor le había dado una oportunidad de ser feliz. Llevaban un año juntos, y debía admitir que los primeros meses fueron difíciles, ella no dejaba de pensar en Tom. Él le había dicho que la amaba, pero que no podía confiar en ella después de aquella mentira. No dejaba de preguntarse si las cosas serían diferentes si no le hubiera mentido de aquella forma.

Luego estaba Eddie, aquel encantador hombre que no la dejó caer después de lo que había pasado. Se fueron de viaje tres meses, el primer mes no fue tan bueno, constantemente pensaba en el otro actor, hasta que un buen día dejo de hacerlo con tanta frecuencia y comenzó a disfrutar de los días y la compañía de Eddie.

Recordó aquella noche en la que estaban vacacionando en una playa de México, estaban dando un paseo nocturno cuando Eddie sin muchos rodeos le pidió que fuera su novia, Gloria no lo dudó, de inmediato le dijo que aceptaba ser su novia. Sonrió ante aquel recuerdo. Volteó a ver a su novio, quien estaba muy atento al camino.

— Eddie, ¿te arrepientes de pedirme que fuera tu novia?— preguntó.

Eddie buscó su mano, la agarró y le dio un beso. –No me arrepentiría de nada—

— ¿Seguro? A pesar de que cada que hablas con Tom te dice que no te convengo— sonrió para que no fuera a preocuparse pues cada que hablaban de Hiddleston se tensaban.

— Tom hará eso cada día de mi vida, pero no me importa, mientras tú y yo sepamos cuánto nos queremos— la volteó a ver y le sonrió.

— Soy muy afortunada por haberte encontrado— dijo ella.

— Soy yo el afortunado. Me alegra haber estado en casa de Cumberbatch aquella noche en la que nos conocimos— ambos sonrieron ante aquel recuerdo y continuaron en silencio.

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