3 A.M

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05.


Harry sintió como si un balde de agua fría fuera aventado sobre su cuerpo. Aunque, había gran posibilidad de que fuera algún fontanero contratado por sus padres cuando él estaba en la biblioteca tratando de estudiar o simplemente, dejando atrás los millones de excusas que transcurrían en su mente solo una era la realidad; él había estado en su cuarto.

Observó como su hermana comenzaba a morder sus uñas de forma relajada, no estaba en las posibilidades que ella estuviera bromeando, aún así, trato de mantener la poca compostura que le quedaba después de todo lo que había ocurrido los últimos días.

—Chloe... ¿cómo era ese tal Louis? -Le preguntó, viendo como su hermana seguía mordiéndose sus uñas.

—Uhmm... -Masculló mientras devoraba una de ellas como si fuera el platillo favorito. Harry solo se limito a fruncir el ceño por lo asqueroso que se veía, y es que, pensar en todas las bacterias que debían estar en las manos de su hermana al utilizar las fichas de lego con sus compañeros de clase, le hizo estremecer—. Uh, bueno, él tenía cabello castaño, unos ojos azules muy diferentes. Oh ¡y una ropa muy chistosa!

No le quedó duda de que realmente estaba pasando, su hermana lo había visto. Paso saliva fuertemente en todas las posibilidades que podía hacer... ¿mudarse a una iglesia, quizá? Hace unos días se golpearía asimismo por la consideración y ser un completo cobarde, pero ahora que se daba cuenta de los sucesos paranormales claramente, deseaba alistar su ropa, llevar su gata y huir del país.

—¿Te... hizo algo? -Le preguntó y al ver la cara de confusión por parte de su hermana, suspiro- ¿No te hizo daño, algo que te doliera?

—¡No! -Le regalo una risa que en cualquier otra ocasión le hubiera provocado seguir las acciones de su hermana, sin embargo, ahora solo le provocaba un escalofrío a lo largo de su columna vertebral—. Él solo estaba sentado en tu cama y cuando entré me dijo eso, ya luego salí a jugar con mis muñecas.

Sentado en su cama.

Ahora lo único que quería hacer era ir a su cuarto y cambiar la frazada. O lavarla, o simplemente salpicar agua bendita. En ese momento, cuando su plan de desintoxicación de su recamara seguía recorriendo su mente, su madre entro de nuevo a la oficina con un señor bastante intimidante. Con solo la mirada de advertencia por parte de ella, se quedaron en silencio durante toda la reunión con el cliente.

(...)

Nunca en sus sueños mas abrumadores, se había imaginado acompañar a su madre a todas las diligencias que tenía programada todo el día, hasta se ofreció acompañarla a hacer las compras del mes del hogar, desatando sorpresa por su madre, pero ella solo lo tomaba como un cambio de actitud por su hijo adolescente despreocupado. Aunque, Harry aprovecho para agarrar un paquete grande de oreos y una Nutella, sonriéndole a su madre cuando los deposito en el carro de compras, mostrándole su arma poderosa de convencimiento; sus hoyuelos.

Al llegar a la casa ya rondaban las siete de la noche, sus padres hablaban animados a la hora de la cena, acerca de cosas triviales y de cómo se sentían orgullosos que Chloe había sacado la máxima nota en sus exámenes. Mientras que Harry solo se limitaba a masticar la comida, lenta y pausadamente para aumentar el tiempo que le quedaba acompañado antes de que todos decidieran ir a dormir.

—¿Y puedes creer que Harry me acompañó todo el día? -Anne le contaba a Des y este la miro sorprendido.

—¡Hazza, has dejado tu estado adolescente diferente y solitario! -Respondió con mofa su padre, terminando el último bocado de su plato. Harry paso fuertemente saliva, y es que ya todos sus familiares habían terminado de comer. No quería subir a su cuarto aún. No quería estar solo.

Halloween. | Larry Stylinson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora