Halloween. | Larry Stylinson.

Pérdida de cordura.

           
06.

Se alejó lo más que pudo de ese cuerpo que yacía recostado en su cama y sin previo aviso se cayó, golpeando fuertemente su espalda contra el piso de madera. Con sus articulaciones débiles se irguió y salió corriendo como alma que lleva el diablo, y era algo literal. Bajo las escaleras de su casa rápidamente, con algunos tropezones y caídas sobre los escalones, pero aún manteniendo un poco de positivismo se dijo así mismo que podría salir de esta e iría directamente a una iglesia para darle fin a todo esto. Se aproximo velozmente hacía la puerta principal de su casa, no le importaba no tener zapatos puestos o una chaqueta que lo abrigara del otoño, necesitaba salir de allí lo más rápido posible. Giro brevemente la chapa de la puerta, y esta no abría. Maldijo Harry intentándolo veinte veces más sin parar.

Hasta que recordó las palabras de su madre. "Trancaré la puerta con la llave de seguridad". Harry aún no tenía la maldita llave de seguridad.

Podía sentir como el aire en sus pulmones yacía compreso y no podía salir de estos con facilidad, las lágrimas habían arribado a las comisuras de sus ojos, comenzando a propagar un largo camino por sus mejillas. El pavor estaba consumiendo cada una de sus células. No podía ser cierto, no había salida de su peor pesadilla que ahora se convertía en realidad.

Paso saliva con fuerza y forcejeo varias veces el pomo de la puerta, esperando con ansias que algún ser se apiadara de él y pudiera salir de su casa. Aumento ese forcejeo cuando escuchó claramente las pisoteadas de alguien bajando y dejando caer todo su peso en cada uno de los escalones que separaban la segunda planta de la primera. Eran en total 11 escalones, todavía tenía tiempo de romper una ventana y salir lo más rápido posible, giro su cuerpo en busca de algo con lo que podía quebrar su segunda opción de salida, y al solo encontrar la matera que sostenía las flores favoritas de su madre, no lo considero dos veces y cogió esta para acribillarla sobre la ventana.

Idiota, se dijo así mismo cuando esta no logro quebrar siquiera un poco la ventana. Las pisoteadas seguían resonando con fuerza, las lagrimas cada vez más sofocaban su vista. El pavor lo estaba consumiendo intensamente, sollozo tratando de encontrar otra cosa con la cual podía volver a golpear la ventana y se dio cuenta que los pasos sobre las escaleras de madera se habían detenido completamente. Viro sobre sus pies en dirección a las escaleras, no había nada.

Miro por todos lados, tratando de encontrarlo. Estaba solo, sin embargo, sus sentidos le decían todo lo contrario porque definitivamente sentía que alguien estaba con él en la primera planta. Dio un paso hacia atrás, tratando de mantener el equilibrio porque no dudaba que en cualquier momento iba a terminar desmayado sobre el suelo, la ansiedad lo estaba carcomiendo.

"Tres personas, en tres horas."

"Sus viseras caen y me satisface."

Los susurros comenzaron a propagarse, era como si varias personas le hablasen directamente a su oído. Cerró sus ojos en un intento de mantener la cordura y poder pensar en cosas que pudieran distraerlo, y comenzó a gritar. Realmente necesitaba callar todas esas voces en su cabeza. Y de repente, todo quedó en silencio otra vez. Abrió sus ojos comprobando que todo había pasado, sollozó con todas sus fuerzas porque realmente se sentía sofocado, y antes que pudiera dar un paso sintió como su cuerpo era arrojado con fuerza contra la puerta principal de madera. Aulló más de terror que de dolor, sentía unas manos apoyarse sobre su pecho, sin embargo, no podía ver a nadie siendo el culpable de aquellas acciones.

Sentía al ente respirar sobre su cuello, mientras Harry gritaba del miedo al sentir también algo húmedo recorrerle su cuello. Trató de zafarse con todas sus fuerzas, sin embargo, él era mucho más fuerte y estaba seguro de que él no iba a parar en ningun momento hasta dejarlo completamente fuera de sí. Apretó sus labios, al sentir como él aprisionaba aún más su cuerpo, obstruyendo su respiración.