Capítulo 18
Una sensación de continuo dolor invade mis brazos y muslos, me siento totalmente desorientada, mis párpados me pesan y con gran dificultad logro mantenerlos abiertos. No veo absolutamente nada. Me siento tan cansada, débil y aturdida que no puedo formular ni un solo pensamiento coherente.
Parpadeo repetidas veces, lenta y torpemente. Siento un extraño dolor en mis encías, y es cuando me doy cuenta que hay algo entre mis dientes, es algo suave, pero duro a la vez, tiene una textura lisa, se siente como un pedazo de tela o algo así.
El miedo comienza a llenarme por completo a medida que empiezo a ser consciente de mi estado y lo que recuerdo.
Estoy sola en una habitación a oscuras, atada sobre una cama, y no puedo recordar nada, todos son vagos y pequeños fragmentos. Son imágenes que me llegan a la mente como en pequeños flashes, es un rompecabezas que no logro armar del todo.
Empiezo a toser una y otra vez, sin parar. Lo que sostengo entre los dientes me dificulta demasiado la tarea y de pronto estoy ahogándome con mi propia saliva. Un ardor intenso se forma en mi pecho, mis pulmones piden a gritos algo de aire, mis ojos no son capaces de ver nada con claridad y todo sigue siendo muy borroso, mis mejillas están empapadas de lágrimas, y lo único que puedo escuchar es mi propia respiración irregular.
Uno que otro sollozo se escapa de mi garganta en forma de gemido. No sé dónde estoy, ni porqué. Pero tengo muchísimas ideas en mente, y mientras más lo pienso más aterradores son mis pensamientos.
Estoy atada, así que intento zafarme, tiro de mis muñecas lo más fuerte que puedo, pero lo único que consigo es lastimarme cada vez más. Hago inmediatamente lo mismo con mis pies, pero es totalmente inútil, yo no logro zafarme de la soga que mantiene mis extremidades unidas y cautivas.
Ruedo sobre la cama, no estoy muy segura de que es lo que haré una vez que esté en el suelo, pero tengo que moverme e intentar hacer algo, cualquier cosa.
Un sonido fuerte y seco se escucha por todo el lugar, y provoca eco. Tardo un rato en reaccionar, para después descubrir que yo he ocasionado ese estruendo, ha sido mi cuerpo, que ahora yace inmóvil sobre el suelo. Levanto mi cabeza, me duele muchísimo, a la hora de caer no he evitado golpeármela sin remedio.
Un líquido caliente comienza a deslizarse desde mi sien derecha y deja un trazo hasta mi mandíbula. No comprendo que puede ser, pero sí sé que es demasiado espeso para ser sudor. Un olor intenso a hierro penetra mis fosas nasales y es entonces cuando sé que tengo sangre corriendo por el lado derecho de mi rostro.
De un momento a otro todo comienza a darme vueltas, me siento mareada, unas ganas tremendas de vomitar me consumen y siento como si mi cerebro palpitara contra mi cráneo, todo se torna bastante intenso.
Mis ojos luchan por mantenerse abiertos.
Y de pronto, en medio de la incertidumbre y el caos, escucho algo ajeno a mis quejidos. No necesito prestar mucha atención para saber que alguien está subiendo unas las escaleras con pasos decididos. Cada vez me resulta más fácil escuchar los golpes de una suela estampándose contra la madera del suelo, porque se acerca más y más, y el sonido que este desprende en cada pisada es más cercano.
Un amargo sabor se apodera de mi boca y no puedo tragar saliva gracias al nudo que se ha formado en mi garganta. Estoy tan aturdida y confusa que no tengo ni una mínima idea de como sentirme, no sé que pensar o que imaginar. Me siento tan aterrada y soñolienta al mismo tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Obsesión
Mystery / ThrillerNo corras, él es más rápido. No huyas, sabe donde estás. No te ocultes, él puede verlo todo. No grites, nadie puede escucharte aquí.