Obsesión

Capítulo 24

Capítulo 24

Camino de regreso al apartamento. Otra jornada en el cinema más terminada que agregar a la lista. Hoy fue un día bastante relajado y le agradezco al cielo por eso, no ha recurrido mucha gente y he tenido tiempo de descansar en más de una ocasión. Además, me ha tocado atender en taquilla, y si me lo preguntan, yo prefiero mil veces más trabajar en el mostrador que en la fuente de sodas.

Me he encontrado a Caleb antes de salir rumbo al trabajo esta mañana, y me ha dicho que si nos veíamos en la noche como de costumbre. Yo le dije que sí, a estas alturas ya me importa una mierda luchar por lo que empiezo a sentir por él y hacerme la "difícil", eso nunca ha ido conmigo y ahora que tengo la oportunidad de estar con un chico como Caleb, no me haré de juegos de chiquillas inmaduras e inseguras. Al diablo, me gusta Caleb Sallow y me encanta pasar tiempo con él.

Cuando estoy a unos metros de mi casa, no puedo ver a Caleb por ningún lado. Se me hace raro que no esté donde siempre suelo encontrármelo al llegar. ¿Por qué no está recargado sobre su auto o la cera con su celular entre los dedos y una mirada ceñuda?

Al ser un poco más atenta, veo que hay algo más fuera de la armonía de la rutina. Un bonito coche BMW rojo está aparcado detrás del auto de mi vecino, invadiendo nuestra cochera. Nunca había visto ese auto por aquí, es más, nunca había visto que alguien visitara a Caleb en absoluto. ¿De quién se podría tratar?

Abro la puerta de la reja que me impide entrar al garaje de los departamentos. Una vez que estoy dentro me detengo unos segundos para darle paso a un debate interno. ¿Debería de irme a mi apartamento o debería de tocar la puerta de Caleb? Él dijo que quería que la pasáramos juntos una vez que yo llegara del trabajo, pero, el auto que está estacionado delante de su casa me ha dejado mucho que desear respecto a sus intenciones. Probablemente ha sido algo que él no había planeado, pero esta visita sin duda alguna nos ha arruinado la noche a ambos.

Estoy subiendo las escaleras rumbo a mi piso, derrotada y sin ánimos cuando escucho un sonido proveniente del apartamento de Caleb que me ha dejado helada.

Una carcajada sonora vibra en el ambiente y en ese momento mis entrañas se hacen un vuelco. Unos segundos vuelven a transcurrir hasta que otra risa interrumpe la serenidad de la noche y me quedo perpleja justo donde estoy. Es una mujer. Caleb está con una mujer.

No te pongas celosa, Tamara. Cálmate un momento y respira antes de que empieces a sacar conclusiones precipitadas y absurdas. Un impulso me toma por completo y deseo con todas mis fuerzas bajar los peldaños que se interponen entre la entrada de su casa y de mí. Quiero saber qué está pasando ahora mismo, porque esas risitas no parecen ser por trabajo alguno.

Mierda, mierda, mierda...¡No puedo perder los estribos! No cuando hace apenas un día que Caleb sacó su peor versión celosa y posesiva cuando me vio llegar con Zac. No puedo reprocharle algo para que a la primera oportunidad que se me presente yo actúe igual que él. Así que en vez de hacer algo de lo que probablemente me pueda arrepentir, respiro hondo y sacudo mi cabeza. No somos aún nada...no puedo reprocharle nada. Pero él si que te reprochó cuando Zac te trajo. Desvanezco ese pensamiento tan pronto llega y suelto un murmuro frustrado.

Me doy la media vuelta y resignada vuelvo a subir las escaleras a paso lento.

Es entonces cuando las risas y las palabras que resuenan en todo el apartamento de Caleb se hacen mucho más potentes y puedo jurar que él acaba de abrir la puerta de su casa. Me detengo en seco y la curiosidad puede más conmigo, así que me asomo ligeramente y compruebo mis sospechas. Ahí está él, riendo al mismo tiempo que sostiene la puerta y mira a la chica que está en frente de él.