DESPERTARES: Utopía.

269 43 8
                                    

Fue llevado a su habitación, estaban todos esperando que despertara, dos horas después reaccionó. -Son bellas esas rosas rojas, son mis favoritas- lo dijo con una voz ronca, casi rasgando cada palabra de su pecho. Raven fue la primera en verlo,
-Hola hermanito, ¿Te sientes mejor?-. Le ofreció agua, ahora Erik estaba en la entrada de la puerta, casi se le va el alma del cuerpo al verlo.

- Erik, ¿eres tú?-, -Si Charles, ¿Cómo te sientes?, te golpeaste fuerte en la cabeza-.

Charles llevó sus dedos a la frente, dolía pero iba a sobrevivir. Erik caminó hacia la cama y se sentó a su lado,
-Quiero que hagas algo por mi Charles, recuerdas que te pedí nunca entrar de nuevo en mi mente, ¿Lo recuerdas?-. El ojiazul asintió. -Busca algo ahí dentro, es algo que te pertenece-.
-Tengo miedo Erik, no quiero hacerte daño, mi telepatía ha estado fuera de control. No puedo-.
-Yo viví con miedo y por eso te perdí una vez. Vamos no temas, no hay nada que puedas hacerme que me dañe, lo único que podría matarme es que me alejes de tu lado-.

Charles llevó los dedos índice y medió a su propia cien, y vio todo. Erik que nunca dejó de llamar un solo día para saber por su salud, su estado catatónico durante ocho meses, a Erik confesando su amor e implorando su perdón, los baños matutinos que Erik le hacía mientras le cantaba tiernas canciones, la paciencia con la que cortaba las uñas y el cuidado extremo en afeitar su delicada piel. El esplendoroso vivero de rosas rojas y las exquisitos jardines llenos de flores, las tardes de té en el jardín. El amor al cargarlo para acostarlo en la cama, cómo cada dos horas lo cambiaba de posición evitando que se le formarán llagas, los masajes y estiramientos en brazos y piernas. Las noches durmiendo juntos. Erik siendo paciente y amoroso, lo descubrió varias noches mirar su pecho subir y bajar para estar seguro de que aun respiraba. Su despertar para llenarse de besos y caricias, y la noche anterior que le había pedido hacerle el amor, a Erik tomándolo con pasión y cuidado, sin importarle que Charles no pudiera moverse como antes, besando las cicatrices de su espalda, llenándolo y amándolo a plenitud.

Charles estaba llorando de felicidad, igual que Erik. Logan, Raven y Hank los dejaron sólos. Charles paso los brazos por el cuello de Erik y lo atrajo hacía él, apretándolo a su pecho. Erik lo abrazó con intensidad, Charles lo apartó un poco para llenarle de besos el rostro, los ojos, la boca.
-Erik, mi Erik. No sabes cuánto te amo. Gracias amor por estar aquí siempre, en realidad nunca te fuiste. Por hacer nacer flores en esté lugar que estaba muerto sin ti. Te amo Erik-.
-Charlie, Dios mi niño de los ojos bellos cuánto te extrañé, promete que nunca volverás a irte-,
-Nunca, mientras te quedes a mi lado-.
Su pacto se selló con un beso, un beso que había recorrido tantos caminos, tanto tiempo, que había dejado huellas de dolor y amor, que había transformado su sentir en luz pura.

Los meses avanzaron de a poco, Charles pudo neutralizar aquellas voces en su mente, las canalizo y brindó su ayuda a quién más la necesitaba. Poco a poco los clamores, ya no lo torturaban, Erik lo acompaño siempre a ayudar a quién lo necesitará. Se llenaba de orgullo al verlo sonreír por que habían logrado tocar a otra alma. Erik amaba a ese hombre, y su Charles lo amaba por igual. Fue necesaria una cirugía más, ayudaría con su movilidad y con los intensos dolores que a veces lo dejaban en cama por días. Erik siempre estuvo ahí, sosteniendo su mano, ayudando y aprendiendo de todo para ayudar a su amor. Charles cada día era más fuerte, Erik lo admiraba y no perdía oportunidad para hacérselo saber. Erik se quedó para siempre, ahora había girasoles, en verano y tulipanes eternos en el invernadero, y siempre un jarrón de rosas rojas en el estudió del profesor Xavier.

La mansión se convirtió en la escuela de sus sueños, mutantes de todas las edades iban a buscar refugió y aprendizaje a ese lugar. Todos eran hijos de Charles y Erik, habían conseguido tener una gran familia. Ese siempre fue un sueño compartido por los dos.

DESPERTARES (CHERIK)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora