—¿Hueles eso, Charlie? Es el divino guiso de pollo de...
—¡Rosa!
Desde las escaleras se podía oler el guiso. Rosa llegaba todos los días a 7:00 muy puntual. Tenía llaves del departamento así que podía entrar y salir sin depender de nosotros. Tener a Rosa en casa era una gran ayuda, ya que ella trabajó con los padres de Charlie y ahora me apoyaba cuidándolo y encargándose de los quehaceres.
—¡Rosa! ¡Buenos días!
Charlie casi me tumba apenas abrí la puerta, quería entrar rápido para saludar a Rosa.
—Buenos días, mi niño. ¿Estaban haciendo ejercicio en el parque?
—¡Sí! Y le gané a Johnny haciendo flexiones y choqué con un pino gigante y me golpeé la cabeza.
—¿Qué? ¿Cómo que chocaste con un pino? A ver, A ver... ¡Baja la cabeza! ¿Dónde te pegaste?
Charlie se inclinó para que Rosa lo revisara, hasta que encontró el hematoma y empezó a regañarme a mí:
—¿Y usted no estaba con él? ¡Mira ese chichón que se hizo! ¡Oh mi pobre niño! Voy a prepararte una bolsa de hielo para que te pongas allí...
—Veníamos corriendo y los tipos cruzaron de pronto la calle hacía la acera donde estaba Charlie... ¡Y no me dio tiempo de detenerlo!
—¡Tiene que tener más cuidado con el niño! ¿No ve que se pudo haber fracturado el cráneo?
—Pero ya no me duele, Rosa... No fue su culpa, fui mía: yo iba corriendo muy rápido...—Le respondió Charlie, tratando de excusarme para que Rosa no me regañara.
—No me importa: ¡Tienen que tener más cuidado los dos!
Rosa sobreprotegía a Charlie. Para ella él seguía siendo "un niño" y creo que Charlie cumpliría los 40 y todavía le llamaría así.
Igual Charlie tuvo que ponerse la bolsa de hielo en la cabeza. Pese a que tenía que soportar sus regaños, y que sobreprotegiera a mi novio; Rosa mantenía el departamento limpio y en orden... ¡Y cocinaba como una diosa!
—¡No! ¡No! ¡No! ¡Sáquesele de allí! ¡Ese es el almuerzo! El desayuno ya se los voy a preparar.
—¡No sabes cómo amo tu guisado, Rosa!
—¡Sí! Ya veo, señor Johnny. Creo que ha aumentado unos cuántos kilitos desde que estoy aquí...
Charlie entonces recordó una de sus prioridades de los días miércoles:
—¡Rosa! ¿Me lo trajiste?
—¡Ah! ¡Sí! Búscala en mi bolso, lo dejé sobre el buró.
Y Charlie corrió a la sala a buscar su esperada "novelita" de kiosko. Se volvió fanático de las ediciones de novelas de bolsillo. Leí desde romance, hasta de detectives, de misterios, casos de la vida real y cosas así... Los chicos de su edad generalmente leen comics, era lo que yo leía, pero los gustos de Charlie son un poco más..."sensibles". Supongo que es su misma naturaleza curiosa de comprender las emociones humanas.
—Mi niño... ¿No tienes clases hoy? ¿Ya te dieron vacaciones? —Le preguntó Rosa a Charlie.
—¡Si tengo! Ya me voy a preparar...—Le respondió Charlie desde la sala mientras ojeaba la novela.
—¡Pues ven primero y te comes alguito antes de irte a bañar!
El desayuno era distinto para mí y para Charlie. Mientras Rosa me servía un plato de pan tostado con huevos, tocino, queso cheddar, jamón de pavo y mucha mantequilla; el de Charlie era dos rebanas de pan blanco, queso crema Philadelphia y un yogurt natural. Todos los días él desayunaba exactamente lo mismo, y no había manera en el mundo de que comiera otra cosa, además del cereal "Zucaritas" y jugo de frutas sin azúcar. Aunque tengo que admitir que ahora su menú es muchísimo más amplio de cuando lo conocí hace dos años.
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"Una muy diferente y especial Navidad"
Novela Juvenil"La Navidad" es una de las celebraciones más esperadas y felices del año: Llamativas y coloridas decoraciones, muchos regalos, deliciosas comidas, alegres villancicos, y vemos en cada esquina a un viejito gordo, vestido de rojo y con una larga barb...